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-Últimos tiempos: una batalla sobrenatural
-Juicio Final

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El tema de “Fin del Mundo”  comprende:

a)  Episodios y dictados extraídos de la Obra magna

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b) Dictados extraídos de los  «Cuadernos de 1943/1950»   

d) Dictado extraído de las «Lecciones sobre la Epístola de San Pablo a los Romanos»

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a)  Episodios y dictados extraídos de la Obra magna
«El Evangelio como me ha sido revelado»
(«El Hombre-Dios»)
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(<Este episodio tiene lugar el miércoles santo, anterior a la Pascua. Jesús, después de haber hablado en el Templo a fariseos y sanedristas, se ha retirado al monte de los Olivos. Aquí, rodeado de apóstoles y discípulos y a la vista del suntuoso edificio del Templo de Jerusalén, acaba de instruirles sobre la Iglesia, futuro edificio que ellos deberán construir>)
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9-596-367 (10-15-435).- Destrucción del Templo y Fin del mundo (1).  Resurrección de la carne y Juicio final  (2).
* “¿Cuándo, pues, sucederá? ¿Cuál será la señal?”.- ■ Dice Jesús: “Sed perfectos como lo es vuestro Padre. Conservad la Ley, su Reino en vosotros y no caeréis. Pero si no fuerais así, se derrumbaría el edificio; vano habría sido vuestro esfuerzo para levantarlo. Se vendría abajo, de forma que quedaría solamente de él la piedra angular, los cimientos… ¡Lo mismo que sucederá a este edificio! En verdad os digo que le sucederá eso. Y lo mismo sucederá con el vuestro si metéis en él lo que hay en éste: las partes contagiadas de orgullo, de ambición, de pecado, de lujuria. De la misma forma que por un soplo de viento se han deshecho esos jirones de nubes, que parecían posarse sobre la cima de aquel monte, así se vendrán abajo, con un soplo de viento de castigo sobrenatural y humano, los edificios que de santo no tengan más que el nombre…”. ■ Jesús calla pensativo. Cuando toma de nuevo la palabra es para ordenar: “Sentémonos aquí a descansar un poco”. Se sientan en una ladera del monte de los Olivos, teniendo enfrente el Templo, al que besa el sol poniente. Jesús mira fijamente ese lugar, con tristeza; los otros, con orgullo por su belleza, pero es un orgullo velado por la pena que han originado las palabras de Jesús. ¿Y si esta belleza tuviese que perecer?… Pedro y Juan hablan entre sí y luego susurran algo a Santiago de Alfeo y a Andrés, que están a su lado, y éstos asienten con la cabeza. Entonces Pedro se dirige al Maestro y le dice: “Ven aparte y explícanos cuándo sucederá tu profecía sobre la destrucción del Templo. Daniel habla de ello (3). Lo que pasa es que si fuese como él dice y como Tú dices, pocas horas de vida le quedan ya al Templo. Pero nosotros no vemos ejércitos, ni preparativos de guerra. ¿Cuándo, pues, sucederá? ¿Cuál será la señal? Tú ya has venido. Dices que estás para marcharte. Y, sin embargo, se sabe que eso se cumplirá estando Tú entre los hombres. ¿Es que vas a volver? ¿Cuándo será ese regreso tuyo? Explícanoslo, para que podamos saberlo…”. Jesús: “No hay necesidad de que nos vayamos a otra parte. ¿Ves? Aquí están los discípulos más fieles, los que os ayudarán mucho a vosotros los doce. Ellos pueden oír las palabras que os diré. ¡Acercaos todos!” grita al final, para reunirlos a todos. Los discípulos que se habían esparcido por la ladera, forman un grupo compacto en torno de Jesús y a los apóstoles.  Jesús les dice:
.    ● Tiempos de angustia. Falsos Mesías. Guerras y rumores de guerras. No es el fin. Solo el principio de los sufrimientos.- ■ “Tened cuidado que nadie os engañe en el futuro. Yo soy el Mesías y no hay otros Mesías. Por esto, cuando muchos vengan a deciros: «Yo soy el Mesías» y seduzcan a muchos, no creáis en esas palabras, aunque vinieran acompañadas de prodigios. Satanás, padre de la mentira y protector de los mentirosos, ayuda a sus siervos y secuaces con falsos prodigios, que, de todas formas, pueden comprobarse que no son buenos, porque siempre van acompañados de miedo, turbación y mentira. Vosotros conocéis los prodigios de Dios: dan una santa paz, alegría, salud, fe; producen buenos deseos y obras santas. Los otros, no. Por lo tanto, reflexionad sobre la forma y las consecuencias de los prodigios que podréis ver en el futuro obrados por falsos Mesías y por todos aquellos que se vistan con vestido de salvadores de pueblos, cuando en realidad serán las fieras que causarán la destrucción. Oiréis y veréis, también, hablar guerras y rumores de guerra y os dirán: «Son las señales de que se acerca el fin». No os turbéis. No es el fin. Todo esto debe suceder antes del fin, pero todavía no será el fin. Se levantará pueblo contra pueblo, reino contra reino, nación contra nación, continente contra continente; y después vendrán pestes, carestías, terremotos en muchos lugares. Pero esto será solo el principio de los sufrimientos”.
.  ● Persecución. Falsos profetas y progreso de la iniquidad. Se salvará quien persevere hasta el final. Pero primero hay que predicar el Evangelio a todo el mundo.- ■ “Entonces os arrojarán a la tribulación y os matarán, acusándoos de ser los culpables de sus padecimientos, y con la esperanza de que persiguiendo y destruyendo a mis siervos se acabará su sufrimiento. Los hombres acusan siempre a los inocentes de ser los causantes del mal que ellos, pecadores, se crean. Acusan al mismo Dios, perfecta Inocencia y Bondad suprema, de ser causa de su sufrimiento; y lo mismo harán con vosotros, y seréis odiados por causa de mi nombre. Es Satanás quien los azuza. Y muchos se harán mal mutuamente y se traicionarán y odiarán recíprocamente. Es también Satanás quien los azuza. Y surgirán falsos profetas que inducirán a muchos al error. Y también será Satanás el verdadero autor de tanto mal. Por el progreso de la iniquidad, en muchos se enfriará la caridad. Pero quien persevere hasta el fin se salvará. ■ Pero primero hay que predicar el Evangelio del Reino de Dios a todo el mundo, dando testimonio a todas las naciones. Entonces vendrá el final. Israel regresará al Mesías; y mi doctrina habrá sido predicada en todo el mundo”.
.  ● Señal tanto para el fin del mundo como para el fin del Templo: la abominación de la horrible desolación que Daniel predijo.- ■ “Y luego hay otra señal: tanto para el final del Templo, como para el mundo: cuando veáis la abominación de la horrible desolación que Daniel predijo —quien me está escuchando entienda bien y quien lea a Daniel sepa leer entre las palabras—,  entonces el que esté en Judea huya a los montes; el que esté en una terraza, no baje a tomar lo que tiene en casa; y el que esté en su campo no regrese a casa a tomar su manto; antes bien, huya, sin volverse para atrás, no vaya a sucederle que ya no pueda huir; y que ni siquiera se vuelva a mirar mientras huye, para no conservar en su corazón el horrendo espectáculo, y no vaya a enloquecer por haberlo visto. ¡Ay de las mujeres que estén en encintas y de las que amamanten a sus hijos en aquellos días! ¡Ay si la fuga tuviese lugar en sábado! No se podría escapar entonces, sin cometer pecado. Rogad, pues, para que esto no suceda ni en invierno ni en día de sábado”.
.  ● Gran tribulación en los últimos días. En atención a los elegidos, se acortarán. Los hombres satanases (falsos Mesías y profetas haciendo milagros y enseñando doctrinas aparentemente consoladoras y buenas) se aliarán con el Infierno.El Hijo del hombre, en su 2ª venida será como el relámpago. ■ “Porque la tribulación de esos momentos será tan grande como nunca la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni habrá otra semejante porque será el final. Si esos días no fueran acortados en consideración de los elegidos (4), nadie se salvaría, porque los hombres-satanases se aliarán con el Infierno para atormentar a los hombres. ■ Y también en esos días, para corromper y apartar del recto camino a aquellos que permanezcan fieles del Señor, surgirán quienes digan: «El Mesías esta ahí, el Mesías está aquí. Está en aquel lugar. ¡Vedle!». No lo creáis. Que ninguno crea porque surgirán falsos Mesías y falsos profetas que harán prodigios y milagros tan grandes que serán capaces de atraer hacia el error, si ello fuera posible, hasta a los propios elegidos, y enseñarán doctrinas aparentemente tan consoladoras y buenas, que serían capaces de seducir incluso a los mejores, si con ellos no estuviese el Espíritu de Dios que los iluminará acerca de la verdad y del origen satánico de tales milagros y doctrinas. Yo os anuncio y os lo predigo para que podáis tomar vuestras providencias. ■ Pero no tengáis miedo de caer. Si permanecéis firmes en el Señor, no seréis arrastrados a la tentación y a la ruina. Recordad lo que os dije: «Os he dado el poder de andar sobre serpientes y escorpiones; toda la fuerza del Enemigo no os hará ningún daño, porque todo estará sujeto a vosotros». Pero también os recuerdo que para obtener todo esto, debéis de tener a Dios en vosotros, y debéis alegraros no tanto porque dominéis las fuerzas del Mal y los venenos, cuanto porque vuestro nombre está escrito en el Cielo. Permaneced firmes en el Señor y en su verdad. Yo soy la Verdad y enseño la verdad. ■ Por esto, vuelvo a repetiros: cualquier cosa que os digan a cerca de Mí, no la creáis. Yo soy el único que os he dicho la verdad. Yo soy el que os digo que el Mesías vendrá, pero cuando llegue el fin. Por esto si os dicen: «Está en el desierto», no vayáis. Si os dicen: «Está en aquella casa» no hagáis caso. Porque el Hijo del hombre en su segunda venida será semejante al relámpago que sale de oriente, y zigzaguea hasta poniente en menos tiempo que se parpadea. Y pasará rápidamente sobre el gran Cuerpo, súbitamente transformado en Cadáver (5), seguido de sus relucientes ángeles, y juzgará. Donde esté el cuerpo, allí se reunirán las águilas.
.   ● Final de los tiempos, del mundo: en el firmamento oscurecido verán al Hijo del hombre, que mandará a sus ángeles a separar la cizaña del trigo. Los elegidos, al lado del Juez divino, para juzgar con Él.- ■ “Inmediatamente después, pasada la tribulación de esos últimos días, de la que os he hablado —hablo ahora del final de los tiempos y del mundo, de la resurrección de los cuerpos, de lo que hablan los profetas— se oscurecerá el sol, la luna no dará más luz, las estrellas del cielo caerán como uvas de un racimo demasiado maduro sacudido por un viento tempestuoso, y las potencias de los cielos temblarán. Entonces, en el firmamento oscurecido aparecerá resplandeciente la señal del Hijo del hombre. Entonces todas las naciones de la Tierra lanzarán gritos de dolor, y los hombres verán al Hijo del hombre que llega sobre nubes del Cielo con mucho poder y gloria. Y mandará a sus ángeles a que sieguen y vendimien, y para que separen la cizaña del trigo, y que echen las uvas en la tinaja, porque llegó el tiempo de la gran recolección de la semilla de Adán, y ya no habrá necesidad de guardar racimos o semillas, porque la raza humana no se perpetuará más sobre la Tierra muerta. Y mandará a sus ángeles que con gran sonido de trompetas reúnan a los elegidos, desde los cuatro vientos, desde una extremidad del cielo hasta la otra, para se pongan al lado del Juez divino y juzgar con Él a los últimos vivos (6)  y a los resucitados”.
.   ● Parábola de la higuera.- ■ “Aprended de la higuera la parábola: cuando veis que empieza a reverdecer sabéis que se acerca el verano; de igual modo, cuando veáis todas estas cosas, tened en cuenta que el Mesías está para llegar. Os aseguro que no pasará esta generación que no me ha amado, sin que todo esto suceda. Mi palabra no se pierde. Lo que digo sucederá. El corazón y el pensamiento de los hombres pueden cambiar, pero mi palabra no. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”.
.  ● Incertidumbre del día del Juicio.- En la venida del Hijo del hombre sucederá como en los tiempos de Noé. ■ “Y  por lo que toca al día y la hora exacta, nadie los conoce, ni siquiera los ángeles del Señor; solamente el Padre. En la venida del Hijo del hombre sucederá como en los tiempos de Noé. En los tiempos que precedieron al diluvio, los hombres comían y bebían, se casaban, sin preocuparse de la señal (7), hasta el día en que Noé entró en el arca y se abrieron las cataratas de los cielos y el diluvio sumergió a todos los seres vivos y todas las cosas. Lo mismo sucederá en la venida del Hijo del hombre. Entonces dos hombres estarán juntos en un campo, uno será tomado y el otro dejado; dos mujeres estarán moliendo, una será tomada y la otra dejada. Esto lo harán los enemigos en la Patria, y mucho más los ángeles, que separarán el buen trigo de la cizaña; y no tendrán tiempo de prepararse para el juicio del Mesías”.
Necesidad de velar.- ■ “Vigilad, pues, porque ignoráis a qué hora vendrá el Señor. Reflexionad en esto: si el jefe de familia supiese a qué hora viene el ladrón, vigilaría y no permitiría que su casa fuese robada. Así pues vigilad y orad; estando siempre preparados a la venida, sin que vuestros corazones caigan en la tibieza por abusos e intemperancias, y vuestros espíritus se distraigan y se hagan insensibles para los cosas del Cielo, debido a las excesivas atenciones a las cosas de la Tierra, y no os sorprenda de improviso el lazo de la muerte cuando estéis menos preparados. Porque tened en cuenta que todos tenéis que morir. Todos los hombres que han nacido deben morir. ■ Y esta muerte y el subsiguiente juicio son una venida individual de Mesías (8), que se verá repetida universalmente cuando venga el Hijo del hombre con toda solemnidad. ¿Cuál será la ventura de aquel siervo fiel y prudente, que recibió encargo de su patrón de alimentar a los demás de su casa, cuando esté ausente? Suerte feliz le cabrá si su patrón, al regresar de improviso, le encuentra cumpliendo su deber con diligencia, justicia y amor. En verdad os digo que le dirá: «Ven siervo y fiel. Te has hecho merecedor de mi recompensa. Administra todos mis bienes». Mas si parecía bueno y fiel, pero no lo era y en su interior era realmente malo, y solo aparentemente bueno, y una vez que hubo partido su patrón dijo dentro de sí: «Mi patrón va a tardar. ¡Entreguémonos a la buena vida!». Y empieza a golpear, a maltratar a sus compañeros de servicio, y a sacar ganancia en perjuicio de la comida de éstos y de todas las otras cosas para tener más dinero para gastar con los sibaritas y borrachos, ¿qué sucederá? Sucederá que el dueño regresará de improviso, y el mal siervo será descubierto, se le quitará el puesto, el dinero, se le arrojará a donde la justicia ordene, y allí se quedará. Lo mismo pasa con el pecador impenitente que no piensa en que la muerte pueda estar cercana, y cercano su juicio, y se entrega a los placeres diciendo: «Más adelante me arrepentiré». En verdad os digo que no tendrá tiempo de hacerlo y será condenado a estar eternamente en el lugar de inimaginable horror, donde sólo resuenan las blasfemias, el llanto, la tortura, y saldrá de él solo para el Juicio Final”.
.   ● Juicio Final. Resurrección de la carne para presentarse completo al Juicio Final.- ■ “Para presentarse completo al Juicio Final se revestirá de la carne resucitada, como completo pecó en el tiempo de la vida terrena, y con cuerpo y alma se presentará ante el Juez Jesús, a quien no quiso por Salvador.  Todos allí, estarán de pie ante el Hijo del hombre. Una inmensa multitud de cuerpos restituidos por la tierra y el mar y recompuestos tras haber sido ceniza durante mucho tiempo. A cada carne, ya de nuevo en los esqueletos, le corresponderá su propio espíritu, el que en su tiempo la animó. Y estarán derechos ante el Hijo del hombre, resplandeciente en su majestad divina, sentado en el trono de su gloria, rodeado de sus ángeles. ■ Y Él separará a los hombres poniendo en una parte a los buenos, y en la otra a los malos, como un pastor separa  ovejas y cabritos, y pondrá a su derecha a sus ovejas, y a los cabros a su izquierda. Y dirá, con voz dulce y benigno aspecto, a aquellos que, tranquilos y hermosos, con la belleza gloriosa de su cuerpo santo esplendoroso, le mirarán con todo el amor de sus corazones: «Venid benditos de mi Padre, a tomar posesión del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; anduve peregrino y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis; enfermo y me visitasteis; prisionero y fuisteis a llevarme consuelo». Y los justos preguntarán: «Pero, ¿cuándo, Señor, te vimos con hambre y te dimos de comer; con sed y te dimos de beber? ¿Cuándo fue que te vimos peregrino y te acogimos, desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo y encarcelado y fuimos a visitarte?». El Rey de reyes les responderá: «En verdad os digo que cuando hicisteis una de estas cosas con uno de éstos, los más pequeñuelos de mis hermanos, me lo hicisteis a Mí». ■ Y luego se volverá a los que están a su izquierda y les dirá, con rostro severo y con ojos tan fijos que parecerán que de ellos salieran saetas, con una voz en la que resonará como un trueno la ira de Dios: «¡Fuera de aquí! ¡Apartaos de Mí, malditos! Idos al fuego eterno que la ira de Dios preparó para el demonio y sus ángeles tenebrosos, y para los que de ellos han escuchado las voces de la triple libídine. Yo tuve hambre y no me disteis de comer; sed y no me disteis de beber; estuve desnudo y no me vestisteis; fui peregrino y me rechazasteis; estuve enfermo, encarcelado y no me visitasteis. Porque teníais una sola ley: el placer de vuestro yo». Y ellos le contestarán: «¿Cuándo te vimos hambriento, sediento, desnudo, peregrino, enfermo, encarcelado? Nosotros en realidad no te conocimos; no vivíamos cuando Tú estabas en la Tierra». Él les replicará: «Es verdad. No me conocisteis, porque cuando viví en la Tierra, no estabais. Pero conocisteis mi palabra y tuvisteis a pobres entre vosotros, a hambrientos, a sedientos, a desnudos, a enfermos, a encarcelados. ¿Por qué no les hicisteis lo que tal vez me hubierais hecho a Mí? Porque, ciertamente, no se puede decir que aquellos, con quienes conviví, fueron compasivos conmigo, el Hijo del hombre. ¿No sabéis que estoy en mis hermanos, y que donde haya uno de ellos que sufría, allí estoy Yo, y que lo que no hicisteis con uno de estos hermanos míos pequeños me lo negasteis a Mí, Primogénito de los hombres? Idos y quemaos en vuestro egoísmo. Idos y que os envuelvan las tinieblas y el hielo porque tinieblas y hielo fuisteis, a pesar de saber dónde estaban la Luz y el Fuego de Amor». Y éstos se irán al suplicio eterno, mientras los justos entrarán en la vida inmortal. Estas son las cosas futuras… Ahora idos”.
* “Mateo, mi buen cronista, repíteles la parábola de las 10 vírgenes sabias y de las 10 necias y la de los talentos”.- ■ Luego se vuelve a Mateo: “Tú, mi buen cronista, repíteles a éstos la parábola de las diez vírgenes sabias y de las diez necias (9); la del amo que dio talentos (10) a sus tres siervos para que los hiciesen fructificar, lo que hicieron dos de ellos, y uno que era perezoso, lo enterró. ¿Te acuerdas?”. Mateo: “Sí, Señor mío. Las recuerdo con exactitud”. Jesús: “Entonces, repíteselas. No todos las oyeron. Y los que las saben tendrán el gusto de volverlas a oír. De este modo pasad así el tiempo hasta que regrese. ¡Velad! ¡Velad! Tened listo vuestro espíritu. Tales parábolas son apropiadas también para lo que acabo de decir. Hasta pronto. La paz sea con vosotros”. Toma a Juan de la mano y se aleja con él a la ciudad…  Los otros se dirigen al campo de los galileos. (Escrito el 2 de Abril de 1947).
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1  Nota  : Cfr. Mt. 24,1-51; Mc. 13,1-37; Lc. 17,26-37; Lc. 21,5-36.    2  Nota  : Cfr. Mt. 25,31-46:  Juicio final.  3  Nota  : Cfr. Dan. 9-12, y en particular: 9,27; 11,31; 12,11.  4  Nota  : “Si esos días no fueran acortados en consideración de los elegidos” (Cfr. Mt. 24,22).  5  Nota  : “Cuerpo… cadáver… cuerpo…”.  Mateo 24,28 tiene “cadáver”; Lucas tiene “cuerpo” (que es la Tierra, el mundo, como anota María Valtorta). Esta obra une armoniosamente las dos expresiones, haciendo que el pensamiento sea más claro; en el fin del mundo, el gran Cuerpo de la humanidad dejará de vivir y de perpetuarse sobre la Tierra muerta, y sobre esto ya Cadáver, como sucede siempre, cuando un cuerpo muerto queda insepulto, se precipitarán y se reunirán las aves de rapiña (Cfr. Lev, 11,13-16).   6  Nota  : “Juzgar a los últimos vivos y a los resucitados”. Cfr.1 Tes. 4,15-5,11; y también 1 Cor.15,20-28.   7  Nota  : Señal.- Es decir, como observa María Valtorta en una copia mecanografiada: la orden recibida de Noé de preparar el arca para salvar a todas las especies animales (Gén. 6,13-32). 8  Nota  : La doctrina del juicio particular, inmediatamente después de la muerte, y que no puede confundirse con el juicio universal al fin del mundo, más o menos se encuentra en la Biblia. He aquí algunos lugares selectos: Lc. 23,43; 2 Cor. 5,1-10; Fil. 1,21-26; Hebr. 9,27-28; Apoc. 14,13.   9  Nota  : Parábola de las diez vírgenes: (Mateo 25,1-13) Parábola relatada en el episodio 3-206-302 en el tema “Salvación-Condenación”. 10 Nota  : Parábola de los talentos:  (Mt. 25,14-30). Parábola relatada en el episodio 4-281-347 en el tema  “Sacerdotes”.
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(<Jesús resucitado está dando las últimas instrucciones a apóstoles y discípulos en un monte no lejano a Nazaret. Ahora les habla del sacerdocio>)
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10-635-328 (11-21-789).- El abominio de la desolación en el nuevo sacerdocio.- Pedro deberá ser Pastor y Nauta.
* “En verdad os digo que por las culpas del Templo esta nación será dispersada. Igualmente os aseguro que será destruida la Tierra cuando el abominio de la desolación entre en el nuevo sacerdocio, arrastrando a los hombres a la apostasía para abrazar doctrinas infernales. Entonces surgirá el hijo de Satanás. Pocos permanecerán fieles al Señor”.- ■Dice Jesús: “Considerad que contra vosotros conspiran el mundo, la edad, la enfermedad, el tiempo, las persecuciones. Evitad, pues, el ser avaros de lo que habéis recibido y evitad la imprudencia. Transmitid en mi Nombre el Sacerdocio a los mejores de entre los discípulos para que la Tierra no se quede sin sacerdotes. Y que sea un carácter sagrado, concedido después de un examen severo, basado no en palabras, sino en acciones de aquel que os pida ser sacerdote, o de aquel a quien juzguéis apto para serlo. Pensad en lo que es el sacerdote, en el bien o mal que puede hacer. ■ Tenéis ejemplo de lo que puede hacer un sacerdote venido a menos en su carácter sagrado. En verdad os digo que por las culpas del Templo esta nación será dispersada. Igualmente os aseguro que será destruida la tierra cuando el abominio de la desolación (1) entre en el nuevo sacerdocio, arrastrando a los hombres a la apostasía para abrazar doctrinas infernales. Entonces surgirá el hijo de Satanás, y los pueblos, tremendamente horrorizados, gemirán, y pocos permanecerán fieles al Señor; entonces, entre convulsiones de horror, vendrá el fin después de la victoria de Dios y de sus pocos elegidos, y descenderá la ira de Dios sobre todos los malditos. ¡Desventura, tres veces desventura, si para esos pocos ya no hay santos, los últimos recintos del Templo de Jesús! ¡Desventura, tres veces desventura si para confortar a los últimos cristianos no hay verdaderos sacerdotes, como los habrá para los primeros! En verdad, la última persecución, no siendo persecución de hombres sino del hijo de Satanás y sus seguidores, será horrenda”.
* Cómo deberán ser los sacerdotes de la última hora. “¡Mi Iglesia destrozada por sus mismos ministros! Y Yo sosteniéndola con la ayuda de las almas víctimas. Pedro, Pastor y navegante para los tiempos borrascosos, recoge, guía, levanta en alto mi Evangelio porque en él y no en otra ciencia se encuentra la salvación”.- ■ Jesús: “¿Sacerdotes? Tan feroz será la persecución de las hordas del Anticristo, que los de la última hora deberán ser más que sacerdotes. Semejantes al hombre vestido de lino (2), que se hizo digno de estar al lado del Señor, así ellos deberán, infatigablemente, con su perfección, marcar una Tau en los espíritus de esos pocos fieles, para que las llamas del Infierno no la borren. ¿Sacerdotes? Ángeles. Ángeles que agiten el incensario cargado de los inciensos de sus virtudes para purificar los miasmas de Satanás. ¿Ángeles? Más que Ángeles: otros Cristos, para que los fieles de los últimos tiempos puedan perseverar hasta el fin. Esto es lo que deberán ser. ■ Pero el bien y el mal futuros tienen su raíz en el tiempo presente. Las avalanchas de nieve empiezan con un copo de nieve. Un sacerdote indigno, impuro, lujurioso, hereje, infiel, incrédulo, tibio o frío, un sacerdote sin voluntad de serlo, hace un daño diez veces superior al que provoca un fiel culpable de los mismos pecados. La relajación en el sacerdocio, el acoger doctrinas impuras, el egoísmo, la avaricia, la concupiscencia en el Sacerdocio, ya sabéis a dónde desembocan: en el deicidio. Y en los siglos futuros ya no se podrá matar al Hijo de Dios, pero sí se podrá matar la fe en Dios, la idea de Dios. Por lo cual se realizará un deicidio mayor, mucho mayor porque carecerá de resurrección. Y, que se podrá realizar, lo estoy viendo, debido a los muchos Judas de Keriot que habrá en los siglos futuros. ¡Un horror!… ¡Mi Iglesia destrozada por sus mismos ministros! ■¡Y Yo sosteniéndola con la ayuda de las almas víctimas! ¡Y ellos, esos sacerdotes que tendrán solamente el vestido pero no el alma del sacerdote, se ocuparán en mover las olas agitadas por la Serpiente infernal contra tu barca, Pedro! ¡Entonces en pie! ¡Yérguete! Transmite esta orden a tus sucesores: «Mano al timón, mano dura con los náufragos que han querido naufragar y que quieren que naufrague la barca de Dios». Castiga, pero salva y sigue adelante. Sé severo, pues los piratas se hacen dignos de que se les castigue. Defiende el tesoro de la fe. Mantén en alto la luz cual faro, sobre las enfurecidas olas, para que los que siguen tu barca la vean y no perezcan. Pastor y navegante para los tiempos borrascosos, recoge, guía, levanta en alto mi Evangelio, porque en él y no en otra ciencia se encuentra la salvación”.
* “Vendrán días en que el Libro será sustituido por los demás libros. El Evangelio será enseñado científicamente bien pero espiritualmente mal. ¿Qué fruto producirán (los fieles) de esta enseñanza y de este conocimiento imperfecto del Evangelio?”.- ■ Jesús: “Lo mismo que nos ha sucedido a los de Israel, y aún más profundamente, llegarán tiempos en que el sacerdocio creerá —por saber solo lo superfluo, desconociendo lo indispensable, o conociendo solo su forma muerta, esa forma con que ahora los sacerdotes conocen la Ley, o sea, no en el espíritu sino en su forma exterior, y exageradamente recargado de adornos— creerá, digo, con sus vestidos cargados de franjas, ser una clase superior. Vendrán días en que el LIBRO quedará sustituido por todos los demás libros, y aquel será usado sólo como lo usaría uno que debiera utilizar forzadamente un objeto, mecánicamente; como un agricultor ara, siembra, cosecha sin pensar en la maravillosa providencia que hay en esa nueva multiplicación de semilla que sucede todos los años: una semilla arrojada en la tierra removida, que se hace tallo y espiga, luego harina, y luego pan por paterno amor de Dios. ¿Quién hay, que al llevar a la boca un pedazo de pan, levante su espíritu al que creó la primera semilla y desde siglos la hace renacer y crecer, haciendo caer sobre ella la lluvia y el calor para que germine y se alce y madure sin secarse o quemarse? Así, llegará el tiempo en que será enseñado el Evangelio científicamente bien pero espiritualmente mal. ■ Ahora bien, ¿qué es la ciencia a la que falta la Sabiduría? Paja tan solo. Paja que hincha pero que no nutre. Y en verdad os digo que vendrá un tiempo en el que demasiados sacerdotes de entre los Sacerdotes serán semejantes a hinchados pajares, soberbios pajares, que se mostrarán arrogantes con el orgullo de estar muy llenos, orgullo que les impedirá reconocerse tales, que creerán que a ellos se les deben las espigas como si éstas crecieran entre la paja; y creerán ser todo por tener toda esa paja, en vez del puñado de granos, del verdadero alimento que es el espíritu del Evangelio. ¡Un montón! ¡Un montón de paja! Pero ¿puede acaso bastar la paja? Ni siquiera lo es para la barriga del asno, y, si su dueño no le da cereales y forraje fresco, el asno nutrido solo con paja se debilita e incluso muere. Pues bien, os digo que vendrán días en que los sacerdotes, olvidando que con pocas espigas instruí a los espíritus en orden a la verdad, y olvidando también lo que costó a su Señor ese pan verdadero del espíritu (que mana de la Sabiduría divina, que se llama Palabra Divina, la cual es majestuosa en su estilo doctrinal, que, al repetirse, es siempre nueva y siempre vieja, y que si se le repite es para que no se pierdan las verdades, humilde en su forma, sin atavíos de ciencias humanas, sin añadiduras históricas o geográficas) esos sacerdotes, digo, no se preocuparán del alma de ese pan del espíritu, sino sólo del revestimiento con que presentarlo, para hacer ver a las multitudes cuántas cosas saben, y el espíritu del Evangelio quedará difuminado en ellos bajo avalanchas de una ciencia humana (3). Pero, si no lo poseen ¿cómo pueden transmitirlo? ¿Qué darán a los fieles estos pajares hinchados? Paja. ¿Qué alimento podrán recibir de ellos los corazones de los fieles? Pues lo que no da para más que para llevar una vida lánguida. ¿Qué fruto producirán de esta enseñanza y de este conocimiento imperfecto del Evangelio? Pues el enfriamiento de los corazones, el que entren doctrinas heréticas, doctrinas e ideas más que heréticas incluso, en vez de la verdadera y única Doctrina; y la preparación del terreno para la Bestia (4), para su fugaz reino de hielo, tinieblas y horror”.
* “Pero Tú, Pontífice, y vosotros, Pastores, estad atentos para que no se pierda el espíritu del Evangelio. Rogad para que se renueve en vosotros un constante Pentecostés. Y no dejéis que caigan en el vacío mis Voces futuras. Cada una de ellas es una misericordia mía. Pedro, pastor y nauta. Tu brújula sea el Evangelio. En él se encuentra Vida y Salvación. Procura que no vengan dudas sobre él, ni alteraciones, ni sustituciones ni sofisticaciones. Yo mismo soy el Evangelio”.- Jesús: “En verdad os digo que, de la misma manera que el Padre y Creador multiplica las estrellas para que el cielo no se despueble, por las que, terminada su vida, perecen, así, igualmente, Yo tendré que enseñar el Evangelio cien y mil veces a mis discípulos a los que esparciré entre los hombres a lo largo de los siglos. Y también en verdad os digo que el destino de éstos será como el mío; es decir, la Sinagoga y los orgullosos les perseguirán como lo hicieron conmigo (5). Pero tanto Yo como ellos tenemos nuestra recompensa: la de hacer la Voluntad de Dios, y la de servirle hasta la muerte de cruz para que su gloria resplandezca y el conocimiento de Él no se apague. ■ Pero tú, Pontífice, y vosotros, Pastores, estad atentos de que en vosotros y en vuestros sucesores no se pierda el espíritu del Evangelio. Rogad sin cesar al Espíritu Santo para que se renueve en vosotros un constante Pentecostés —no comprendéis lo que estoy diciendo, mas pronto lo comprenderéis— para que podáis comprender todos los idiomas, discernir mis Voces de las del eterno Mono, imitador de Dios que es Satanás, y elegir aquellas. Y no dejéis que caigan en el vacío mis Voces futuras. Cada una de ellas es una misericordia mía para vuestra ayuda; y esas Voces, cuanto más vea Yo, por razones divinas, que el Cristianismo las necesita para vencer las borrascas de los tiempos, más numerosas serán. ■ Pedro, pastor y nauta.  No te bastará un día ser pastor, si no eres nauta, ni ser nauta, si no eres pastor. Una y otra cosa debes ser para tener unidos a los corderos, a los que tenazas y trampas infernales tratarán de arrancar con melodías de promesa infernales, con que querrán seducirte,  y seguir adelante con tu barca, a la que atacarán vientos de todas clases, de norte y sur, poniente y oriente, barca que se verá atacada por las fuerzas de lo profundo, asaeteada por los arqueros de la Bestia, envuelta en las miasmas del Dragón, rodeada por su cola, en tal forma que los imprudentes se verán envueltos en llamas y perecerán en medio de enfurecidas olas. Pastor y nauta en tiempos verdaderamente dificultosos… Tu brújula sea el Evangelio. En él se encuentra Vida y Salvación. Todo se encuentra en él. Todos los artículos del Código santo, todas las respuestas para los múltiples casos de las almas se encuentran en él. Procura que no se separen de él ni los sacerdotes ni los fieles. Procura que no vengan dudas sobre él, ni alteraciones a él, ni sustituciones ni sofisticaciones. Yo mismo soy el Evangelio. Desde mi nacimiento hasta la  muerte. En el Evangelio está Dios. Porque en él se muestran a las claras las obras del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. El Evangelio es amor. Yo he dicho: «Mi Palabra es Vida». He dicho: «Dios es caridad». Por lo tanto, que conozcan los pueblos mi Palabra, que sepan qué significa conocer a Dios. Para tener el Reino de Dios. Porque el que no está en Dios, no tiene en sí la Vida. Porque los que no aceptan la Palabra del Padre, no podrán ser una cosa con el Padre, conmigo y con el Espíritu Santo en el Cielo, y no podrán pertenecer a ese único Redil que es santo como Yo quiero que lo sea. No serán sarmientos unidos a la Vid, porque quien rechaza todo o parte de mi Palabra es un miembro por el que ya no circula la savia de la Vid. Mi Palabra es savia que alimenta y hace crecer y producir frutos”. (Escrito el 22 de Abril de 1947).
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1  Nota  : Cfr. Daniel 9,27 y Mt. 24,15-25 que dice: “Cuando vean instalado en el Templo al ídolo del invasor, según las palabras del Profeta Daniel, huyan… Aparecerán falsos cristos y falsos profetas que harán cosas maravillosas y prodigiosas, capaces de engañar”.  2  Nota  : Cfr.  Eze.  9,2.3.11; 10,2.6.7.   3  Nota  : El mejor  medio  de estudiar la Biblia  es tratarla  no solo como un libro humano, sino como lo es, un libro divino. El Conc. Vat. II, resumiendo y adaptando las normas escritas en las Encíclicas de León XIII, Benedicto XV, Pío XII y en otros documentos, ha sintetizado el método del estudio. Cfr. Constitución Dogmática “Dei verbum”, cap. III. n. 12.   4  Nota  : Cfr.  Dan.  7;  Apoc. 12-13.   5  Nota  :Les perseguirán  como lo  hicieron conmigo”.  Cfr. Par.  24,17-22;  Mt. 5,11-12; 23,33-39; Lucas 11,49-51; Ju. 15,18-16,4; Rom. 12,14-21.
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.                       Dictados extraídos de los «Cuadernos de 1943/1950»
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43-50.- “Muchos  piden una señal ¿Qué señal? ¿La de la hora o la de mi poder?”.
“La de la hora ya la tenéis. Todo cuanto debía ocurrir se halla contenido en mi Evangelio. Sois vosotros, necios, que tenéis la cabeza llena de mil ruidos inútiles y de pensamientos perversos, los que ya no entendéis cuanto Yo dije”.- ■ Dice Jesús: “Muchos piden una señal. ¿Qué señal? ¿La de la hora o la de mi poder?  La de la hora ya la tenéis. Repito: «Yo no vine a cambiar la Ley». Sois vosotros los que la habéis cambiado. Yo no mudo mi Palabra. Lo que dije, dicho está. Todo cuanto debía ocurrir, desde el momento en que Yo hablaba, como Hombre entre los hombres, hasta el momento en que venga como Dios-Hijo de Dios, a juzgar a los hombres, se halla contenido en mi Evangelio. Sois vosotros, necios, que tenéis la cabeza llena de mil ruidos inútiles y de pensamientos perversos, los que ya no entendéis cuanto Yo dije. ¿Acaso no estáis salados con el fuego, con aquel fuego que salará eternamente a mis enemigos? Este que ahora os quema y cae sobre vosotros para destruiros y arrastraros cada vez más a la blasfemia y a la herejía, no es más que un anticipo de lo que será aquel fuego del que os hablo, destinado a los escandalosos que no se convierten. Y de éstos sois vosotros. Tan sólo os preocupáis del cuerpo y de las riquezas inicuas y destrozáis conciencias y altares y profanáis todo cuanto tocáis, y por segunda vez matáis a Mí en vosotros. Estos son los dones que os da Lucifer bajo cuya enseña os ponéis. La bestia exhala de su boca el fuego tras haberos hundido en el mal de la corrupción. Estos son sus dones. No os puede daros otros. Mientras que Yo os di, junto conmigo mismo, todos los tesoros de la gracia”.
“¿Queréis una manifestación de mi poder? ¡Pero si hace ya veinte siglos que os vengo dando esta manifestación! He abierto sobre vosotros los torrentes de mis gracias, he venido a repetir mi doctrina, he mandado a mi Madre. A mis enviados, que vienen a ser mis pregoneros para repetir una vez más la palabra de mi Corazón, les habéis tratado como de «locos» y «obsesos». Como también fui Yo llamado”. ■ Jesús: “¿Queréis una manifestación de mi poder? ¡Pero si hace ya veinte siglos que os vengo dando esta manifestación! ¿De qué ha servido? He abierto sobre vosotros los torrentes de mis gracias haciéndolas caer sobre la Tierra en miles y decenas de miles de milagros. He sanado vuestros enfermos, he pacificado vuestras guerras, he hecho prosperar vuestras empresas, he dado respuesta a vuestras dudas, incluso en cosas de fe, porque conozco vuestra debilidad que no cree si no ve, he venido a repetir mi doctrina, he mandado a mi Madre para que con su dulzura os inclinase a penitencia y al amor. ¿De qué ha servido? Me habéis tratado igual que a un necio abusando de mi poder y de mi paciencia, convencidos de que Yo, tras haber realizado el milagro, ya no me acordaría más de él. No, hijos de mi dolor. Todo está anotado en el gran libro de mi Inteligencia. Y para escribir en ella no se ha empleado tinta sino el carbón encendido del Amor. Todo está en el recuerdo. Habéis explotado la venida de mi Madre para fines humanos haciéndola objeto de risa y de comercio. ¿No sabéis que María es mi Templo y que mi Templo es casa de oración y no cueva de ladrones? Sus palabras, tan afectuosas, tan suplicantes, tan impregnadas de llanto por vosotros que le matasteis al Hijo y que no sabéis, por otra parte, sacar fruto de tanto sacrificio, os suenan inútiles cadencias. Habéis seguido vuestro camino de perdición. ■ A mis enviados, las almas que, viviendo cual debierais vivir todos, vienen a ser mis pregoneros para repetir una vez más la palabra de mi Corazón, les habéis tratado de «locos» y «obsesos» y alguna vez les habéis matado y siempre atormentando. También Yo fui llamado «loco» y «obseso» por la generación adúltera y homicida de mi tiempo mortal”.
Otra señal que ésta no se os dará. Buscadla en mi Palabra y en vuestra conciencia si es que atináis tal vez a encontrarla viva”.-  ■ Jesús: “¡La señal! Tenéis la señal y no sirve para devolveros mi paternidad. Otra señal que ésta no se os dará. Buscadla en mi Palabra y en vuestra conciencia si es que atináis tal vez a encontrarla viva bajo el montón de lujurias, adulterios, fornicaciones, hurtos, homicidios, envidias, blasfemias y soberbias bajo los que la habéis lapidado. ■ Hoy es la Ascensión. Antes de ascender, Yo bendije a mi Madre y a mis discípulos. No tenía otros a quienes bendecir porque los demás me habían rechazado y maldecido. También ahora bendigo a mis discípulos porque los demás no me quieren y blasfeman contra mi bendición”. (Escrito el 3 de Junio 1943).
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43-55.- “Vendré, bien «a pesar mío», pues mi segunda venida será de Juicio y juicio tremendo… y, para la mayor parte de vosotros, será juicio de condenación”.
* Yo soy Dios y veo en el corazón de los hombres y por eso no os escucho en esto (el milagro de una manifestación divina). No quiero que os condenéis todos. Los grandes culpables están ya juzgados. Mas a vosotros intento salvaros. ■ Dice Jesús: “Querríais que viniera y me mostrase para aterrorizar y pulverizar a los culpables. ¡Oh miserables! No sabéis lo que pedís. Vendré, bien a pesar mío. Digo «a pesar mío» porque mi venida será de Juicio y juicio tremendo. Si hubiera de venir para salvaros no me expresaría así y no buscaría el alejar los tiempos de mi venida, antes, por el contrario, me apresuraría ansiosamente a salvaros todavía. Mas mi segunda venida será de Juicio severo, inexorable, general y, para la mayor parte de vosotros, será juicio de condenación. No sabéis lo que pedís, ya que, por más que Yo me mostrase ¿dónde está en los corazones y, particularmente, en los mayormente culpables de las maldades de hoy, aquel corto residuo de fe y de consideración que les haría postrarse con el rostro en tierra para pedirme piedad y perdón? No, hijos, pedís venganza al Padre cuando Él es Padre del perdón. ■ Aunque mi Rostro fulgurase en vuestro cielo y mi Voz, que creó mundos, tronase de oriente a occidente, no cambiarían las cosas sino que un nuevo coro blasfemo de insultos, una nueva vorágine de injurias serían lanzadas contra mi Persona. Repito: podría hacer un milagro y lo haría si supiese que después os ibais a arrepentir y ser mejores. ■ Vosotros, los grandes culpables, que lleváis a los pequeños a desesperar y a pedir venganza; y vosotros, los pequeños culpables, que pedís venganza. Pues bien, ni vosotros, los grandes culpables, ni vosotros, los pequeños culpables, os arrepentiríais ni seríais mejores después del milagro. Pisotearíais incluso, con un furor de gozo culpable, los cuerpos de los castigados, desmereciendo con ello ante mi presencia y os subiríais arriba para oprimir vosotros, a vuestra vez, desde aquel trono estribado sobre un castigo. Esto es lo que querríais: que Yo hiriese para poder herir vosotros a vuestra vez. ■ Yo soy Dios y veo en el corazón de los hombres y por eso no os escucho en esto. No quiero que os condenéis todos. Los grandes culpables están ya juzgados. Mas a vosotros intento salvaros. Y esta hora es para vosotros criba de salvación. Caerán en poder del Príncipe de los demonios aquellos que tienen ya en sí la cizaña del demonio, mientras que aquellos que tienen en el corazón el grano de trigo germinador del eterno Pan, germinarán en Mí para la vida eterna”. (Escrito 5 de Junio de 1943).
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43-81.- Si las ¾ de las almas vivieran del espíritu, dignas de Cielo, Yo pronunciaría para la Tierra la palabra «Fin».
* Mas, puesto que eso, debido a la mala voluntad, jamás sucederá, serán las almas víctimas, almas que han alcanzado las cimas del espíritu, caridad y sacrificio —“trinidad de cosas necesarias para ser discípulos verdaderos míos”— las que, reparando por los demás, han de salvar al mundo.Dice Jesús: “Si por un milagro especial, querido en sus ¾ por vuestra voluntad —porque sin vuestra voluntad ciertos milagros no pueden, no deben acaecer— y en su una cuarta parte por mi benignidad, todas las almas llegasen a vivir exclusivamente del espíritu, o sea, que todas fuesen dignas del Cielo, Yo pronunciaría para la Tierra la palabra «Fin» al objeto de llevaros a todos al Cielo antes de que un nuevo fermento de humanidad corrompiese de nuevo a alguno de los más débiles de entre vosotros. Mas, por desgracia, esto no sucederá jamás. Por el contrario, la espiritualidad y el amor mueren cada vez más sobre la Tierra. ■ Por esto las almas que saben vivir en la espiritualidad y en el amor deben alcanzar las cimas del espíritu, de la caridad y del sacrificio —porque nunca falta el sacrificio en esta trinidad de cosas necesarias para ser discípulos míos verdaderos— y reparar por aquellas que han esterilizado su espíritu y el amor en sus corazones. Las almas que sepan reparar, consolar y sufrir serán las víctimas que salven al mundo”. (Escrito el 12 de Junio de 1943).
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43-88.- “Nunca como ahora es necesario rogar al dueño de la mies, que envíe verdaderos operarios”.
* El día en que en el mundo ya no hubiese sacerdotes verdaderamente sacerdotales, el mundo acabaría en un horror imposible de describir con palabras”.- ■ Dice Jesús: “Son pocos en demasía los sacerdotes verdaderos que se parten a sí mismos para prodigarse a sus hijos. Nunca como ahora es necesario rogar al Dueño de la mies para que mande verdaderos operarios a la misma que cae perdida por no haber número suficiente de verdaderos e incansables operarios sobre los que se posa mi mirada con bendiciones y amor infinito y agradecido. ¡Ojalá si pudiera decir a todos mis sacerdotes: «Venid, siervos buenos y fieles, entrad en el gozo de vuestro Señor»! Ruega por el clero secular y por el conventual. ■ El día en que en el mundo ya no hubiese sacerdotes verdaderamente sacerdotales, el mundo acabaría en un horror imposible de describir con palabras. Sería llegado el momento de la «abominación de la desolación»; pero con una violencia, a la vez, tan espantosa, que sería un infierno trasladado a la Tierra”. (Escrito el 14 de Junio de 1943).
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43-101.- «Esta es la lucha entre el Cielo y el Infierno».
“Lucifer, en sus manifestaciones, ha buscado siempre imitar a Dios. Al igual que Dios da a cada Nación un ángel tutelar, Lucifer da su demonio”.- ■ Dice Jesús: “Escribió el Padre (1) hace días que se hallaba perplejo acerca del verdadero origen del azote actual «porque un reino contra sí dividido ya no es reino». Le haré ver al Padre que eso es posible al ser la división puramente aparente. Lucifer, en sus manifestaciones, ha buscado siempre imitar a Dios. Al igual que Dios da a cada Nación un ángel tutelar, Lucifer da su demonio. Y así como los distintos ángeles de las Naciones obedecen a un único Dios, los distintos demonios de las Naciones obedecen a un único Lucifer. ■ La consigna dada por Lucifer en la coyuntura presente a los diferentes demonios es una consigna única para todos. De donde se desprende que el reino de Satanás no está dividido y, por tanto, permanece. Esta consigna puede enunciarse así: «Sembrad horrores, desesperaciones y errores a fin de que los pueblos se aparten de Dios y le maldigan». También mis ángeles luchan en defensa del país que se le encomendó; mas no encuentran terreno propicio. Por lo que se ven en inferioridad con los enemigos infernales. Para vencer, deberían mis ángeles ser ayudados por quienes viven en el Bien, por los que viven en Mí. No los encuentran pues son pocos en demasía comparados con los que no creen ni aman ni perdonan ni saben sufrir”.
* “Es el caso de repetir: «Satanás ha reclamado el cribaros». Y resulta de la criba que la corrupción es como en tiempos del Diluvio. Cuando venga Cristo para vencer en su Profeta a su eterno Antagonista, encontrará pocos marcados con la Cruz en su espíritu”.- Jesús: “Es el caso de repetir: «Satanás ha reclamado el cribaros». Y resulta de la criba que la corrupción es como en los tiempos del diluvio, agravada por el hecho de que vosotros habéis tenido a Cristo y a su Iglesia, mientras que en los tiempos de Noé no los tuvieron. Lo he dicho ya y lo repito: «Esta es la lucha entre el Cielo y el Infierno». No sois vosotros sino una mampara engañosa. Al socaire de vuestras filas batallan ángeles y demonios. Tras el pretexto que sois vosotros, ésta es la razón verdadera: la lucha de Satanás contra Cristo. ■ Es ésta una de las primeras selecciones de la humanidad que se aproxima a su última hora en la que se ha de separar la mies de los elegidos de la mies de los réprobos. Mas, por desgracia, la mies de los elegidos es escasa respecto a la otra. Cuando venga Cristo para vencer en su Profeta a su eterno antagonista, encontrará pocos marcados con la Cruz en su espíritu”. (Escrito el 19 de Junio de 1943).
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1  Nota  : Padre Migliorini.
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43-198.- “La malicia y la soberbia os embota vuestro espíritu para arrepentiros. ¿Qué se promete al que observa la Ley? ¿Y al que la infringe? Soy Padre y Salvador, y aun en la última hora trataré de salvaros”.
* El mundo, que se repite tanto en errores (perfeccionados ahora) como en rectificaciones (más embrionarias ahora) —porque han crecido su malicia y su soberbia hasta alcanzar ya la cumbre—, se encuentra en el ápice de su edad. Mas la parábola descendente es más veloz que la ascendente, siendo la malicia y la soberbia los pesos que la empujan al abismo del fin.-Dice Jesús: “Ya te dije que cuanto se contiene en los libros antiguos dice relación con el presente. Es como si una serie de espejos fuese repitiendo, llevándola cada vez más adelante, una escena vista antes. El mundo se repite a sí mismo tanto en los errores como en rectificaciones, aunque con esta diferencia: que los errores se perfeccionan cada vez más con la evolución de la raza hacia la así llamada civilización, mientras que las rectificaciones vienen a ser siempre más embrionarias. ¿Por qué? Porque, al pasar el mundo de la edad de la infancia a otra más completa, han crecido su malicia y su soberbia. ■ Os encontráis ahora en la cumbre de la edad del mundo habiendo alcanzado también la cumbre de la malicia y de la soberbia. No penséis por ello que habréis de vivir todavía otro tanto más de lo que habéis vivido. Si estáis en la cúspide habría que decir que os queda otro tanto por vivir. La parábola descendente del mundo hacia su fin no será tan larga como la ascendente. Será un precipitarse hacia el fin y las que os precipitan son precisamente la malicia y la soberbia, dos pesos que os empujan al abismo del fin, al juicio tremendo. La soberbia y la malicia, además de empujaros por la parábola descendente, os embotan de tal suerte el espíritu que os hacen cada vez más incapaces de detener la bajada con un arrepentimiento sincero”.
* Desde el inicio del mundo Dios estableció con mente que no yerra lo que es el Bien y el Mal. Dios no cambia en su medida, a excepción de haberos dado, en primer lugar, la Ley y los Profetas, y, después, haberos mandado al Verbo con sus enseñanzas, su Sangre y la ayuda de los sacramentos.Jesús: “Ahora bien, si vosotros habéis procedido así: dando la espalda al Bien y la cara al Mal, Yo, el Eterno, he permanecido firme en mi exacta medida, tanto del Bien como del Mal. Desde que fue hecha la luz y con ella inicióse el mundo, establecí con mente que no yerra lo que es el Bien y lo que es el Mal. Y la fuerza humana, la limitada fuerza humana, no puede cambiar ni romper ese código eterno escrito por el dedo de Dios sobre páginas intangibles que no son de esta tierra. La única mutación, a partir del instante en que por mi Querer fueron creados el mundo y el hombre, radica en esto: en que, al principio, debíais regiros y guiaros por las tablas de la Ley y por la palabra de los Profetas. Mas después me tuvisteis a Mí, Verbo Redentor, para explicaros la Ley, para daros mis enseñanzas y mi Sangre, para traeros con mi espíritu que disipa sombras, para sosteneros más tarde, a través de los siglos, con los Sacramentos y sacramentales. Mas ¿qué habéis hecho con mi venida? Un nuevo peso de culpas de las que habréis de responder”.
* Las antiguas páginas explican la hora actual. ¿Qué se promete al que observa la Ley? ¿Con qué se amenaza al que la infringe?.- Jesús: “¿Quieres que contemplemos juntos las antiguas páginas en las que se dan explicaciones sobre la hora actual? Tú las has sentido como aguijón; mas Yo te las mostraré mejor. ¿Qué se promete al que observa la Ley? Prosperidad, abundancia, paz, descendencia sana y numerosa, triunfo sobre los enemigos ya que el Señor habría de estar en el filo de las espadas de sus siervos contra los que quisieran alzar su mano contra los hijos del Altísimo. ¿Con qué se amenaza al que la infringe? Con hambre, carestía, guerras, derrotas, pestes, abandono por parte de Dios, opresión de los enemigos en virtud de la cual los que antes eran hijos del Altísimo llegarán a ser como rebaño de ovejas perseguidas y espantadas, destinadas a la matanza. ■ Os lamentáis de la hora que os toca vivir. Mas ¿la encontráis injusta? ¿Os parece excesivo el rigor? No. Es justa y menos dura de lo que merecéis. Os salvé y volví a salvaros de mil maneras. Os perdoné y volví a perdonaros siete mil y otro siete mil delitos más. Vine de intento a daros Vida y Luz. Yo, Luz del mundo, vine a estar entre vuestras tinieblas para traeros la Palabra y la Luz. Ya no he hablado más entre torbellinos y fuego por boca de los profetas. No. Vine Yo; Yo personalmente. Partí mi pan con vosotros en la fatiga; me consumí a Mí mismo evangelizándoos; morí por vosotros; con mi Palabra disipé toda duda acerca de la Ley; con mi Resurrección disipé toda duda acerca de mi Naturaleza; os dejé a Mí mismo a fin de ser vuestro alimento espiritual, apto para daros la Vida. Mas vosotros me disteis la muerte.  Os di la Palabra, el Amor, la Sangre de un Dios, y vosotros habéis cerrado vuestros oídos a la Palabra, vuestra alma al Amor y maldecido mi Sangre. El antiguo Tabernáculo en el que había dos tablas de piedra escritas por el dedo de mi Profeta y un poco de maná, los sustituí por el nuevo Tabernáculo en que está el Pan verdadero bajado del Cielo y mi Corazón en el que está escrito el Pacto de amor que vosotros, no Yo, transgredís. ■ Ya no podéis decir: «No sabemos cómo sea Dios». Al no ser conforme con vuestra torpeza el amar a un espíritu, tomé Carne a fin de que tuvieseis Carne a la que amar. Y bien ¿qué habéis hecho? ¿Qué hicisteis siempre? Habéis vuelto vuestras espaldas a Dios, a su altar, a su Persona. Nada habéis querido con Dios, el Dios Uno y Trino, el Dios verdadero. Habéis querido dioses, y vuestros dioses actuales son más ignominiosos que los dioses antiguos o que los fetiches de los idólatras. En éstos aún incuba el respeto a la imagen de Dios tal como su mentalidad o ignorancia aciertan a concebirla. Y así, en verdad, en verdad os digo que los idólatras naturales serán juzgados mucho menos severamente que vosotros, idólatras por malicia, vendidos a la peor de las idolatrías: la autoidolatría. Sí, os habéis creado dioses de carne, de carne putrefacta, y ante ellos habéis sabido entonar himnos y doblar la cabeza y la espalda que no supisteis doblar ante Dios. Habéis despreciado, repudiado, escarnecido y quebrantado mi Ley mientras habéis aceptado y obedecido como esclavos y como fieras domesticadas por el domador, la ley mentida que os han propuesto unos cuantos hombres más extraviados aún que vosotros, cuyo destino es tal que hace temblar de horror al Cielo entero. ¡Idólatras, paganos, vendidos a la carne, al dinero, al poder, a Satanás, que es el señor de estos tres reinos nefandos: la carne, el dinero y el poder!”.
* “Soy Padre y Salvador, y aun en la última hora trataré de salvaros”.- Valor de un alma: no bastan los tesoros de la tierra para comprarla.-Jesús: “Mas ¿por qué, pueblo mío, has abandonado el Reino que te había dado? ¿Por qué has huido de tu Rey de Perfección y Amor y preferido la barbarie del Reino de Satanás? ¿Así pagas al Altísimo que es para ti Padre y Salvador? ¿Y te extrañas de que brote fuego de la tierra y llueva fuego del cielo para reducir a cenizas la raza proterva y traidora que ha renegado de Dios y acogido a Satanás y a sus ministros? ■ No. Satanás no necesita trabajar ni fatigarse para engulliros. Soy Yo el que debo fatigarme para ver de atraeros todavía; porque si vosotros habéis renegado de vuestro origen, Yo tengo presente que soy Padre y vuestro Salvador. Ni aun la última hora en la que habéis de ser congregados para la selección inexorable repudiaré a mis hijos desgraciados y entonces intentaré todavía salvaros. ■ Este castigo, María, no es inmerecido. Es justo. Y grave, puesto que son gravísimas vuestras culpas. Mas no, no ha sido dado por malquerencia de un Dios que todo es bondad. Daríaselo a Sí mismo vuestro Dios por evitároslo a vosotros si supiese que os había de aprovechar. Mas debe, debe dejar que seáis vosotros mismos los que os castiguéis con vuestras locuras y con vuestros contubernios con la Bestia. Millares y decenas de millares perecerán por todos los rincones de la tierra; ■ mas alguno, en la agonía que os ahogue, sentirá resonar la voz de Dios, y desde las tinieblas alzará su faz hacia la Luz. Ese uno que vuelva justificará el castigo porque  —sábelo y piensa cuánta es la obligación de guardarla—  el precio y el valor de un alma es tal que no bastan todos los tesoros de la tierra para comprarla. Es necesaria la Sangre de un Dios. La mía”. (Escrito el 21 de Julio de 1943).
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43-207.- Al final de los tiempos: muchas estrellas (sacerdotes) caerán, horas de tinieblas en la Iglesia, breve y tremendo reinado del Anticristo.
* Debilitamiento del sacerdocio producto del caos no tanto del sentido sino de la mente. ■ Dice Jesús: “Cuando llegue el tiempo, muchas estrellas serán envueltas en manos de Lucifer que para vencer necesita se amortigüen las luces de las almas. Esto será factible porque, no ya los laicos, mas también los eclesiásticos, han perdido y pierden cada vez más aquella firmeza en la fe, en la caridad, en la fortaleza, en la pureza y en el alejamiento de las seducciones del mundo, necesaria para permanecer en la órbita de la luz de Dios. ¿Sabes quiénes son las estrellas de que hablo? Son aquellos a los que Yo di el apelativo de sal de la tierra y luz del mundo: mis ministros. Es empeño de la sutil malicia de Satanás apagar, trastornándolas, estas luminarias que son luces que reflejan mi Luz a las gentes. Si con tanta luz, que todavía emana la Iglesia sacerdotal, se van hundiendo cada vez más las almas en las tinieblas, es de prever la oscuridad que oprimirá a las gentes cuando se apaguen muchas estrellas en mi cielo. ■ Satanás lo sabe y siembra sus semillas para preparar el debilitamiento del sacerdocio con el fin de poderlo fácilmente envolver en sus pecados, no tanto del sentido cuanto del pensamiento. Resultará para él más fácil provocar el caos espiritual mediante el caos mental. En el caos espiritual, los débiles, ante las avenidas de persecuciones, cometerán el pecado de renegar la fe”.
* En los últimos tiempos la Iglesia padecerá horas de tinieblas y horror semejantes a la Pasión del Señor, pero por más tiempo, porque así debe ser. ■ Jesús: “La Iglesia no morirá puesto que Yo estaré con ella; pero conocerá horas de tinieblas y de horror semejantes a las de mi Pasión, multiplicadas en el tiempo, porque así debe ser. Es preciso que la Iglesia sufra cuanto su Creador sufrió antes de morir para resucitar de forma eterna. Y que sufra por mucho tiempo por cuanto la Iglesia, en sus miembros, no es perfecta como su Creador y si Yo sufrí durante horas, Ella debe sufrir durante semanas y semanas de horas. ■ Como surgió de la persecución, sostenida por un poder sobrenatural en los primeros tiempos y en sus mejores hijos, así será también de Ella cuando lleguen los últimos tiempos en los que existirá, subsistirá y resistirá la marea satánica y las batallas contra el Anticristo con sus mejores hijos. Selección dolorosa pero justa”.
* Durante el vacío espiritual se instaurará el reinado breve pero tremendo del Anticristo, hijo de Satanás, engendrado por el Odio al unirse con la triple impureza.- Jesús: “Es lógico que en un mundo en el que tantas luces se habrán apagado, se instaure abiertamente el reinado breve pero tremendo del Anticristo, hijo de Satanás, engendrado por el Odio al unirse con la triple Impureza. Como las olivas entre las muelas de un trujal, los hijos de Cristo serán perseguidos, exprimidos, triturados por la voracidad de la Bestia. Mas no engullidos porque la Sangre no permitirá que sean corrompidos en su espíritu. ■ Lo mismo que los primeros, serán segados los últimos como manojos de espigas en la persecución postrera y la tierra quedará empapada con su sangre. Mas bienaventurados para siempre, por su perseverancia, aquellos que mueran fieles al Señor”.

* Habiéndome dicho Ud. (1) que, para entender a Juan, era preciso leer sus epístolas y el Apocalipsis, he cogido la Biblia y la he abierto al azar por donde están los escritos del Predilecto. Se me ha abierto por el Cap. 12º. El Maestro me lo explica así. Habla de la suerte de la Iglesia militante en los últimos tiempos: Dragón con 7 cabezas y 10 cuernos. Con la cola barre 1/3 de las estrellas del cielo. (Escrito el 23 de Julio de 1943).
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1  Nota  : Padre Migliorini.
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43-235.- “Su nombre podría ser «Negación». Porque negará a Dios, negará la Vida, negará todo”.
* Resulta inútil indagar acerca del Anticristo y del final de los tiempos. “Será tan cruel la bestial soberanía del hijo del Enemigo —«hijo, no de querer carnal» sino de querer de alma que alcanzó la cima y la profundidad de la identificación con Satanás— que para los vivientes de aquella hora cada minuto será un día, cada día un año y cada año un siglo”.-Dice Jesús: “En lo referente a las preguntas del Padre (1) sobre el antagonista último, dejemos envuelto el Horror en las sombras del misterio. De nada sirve conocer ciertas cosas. Sed buenos y basta. Dad vuestra bondad por anticipado a aquel momento a fin de abreviar la duración del reinado monstruoso sobre la raza de Adán. Respecto del tiempo… 1000… 2000… 3000, son formas de dar una referencia a vuestra limitada mentalidad. ■ Será tan cruel la bestial soberanía del hijo del Enemigo —«hijo, no de querer carnal» sino de querer de alma que alcanzó la cima y la profundidad de la identificación con Satanás— que para los vivientes de aquella hora cada minuto será un día, cada día un año y cada año un siglo. Mas para Dios cada siglo es una milésima de segundo porque la eternidad es un ser de tiempo cuya extensión no tiene límites. Tan sin medida será aquel horror que la oscuridad de la noche lóbrega será, en su comparación, luz de sol de mediodía para los hijos de los hombres inmersos en él. Su nombre podría ser «Negación». Porque negará a Dios, negará la Vida, negará todo. Todo, todo, todo. ■ ¿Creéis encontraros ya en esto? ¡Oh, pobrecitos! Lo que vivís es rumor lejano de trueno. Entonces será estallido de rayo sobre las cabezas. Sed buenos. Mi Misericordia está sobre vosotros”. (Escrito el 2 de Agosto de 1943).
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1  Nota  : Padre Migliorini.
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43-238.- Las palabras del Libro del Apocalipsis (1): «la hora de juzgar a los muertos», en su sentido más amplio se refiere a los grandes Muertos, ya que para ellos no habrá resurrección alguna.
* Comentando un pasaje del Apocalipsis, hace notar el Señor que los verdaderos muertos son aquellos que pierden la vida eterna y que los profetas, los siervos y los santos son las criaturas que supieron vivir según el espíritu.- Dice Jesús: “Esta ira de las naciones es el pródromo de mi ira porque así debe suceder. Hora penosa, pobres hijos míos que la sufrís, pero es inevitable sea así, pues todo debe cumplirse tanto en el Bien como en el Mal, sobre la Tierra antes de que llegue la hora. Entonces diré: «¡Basta!» y vendré como Juez y como Rey a hacerme cargo del reino de la tierra incluso y a juzgar los pecados y los méritos del hombre. Cuando leéis vosotros en el Libro de Juan las palabras: «la hora de juzgar a los muertos», pensáis se refieran a aquellos que, hace ya siglos tal vez, pasaron a aquellas esferas de misterio que no serán conocidas hasta tanto uno penetre en ellas. Sí. Muerte quiere decir transmigración del alma a otras zonas distintas de la tierra. Mas en la palabra de Juan hay otro sentido más amplio: los muertos de que habla pueden ser también vivos según la carne aunque, en realidad, Muertos a los ojos del que los contempla. Son los grandes Muertos, ya que para ellos, no habrá resurrección alguna. Muertos para Dios, nunca más, eternamente, tendrán la dicha de poseer la Vida, esto es, Dios, por cuanto Dios es Vida eterna. ■ Del mismo modo, con un sentido mucho más amplio del que puedan indicar las simples palabras, por los profetas, los siervos, los santos de que habla Juan, puede entenderse, a cuantos supieron vivir según el espíritu. ¡Cuantas humildes viejecitas, cuántos pobres niños, cuántos hombres sencillos e ignorantes, cuántas mujeres sin letras, desconocidas para la gente, se esconden y están comprendidos en las palabras: profetas, siervos, santos! De ser mostrados al mundo, éste se reiría de ellos. Mas, en verdad, en verdad os digo que es más profeta, más siervo y más santo mío uno cualquiera de estos pobres según la carne, que no un sabio soberbio, un grande orgulloso, incluso un ministro mío, en los que falta aquello que os hace santos a mis ojos: saber vivir conforme a mi Palabra y saber hacer mi Voluntad con fe, con caridad y con esperanza constantes. La sonrisa que he de dirigir a mis benditos a la hora de mi venida como Rey y como Juez, encenderá un sol siete veces más potente que el que os alumbra y mis cielos resplandecerán con él, mientras los coros angélicos cantarán mis alabanzas y las de mis siervos, cuyas virtudes, que les hacen hijos míos, serán proclamadas por Mí en aquella hora ante el mundo estulto y necio. ■  Mas para los que no son tales y, en particular, para aquellos que en su obrar llevaron a la perdición a la tierra y a los débiles de ésta, mi mirada será rayo que precipitará en el abismo, pues si bien es inevitable que el Mal exista, con todo serán malditos para siempre cuantos se hacen siervos y administradores del Mal”. (Escrito el 5 de Agosto de 1943).

(Este es el comentario a los versículos 17-18 del capítulo 11º del Apocalipsis tal como Jesús me lo comenta).
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1  Nota  : Apocalipsis 11,17-18: Te damos gracias, Señor, Dios y Todopoderoso por haber empezado a reinar, valiéndote de tu poder invencible. Las naciones se habían enfurecido, pero llegó tu enojo, el momento de juzgar a los muertos, de premiar a tus siervos los profetas, a tus santos y a cuantos respeten tu Nombre, ya sean grandes o pequeños, y destruir a los que destruían la tierra”.
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43-275.- Precedido por los precursores del Anticristo, el Anticristo y, apagado el trueno de la 7ª trompeta y completado el horror del 7º azote, cesará el tiempo y comenzará el Juicio.
* Precursores del Anticristo.
.   ● Todo cuanto acaece en la tierra puede interpretarse como señal de los últimos tiempos. Un poco más todavía y vendrá el Señor. Aún no se ha completado la suma de sacrificios necesarios para justificar la creación del hombre y el Sacrificio del Hijo de Dios.- Dice Jesús: “Si se prestara atención, cual conviene, a cuanto de un tiempo a esta parte viene acaeciendo y, en particular, desde los comienzos de este siglo que precede al segundo milenio, procedería pensar que han sido abiertos los sellos. Nunca como ahora me moví Yo para tornar entre vosotros con mi Palabra a fin de reagrupar las filas de mis elegidos y partir con ellos y con mis ángeles a dar la batalla a las fuerzas ocultas que trabajan en excavar para la humanidad las puertas del abismo. Guerra, hambre, pestes, aparatos bélicos homicidas —¿qué son sino las bestias feroces mencionadas por el Predilecto?— terremotos, señales en el cielo, erupciones de las entrañas del suelo, llamadas milagrosas a sendas místicas de pequeñas almas movidas por el Amor, persecuciones contra mis seguidores, altezas de almas, bajezas de cuerpos, no falta señal alguna para que pueda pareceros próximo el momento de mi Ira y de mi Justicia. En el horror que estáis probando, exclamáis: «Llegó el tiempo; nada más tremendo que esto puede acaecer». Y reclamáis a voz en grito el final que os libere. Lo reclaman los culpables entre risotadas y maldiciones, como siempre; lo reclaman los buenos que ya no pueden por más tiempo ver triunfar el Mal sobre el Bien. ¡Calma, elegidos míos! Un poco todavía y después vendré. ■ Aún no se ha completado la suma de sacrificios necesarios para justificar la creación del hombre y el Sacrificio del Hijo de Dios. Aún no ha terminado el encuadramiento de mis huestes, ni mis ángeles han puesto todavía la señal gloriosa sobre las frentes de aquellos que merecieron ser elegidos para la gloria. Es tal la ignominia de la tierra, que el humo de la misma, apenas diferente del que emana de la morada de Satanás, asciende con impulso sacrílego hasta los pies del trono de Dios. ■ Es preciso que, antes de la manifestación de mi Gloria, sea purificado el mundo de oriente a occidente y sea así digno de la aparición de mi Rostro. Incienso que purifica y óleo que consagra el grande, el inmenso altar —en que ha de ser celebrada la última Misa por Mí, Pontífice eterno, servido al altar por todos los santos que el Cielo y la Tierra tendrán en aquella hora— son las plegarias y los padecimientos de mis santos, de los amados de mi Corazón, de los marcados con mi señal: la Cruz bendita, antes de que los ángeles encargados los hayan contraseñado. La señal se graba en la Tierra; pero es vuestra voluntad la que la graba. Después los ángeles la recubren de oro incandescente que ya no desaparece y que hará resplandecer vuestra frente como sol en mi Paraíso”.
.   ● Grande es el horror actual mas cuánto habrá de aumentar todavía para ser el Horror de los últimos tiempos. Si Caín anduvo errante por matar a un inocente, ¿qué no debe sufrir la raza humana que mató la sangre inocentísima que la salvó? Pensad pues que éstos son, ciertamente, los pródromos, mas no es todavía la hora.- ■ Jesús: “Es grande, queridos míos, el horror actual; mas ¡cuánto, cuánto y cuánto habrá todavía de aumentar para ser el Horror de los últimos tiempos! Y si, ciertamente, parece como si el ajenjo (1) se hubiera mezclado al pan, al vino y al sueño del hombre, mucho, mucho y mucho más ajenjo debe gotear aún sobre vuestras aguas, vuestras mesas y vuestros lechos antes de que lleguéis a alcanzar la amargura total que será en los últimos días la compañera de esta raza creada por el Amor, salvada por el Amor y que se ha vendido al Odio. ■ Pues si Caín anduvo errante sobre la tierra por haber matado una sangre, inocente, pero siempre sangre contaminada con la Culpa de Origen, y no encontró quien le apartara del tormento del recuerdo por estar sobre él la señal de Dios para su castigo —y engendró amargura, vivió y vio su vida sumida en la amargura y murió en la amargura—  ¿qué no debe sufrir la raza del hombre que, de hecho, mató y mata con el deseo la Sangre inocentísima que la salvó? Pensad pues que éstos son, ciertamente, los pródromos, mas no es todavía la hora.  Son los precursores”.
* El Anticristo.- ■ Jesús: “Son los precursores de aquel que Yo dije podría ser llamado «Negación», «Maldad hecha carne», «Horror», «Sacrilegio», «Hijo de Satanás», «Venganza», «Destrucción», y aún podría continuar aplicándole otros nombres de clara y pavorosa significación. Mas él no está todavía. Será persona de rango muy elevado, tan en alto como un astro. No astro humano que brille en un cielo humano sino astro de una esfera sobrenatural, el cual, cediendo a los halagos del Enemigo, conocerá la soberbia tras la humildad, el ateísmo tras la fe, la lujuria después de la castidad, el hambre de oro tras la pobreza evangélica y la sed de honores después de una vida escondida. Es menos pavoroso ver desplomarse una estrella del firmamento que no ver precipitarse en los lazos de Satanás a esta criatura ya elegida, la cual copiará el pecado de su padre de elección. Por su soberbia, Lucifer vino a ser el Maldito y el Tenebroso. El Anticristo, por soberbia de una hora, vendrá a ser el maldito y el tenebroso tras haber sido un astro de mi ejército. ■ En premio a su abjuración que conmoverá los Cielos con un estremecimiento de horror y hará temblar las columnas de mi Iglesia con el espanto que provocará su caída, obtendrá la ayuda completa de Satanás que le entregará las llaves del pozo del abismo para que lo abra y lo abra totalmente de par en par a fin de que salgan de él los instrumentos de horror que, a lo largo de milenios, fabricó Satanás para llevar a los hombres a la desesperación total, de modo que invoquen espontáneamente a Satanás Rey y corran en seguimiento del Anticristo, el único que podrá abrir de par en par las puertas del abismo del modo como Cristo abrió las puertas de los Cielos para hacer salir de ellos la gracia y el perdón que hacen a los hombres semejantes a Dios y reyes de un Reino eterno en el que el Rey de reyes soy Yo. Como el Padre me dio a Mí todo poder, así dará Satanás a éste todo poder y, en especial, todo poder de seducción a fin de arrastrar en pos de sí a los débiles y a los corroídos por la fiebre de la ambición como él, su cabeza, lo está. ■ Mas, en su ambición desmedida, aún le parecerán por demás escasas las ayudas sobrenaturales de Satanás y buscará otras en los enemigos de Cristo, los cuales, provistos de armas cada vez más mortíferas, cuales su avidez de Mal les podía inducir a crear para sembrar la desesperación entre las gentes, le ayudarán hasta tanto pronuncie Dios su «¡Basta!» y los reduzca a pavesas con el fulgor de su Rostro” (2).
* Dijo mi ángel a Juan: «Sella lo que han dicho los siete truenos y no los escribas». Yo digo que aún no es la hora de que sea abierto lo que está sellado y si Juan no lo escribió, Yo no lo voy a decir.- ■ Jesús:Mucho, demasiado —y no por sed ni honesto deseo de poner trabas al mal inminente sino más bien por vana curiosidad tan sólo— mucho, demasiado se ha fantaseado durante siglos sobre cuanto dice Juan en el Capítulo 10 del Apocalipsis. Mas debes saber, María, que permito se sepa cuanto pueda ser útil saber y oculto cuanto considero útil que no sepáis. Sois harto débiles, pobres hijos míos, para conocer el nombre atribuido a los «siete truenos» apocalípticos. Dijo mi ángel a Juan: «Sella lo que han dicho los siete truenos y no los escribas». Yo digo que aún no es hora de que sea abierto lo que está sellado y si Juan no lo escribió, yo no lo voy a decir. Por lo demás no os toca a vosotros gustar aquel horror y, por tanto… ■ No os queda sino rogar por aquellos que lo habrán de sufrir a fin de que no naufrague en ellos la fuerza y no pasen a formar parte de la turba de los que, ante el rigor del castigo, no harán penitencia y blasfemarán de Dios en vez de llamarle en su auxilio. Muchos de éstos se encuentran ya sobre la tierra y su descendencia será siete veces siete más demoníaca que ellos”.
* “Cuando se haya apagado el trueno de la 7ª trompeta y completado el horror del 7º azote, sin que la raza de Adán reconozca a Cristo Rey, Señor, Redentor y Dios, y haya invocado su Misericordia y su Nombre, juro que encerraré el último instante en la eternidad. Cesará el tiempo y comenzará el Juicio”.- Jesús: “Yo, mi ángel no, Yo mismo juro que, cuando se haya apagado el trueno de la séptima trompeta y completado el horror del séptimo azote (3) sin que la raza de Adán reconozca a Cristo Rey, Señor, Redentor y Dios, y haya invocado su Misericordia y su Nombre en el cual está la salvación, Yo, juro por mi Nombre y por mi Naturaleza, juro que encerraré el último instante en la eternidad. Cesará el tiempo y comenzará el Juicio. El Juicio que divide para siempre el Bien del Mal tras de milenios de convivencia sobre la tierra (4). El Bien retornará a la fuente de la que brotó. El Mal se precipitará adonde lo fuera ya lanzado desde el momento de la rebelión de Lucifer y de donde salió para turbar la debilidad de Adán mediante la seducción del sentido y del orgullo. ■ Entonces se realizará el misterio de Dios. Entonces conoceréis a Dios. Todos, todos los hombres de la Tierra, desde Adán al último nacido, congregados como granos de arena sobre la duna de la playa eterna, verán a Dios, Señor, Creador, Juez y Rey. Sí, veréis a este Dios al que amasteis, blasfemasteis, seguisteis, escarnecisteis, vilipendiasteis, servisteis y rehusasteis. Le veréis. Entonces sabréis cuán merecedor era de vuestro amor y servicio. ¡Oh, qué alegría para aquellos que se gastaron a sí mismos en amarle y obedecerle! ¡Oh, qué terror para aquellos que fueron sus Judas, sus Caínes!; para aquellos que prefirieron seguir al Antagonista y al Seductor en vez de al Verbo humanado en el que se halla la Redención de Cristo: Camino que lleva al Padre;  de Jesús: Verdad santísima; y del Verbo: Vida verdadera”. (Escrito el 20 de Agosto de 1943).
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1  Nota  :  Cfr.  Ap.  8,11.    2  Nota  : Sobre una copia mecanografiada anota a lápiz María Valtorta: “Derrota del Anticristo, mas no Juicio universal”.   3  Nota  :  Lo mismo que antes, anota María Valtorta: “Los siete truenos corresponden a las siete plagas descritas más adelante en el dictado 43-285 del 22 de Agosto de 1943”.   4  Nota  : Como antes,  anota María Valtorta:  “Cuando habla aquí,  alude al tiempo que precederá al fin, tiempo en que comenzará la selección final con la última manifestación de Cristo-Rey al que muchos no querrán seguir. El misterio de Dios se realiza inmediatamente después. (Mas la lectura de la nota resulta incierta).
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43-280.- Ha comenzado  la batalla sobrenatural.
* En dos testigos de Cristo pueden verse prefigurados los maestros y mártires de la fe que entrarán en la Vida verdadera y gloriosa por su sacrificio total. No hay cosa más grande que el amor ni amor más grande que el que da la vida por sus hermanos.- ■ Dice Jesús: “En dos testigos míos (1) pueden entenderse comprendidos todos los maestros en la fe: pontífices, obispos, inspirados, doctores de la Iglesia y almas imbuidas de la Luz y de la Voz. Ellos con voz desprovista de todo matiz humano, me proclamaron a Mí, junto con la verdad de mi doctrina, poniendo un sello de santidad, de dolor y hasta de sangre para confirmación de su voz. Odiados como Yo, Maestro de los maestros, Santo de los santos, fueron siempre, más o menos, atormentados por el mundo y por el poder que ven en ellos a los que con su propia conducta dicen al mundo y a los grandes del mundo: «No es lícito lo que hacéis». ■ Mas cuando llegue la hora del hijo de Satanás, el Infierno, irrumpiendo del Abismo abierto por el Anticristo, les moverá guerra despiadada y, conforme a la apreciación humana, los vencerá y los matará. Mas la suya no será muerte verdadera. Será, por el contrario, Vida de las vidas, Vida verdadera y gloriosa. Porque si han de tener Vida los que siguen mi Ley en los mandamientos, ¿qué infinita plenitud de Vida no tendrán los que, además, siguen mis consejos evangélicos de perfección e impulsan conmigo a su propio ser hasta el sacrificio total por amor de su Jesús, el eterno Inmolado, al que imitan hasta el sacrificio de su vida? Serán llamados a una fulgidísima resurrección todos cuantos se despojaron de lo más querido que tiene el hombre: la vida, por seguirme a Mí por mi amor y el de los hermanos. ■ Nunca me cansaré de repetir esto: que nada hay más grande en el Cielo ni en la Tierra que el amor; y que no hay amor más grande que el de aquel que da la vida por sus hermanos”.
* Tras la actual batalla humana desatada por intereses terrenos se oculta el comienzo de la batalla sobrenatural dirigida por Satanás que, con sus demonios, intenta un segundo asalto al Cielo. Mas, abatido por el arcángel, se precipita sobre la Tierra para vencer a Dios a través del corazón de sus hijos. Porque cada alma que se pierde es una derrota para Dios.- ■ Jesús: “Te dije un día (2) que en esta tragedia actual han entrado ya en acción las fuerzas de Satanás, el cual ha mandado a sus ángeles negros a concitar a los reinos de la Tierra unos contra otros. Dio ya comienzo la batalla sobrenatural. Es ella la que está tras las bambalinas de la pequeña batalla humana. Pequeña, no por la magnitud de su volumen sino por el motivo. No es, no, el pequeño motivo humano el origen de la misma. No lo es. Es muy otro el motivo verdadero que hace de los hermanos otras tantas fieras homicidas que se muerden y matan mutuamente. Os batís con vuestros cuerpos. Mas, en realidad, son las almas las que se baten. Os batís por orden de cuatro o cinco poderosos. Así creéis que sea. No. Uno es el ejecutor de esta ruina. Uno que si está en la Tierra es porque vosotros lo queréis, pero que no es de esta Tierra. ■ Es Satanás quien maneja los hilos de este estrago en el que son más las almas que mueren que no los cuerpos. Es ésta una de las batallas iniciales. El reino del Anticristo, para consolidarse necesita de un cemento amasado con sangre y odio. Y vosotros, que ya no sabéis amar, le servís perfectamente y os matáis mutuamente y maldecís de quien no es culpable de este vuestro mal: de Dios que lucha con sus ángeles por defender cuanto es suyo: la Fe en el corazón de los cristianos y la Bondad en el corazón de los buenos. No soy Yo quien, por ahora, hago la selección. Sois vosotros los que espontáneamente os seleccionáis. Aquellos que, a pesar del horror, saben comprender que Dios es siempre Dios, o sea, Bondad y Justicia  y que la salvación se encuentra en el seguimiento de la Ley de Dios, se apartan de los que niegan estas verdades. Los primeros suben al encuentro de la Luz mientras que los otros se precipitan en las Tinieblas. Verdaderamente Satanás, con sus demonios, intenta un segundo asalto al Cielo. Mas, abatido por mi arcángel, se precipita sobre la Tierra para vencer a Dios a través del corazón de sus hijos. Porque cada alma que se pierde es una derrota para Dios. Y Satanás lo consigue con facilidad porque el corazón de los hombres ya no tiene llama de espíritu, y no tiene Vida de espíritu. Es un nudo de pecado en el que medra la triple lujuria que da muerte al espíritu.
* Serán dichosos los que permanezcan fieles a Cristo y a su Iglesia.-Jesús: “Bienaventurados aquellos que vencieron en virtud de la Sangre del Cordero y permanecieron y permanecerán siempre fieles. Bienaventurados aquellos que hayan rechazado a Satanás y sus lisonjas sin preocuparse de sus aparentes triunfos ni de sus desesperados esfuerzos en esta hora que él sabe ha de ser breve para su reino de maldición y hayan permanecido fieles a Cristo y a su Iglesia, desmembrada por la persecución anticristiana, mártir invicta como el Gran Mártir su Esposo, Cristo Crucificado, pero renacida más bella, tras su muerte aparente, para entrar glorificada en el Cielo en donde el verdadero Pontífice la espera para celebrar las nupcias”. (Escrito el 21 de Agosto de 1943).
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1  Nota  : Los dos testigos.  Cfr. Apocalipsis  11,3-4: “Mientras tanto, encargaré a dos testigos que anuncien en público mi palabra durante mil doscientos sesenta días, vestidos con ropa de luto. Estos son los dos olivos y las dos antorchas que permanecen ante el Señor del mundo”.   2  Nota  : En el dictado  43-101, del día  19 de Junio de 1943.
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43-282.- Satanás, émulo de Dios, tiene sus ministros (1ª y 2ª Bestia) contrapuestos a los Arcángeles Miguel (testimonio de Dios) y Gabriel (fortaleza de Dios).
* 1ª Bestia: Potencia humana (1ª manifestación de Satanás): persuade al hombre para hacer desaparecer por sí mismo la Señal de Cristo. Eliminada la señal con el pecado que priva de la Gracia, la Bestia puede acercarse e inducir al hombre a adorarla cual si fuera Dios y servirla en el delito. Corresponde al Ángel Miguel.- ■ Dice Jesús: “Te dije un día (1) que el eterno envidioso trata de copiar a Dios en todas sus manifestaciones. Dios tiene sus Arcángeles fieles. Satanás tiene los suyos. Miguel: testimonio de Dios, tiene un émulo infernal; y lo mismo Gabriel: fortaleza de Dios. La Bestia primera que sale del mar y con voz blasfema hace proclamar a los ilusos: «¿Quién como la bestia?», corresponde a Miguel. Vencida y herida por éste en la batalla librada al comienzo de los tiempos entre las huestes de Dios y las de Lucifer, curada por Satanás, tiene un odio mortal contra Miguel y amor, si es que puede hablarse de amor entre los demonios, —pues es más exacto decir: vasallaje absoluto—para Satanás. Ministro fiel de su rey maldito, se vale de su inteligencia para dañar a la estirpe del hombre, criatura de Dios, y para servir a su señor. ■ Pone a contribución un esfuerzo sin término y sin medida para persuadir al hombre a que haga desaparecer por sí mismo mi Señal que tanto horroriza a los espíritus de las tinieblas. Eliminada la Señal con el pecado que priva de la Gracia, crisma luminoso extendido sobre vuestro ser, la Bestia puede acercarse e inducir al hombre a adorarla cual si fuera Dios y servirla en el delito. Si acertara el hombre a comprender el grado de esclavitud a que se somete desposándose con la culpa, no pecaría. Mas el hombre no recapacita. Sólo mira al momento y al goce del momento y, peor que Esaú, vende su generación divina por un plato de lentejas”.
* Bestia: Ciencia humana (2ª manifestación de Satanás): apariencia de cordero pero espíritu de dragón: corrompe sin producir rebelión (la Potencia humana produce de suyo rebeldes) a causa de la soberbia de la mente. Corresponde al Ángel Gabriel.- Jesús: “Satanás, por otra parte, no se vale únicamente de este violento seductor del hombre. Como éste, en general, es poco reflexivo, hay así mismo con exceso hombres que, no por amor sino por temor del castigo, no quieren pecar gravemente. Y, he aquí que entonces entra en acción el otro ministro satánico, la segunda Bestia. Bajo apariencias de cordero tiene espíritu de dragón. Es la segunda manifestación de Satanás y corresponde a Gabriel porque anuncia a la Bestia y su poder es más fuerte: es la que desmantela sin hacerse notar y persuade con fingida dulzura de lo justo que es seguir las normas de la Bestia. Es en vano hablar de poder político ni de Tierra. No. Si acaso podéis aplicar a la primera el nombre de Potencia humana y a la segunda el de la Ciencia humana. Y si la Potencia humana produce de suyo rebeldes, la Ciencia, cuando es únicamente humana, corrompe sin producir rebelión y arrastra a la perdición a un número infinito de adeptos. ¡Cuántos se pierden a causa de la soberbia de la mente que les lleva a menospreciar la Fe y a matar su alma con el orgullo que aparta de Dios! Pues si Yo he de segar la mies en la Tierra en el último día, hay ya un segador entre vosotros. Y es este espíritu del Mal el que os siega y hace de vosotros, no espigas de grano eterno, sino paja para las estancias de Satanás. ■ Una, una sola es la ciencia necesaria. Lo repetiré mil veces: conocer a Dios y servirle; conocerle en las cosas, verle en los acontecimientos y saber distinguirle de su antagonista a fin de no caer en la perdición. Por el contrario, os preocupáis de acrecentar el humano saber en detrimento del saber sobrehumano. Yo no condeno la Ciencia, antes me place que el hombre profundice con su saber en los acontecimientos que ha ido acumulando y así pueda comprender y admirarme cada vez más en mis obras. Para esto os di la inteligencia, debiendo hacer uso de ella para ver a Dios en la ley de los astros, en la formación de las flores, en la concepción de los seres y no para violentar la vida o negar al Creador. Racionalismo, Humanismo, Filosofismo, Teosofismo, Naturismo, Clasicismo, Darvinismo, tenéis escuelas y doctrinas de todo género y de todas os preocupáis por más que en ellas se encuentre la Verdad muy desnaturalizada o anulada. La única escuela que no queréis seguir ni profundizar es la del Cristianismo. ■ Por lo demás… la natural resistencia. Profundizando en la cultura religiosa os veríais obligados a seguir la Ley, cosa que no queréis hacer, o a confesar paladinamente que la queréis hollar, lo que tampoco queréis hacer. Y a eso se debe el que no queráis haceros doctos en la Ciencia sobrenatural. Mas ¡pobres necios! Y ¿qué haréis con esas vuestras escuelitas y palabritas cuando hayáis de comparecer a mi examen? Habéis apagado en vosotros la luz infinita de la verdadera Ciencia y habéis creído iluminar vuestras almas con sustitutivos de luz al modo de pobres locos que pretendieran apagar el sol haciendo otro nuevo con farolillos. Por más que las nubes oculten el sol, siempre estará éste en mi firmamento. Así también, aunque con vuestras doctrinas forméis nubes que velen el Saber y la Verdad, siempre estarán ahí la Verdad y el Saber porque proceden de Mí que soy eterno. Buscad la verdadera Sabiduría y comprenderéis la Ciencia cual debe ser comprendida. Escombrad vuestras almas de todas las artificiosas sobreestructuras y alzad allí la verdadera Fe. Como Agujas de una catedral espiritual, aflorarán sobre ellas la Ciencia, la Sabiduría, la Inteligencia, la Fortaleza, la Humildad y la Continencia, ■ porque el verdadero sabio posee no sólo el saber humano, sino también lo que es más difícil de todo: dominarse a sí mismo en las pasiones de la carne y hacer de su parte inferior el pedestal sobre el que elevar su alma y lanzar su espíritu a los Cielos yendo a mi encuentro, pues Yo vengo y estoy en todas las cosas porque es mi deseo ser el Maestro verdadero y santo de mis hermanos”. (Escrito 21 de Agosto de 1943).
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1  Nota  : En el dictado 43-101 del 19 de Abril de 1943.
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43-285.- Las 7 Plagas.- La «Gran Babilonia».- La Bestia, los 7 pecados sobre su cabeza  y sus 10 cuernos.- La venida de Cristo: significado del nombre de «Jesús» y de «Cristo».- Venida de Satanás por última vez.- Venida de Cristo con ropaje de Rey y Juez.
*  Las 7 últimas plagas corresponden a los siete truenos no descritos.- Son descripciones figurativas, de las que no se excluye la realidad.- ■ Dice Jesús: “Las siete plagas últimas corresponden a los siete truenos no descritos (1). Como siempre, son descripciones figurativas de las que, por otra parte, no se excluye del todo la realidad. Paso a explicarte cuanto de ellas considero oportuno hacerlo. La primera es la úlcera. Ya desde los tiempos de Moisés castigué con enfermedades repugnantes a quienes habían cometido pecados imperdonables contra Mí. María, la hermana de Moisés, tuvo el cuerpo cubierto de lepra por haber hablado mal de mi siervo Moisés. ¿Cómo no ha de sucederles igual y aún más a los que hablan mal de su Dios? La lepra, o bien la úlcera, se extiende cada vez más por haber extendido vosotros cada vez más vuestros pecados contra Dios y contra la obra admirable de Dios que sois vosotros. Cuando os revolcáis en la lujuria, ¿no creéis acaso cometer un pecado contra Dios? Pues sí que lo cometéis porque profanáis vuestro cuerpo en el que habita el espíritu que ha de acogerme a Mí, Espíritu Supremo. Y ¿hasta qué punto está llegando la lujuria del hombre que éste ejecuta con fría y consciente voluntad? Es mejor no ahondar en este abismo de repugnante degradación humana. Lo te que digo es que si llamaban inmundos a ciertos animales, el hombre los ha superado y los superará más aún, y que si fuera posible crear un nuevo animal, fruto del cruce de monas con serpientes y puercos, aún sería menos inmundo que algunos hombres que sólo tienen de tales la apariencia y por dentro son más lúbricos y repelentes que el animal más abyecto. ■ Como te dije, la humanidad se divide cada vez más. La parte espiritual, exigua hasta el extremo, asciende, mientras la parte carnal, numerosísima, desciende. Desciende hasta una espantosa profundidad de vicio. Cuando llegue el tiempo de ira, la humanidad habrá alcanzado la perfección del vicio. Y ¿quieres que no trascienda al exterior el hedor interno de sus almas muertas y no corrompa las carnes más adoradas por Mí haciéndolas objeto de todas las prostituciones?  ■ Y así como vosotros seréis los que provoquéis las úlceras, así también seréis vosotros los que  llenaréis de sangre el mar y las aguas de los ríos. Los estáis ya llenando con vuestras matanzas y, eliminados por vosotros, van disminuyendo los pobladores de las aguas contribuyendo a vuestra hambre. Tanto habéis menospreciado los dones que Dios os otorgó para vuestras necesidades materiales, que tierra, cielo y aguas van tornándose vuestros enemigos y os niegan sus frutos tanto la tierra, como los pobladores de las aguas, los ríos, los bosques y el aire. ■ Matáis, ciertamente matáis, pisoteáis la ley del amor y del perdón, derramáis la sangre fraterna y, en particular, la de los buenos a los que perseguís por eso precisamente, por ser buenos. Cuidad pues que algún día no os obligue Dios a saciar vuestra hambre y vuestra sed con la sangre que derramasteis contraviniendo mi mandato de paz y de amor. ■ Al ser vosotros rebeldes a las leyes que os di, lo son también para vosotros los astros y las plantas que hasta ahora os han prestado luz y calor en la medida que necesitabais, obedeciendo las normas que, en mi bondad para con vosotros, les señalé. Enfermedades repugnantes como marca de vuestros vicios; sangre en las aguas como testimonio de toda la que llegasteis a verter, entre la que está la mía;  fuego del sol para haceros probar un anticipo de las brasas eternas que aguardan a los malditos;  tinieblas para advertiros de las que esperan al que odia la Luz. Y todo, para induciros a reflexionar y arrepentiros. ■ Y de nada servirá puesto que continuaréis despeñándoos, continuaréis estableciendo vuestras alianzas con el mal, preparando el camino a los «reyes de  Oriente», o sea, a los ayudantes del Hijo del Mal. ■ Parece que sean mis ángeles los portadores de las plagas; mas, en realidad, sois vosotros. Vosotros las queréis, pues vosotros las tendréis. Convertidos vosotros mismos en dragones y bestias por haberos desposado con el dragón y con la Bestia, alumbraréis de vuestro interior corrompido seres inmundos: doctrinas totalmente demoníacas que, con el señuelo de falsos prodigios, seducirán a los poderosos llevándoles a combatir contra Dios. Estaréis tan pervertidos, que tomaréis por prodigios del Cielo cuanto no es sino creación infernal”.
* La «Gran Babilonia»:  Es toda la Tierra, el más corrompido de los mundos habitados del universo.-Jesús: “Te tomo ahora, María, de la mano para llevarte al punto más oscuro del libro de Juan. Los expositores del mismo han agotado su capacidad con infinidad de deducciones para explicarse a sí mismos y a los demás quién sea la «Gran Babilonia». Con perspectiva humana, a la que no eran ajenas las calamidades marcadas por acontecimientos previsibles o acaecidos, han atribuido el nombre de Babilonia a muchas cosas. Mas ¿cómo no han pensado siquiera que la «gran Babilonia» sea toda la tierra? ¡Sería un Dios Creador bien pequeño y limitado si no hubiese creado más mundo habitado que la Tierra! Con un latido de mi querer suscité mundos y más mundos de la nada y los proyecté, como polvillo luminoso, por la inmensidad del firmamento. La Tierra, de la que tan ufanos estáis, no es sino uno de los polvillos, y no el mayor, de los que giran por el infinito. Pero sí el más corrompido. Vidas y más vidas pululan en millones de mundos que son delicia de vuestra vista en las noches serenas y la perfección de Dios os descubrirá las maravillas de esos mundos cuando podáis ver con la vista intelectual del espíritu unido a Dios. ¿No es, por ventura, la Tierra la gran meretriz que ha fornicado con todas las potestades de la tierra y del infierno? Y los habitantes de la tierra ¿no se han prostituido a sí mismos en sus cuerpos y en sus almas a trueque de triunfar en el día de la Tierra? Cierto que es así. Los delitos de la Tierra tienen todos el nombre de blasfemia al igual que los de la Bestia con la que la Tierra y sus habitantes se han aliado con tal de triunfar”.
* Sobre la cabeza de la Bestia, aparecen como adorno los siete pecados. Y sus diez cuernos son las iniquidades cometidas por la avidez infernal.-Jesús: “Los siete pecados, aparecen como adorno horrendo sobre la cabeza de la Bestia que transporta a la Tierra y a los terrestres a los pastos de Mal; y sus diez cuernos, números metafóricos, están para patentizar las infinitas infamias cumplidas con el fin de conseguir, a cualquier precio, cuanto su feroz avidez pretende. ¿No se ha empapado acaso la Tierra con la sangre de los mártires y se han embriagado con este santo licor que, al beberlo con su boca sacrílega, se ha transformado para ella en filtro de embriaguez maldita? La Bestia que la lleva: compendio y síntesis de todo el mal practicado a partir de Adán para triunfar en el mundo y en la carne, trae en pos de sí a aquellos que, al adorarla, llegarán a ser reyes de una hora y de un reino maldito. Como hijos de Dios, sois reyes y de un reino eterno. Mas cuando adoráis a Satanás, que no puede daros sino un triunfo efímero pagado al precio de una eternidad de horror, venís a ser reyes de una hora y de un reino maldito”.
* Vendré con mi Nombre cuyo significado tan sólo Yo lo conozco y en cuyas letras se contienen los principales atributos de Dios del que soy Parte y todo”.- ■ Jesús: “Dice Juan: «La Bestia fue y no es». Así será al final del mundo. Fue, porque realmente ha existido; y no es, porque Yo, Cristo, le habré vencido y sepultado no siendo entonces ya más necesaria para los triunfos del mundo (2). ¿No se halla la Tierra asentada sobre las aguas de sus mares y se ha servido de éstos para dañar? ¿De qué no se ha servido? Pueblos, naciones, razas, confines, intereses, alimentos, expansiones, todo le ha servido a ella par fornicar y llevar a cabo matanzas exterminadoras y traiciones iscarióticas. Sus propios hijos, nutridos por ella con sangre de pecado, serán los ejecutores de la venganza de Dios sobre ella, destruyéndola, destruyéndose, llevando la suma de los delitos contra Dios y contra el hombre hasta el número completo exigido por el detonar de mi: «¡Basta!». En aquella hora, humeando con grato olor, barboteará hasta mi trono la sangre de los mártires y de los profetas y los surcos de la tierra que recogieron los gemidos de los muertos por odio a Mí y recibieron sus estertores postreros, lanzarán un gran grito hecho de todos aquellos santos gemidos, y se estremecerán con una convulsión de angustia sacudiendo las ciudades y las casas de los hombres en las que se peca y se mata, llenando con su voz que pide Justicia, la bóveda de los Cielos. ■ Y habrá Justicia. Vendré Yo, Vendré porque soy Fiel y Veraz. Vendré a dar Paz a los fieles y Juicio santo a los que vivieron. Vendré con mi Nombre cuyo significado tan sólo Yo lo conozco y en cuyas letras se contienen los principales atributos de Dios del que soy Parte y todo. Escribe Jesús: Grandeza, Eternidad, Santidad, Unidad. Escribe Cristo: Caridad, Redención, Inmensidad, Sabiduría, Trinidad, Omnipotencia, (de Dios condensada en el Nombre del Verbo humanado). Y si te parece que falte algún atributo, piensa que la Justicia se halla comprendida en la santidad, puesto que quien es santo es justo; la Realeza en la grandeza; la Creación en la omnipotencia. En mi Nombre, por tanto, se proclaman las alabanzas a Dios. Nombre santo cuyo sonido aterra a los demonios. Nombre de Vida que da Vida, Luz, Fortaleza a quien te ama e invoca. Nombre que es corona sobre mi cabeza de vencedor de la Bestia y de su profeta, los cuales serán presos, confinados, sumergidos y sepultados en el fuego líquido y eterno cuya mordiente ferocidad es incomprensible al sentido humano. ■ Será entonces el tiempo de mi reino de la Tierra. Habrá entonces, por tanto, una tregua de delitos demoníacos para dar tiempo al hombre volver a oír las voces del Cielo. Quitada de en medio la fuerza que desencadena el horror, descenderán grandes corrientes espirituales, como cascadas de gracia, como ríos de aguas celestiales, a pronunciar palabras de Luz. Mas como no acogieron en el transcurso de los siglos las voces dispersas, comenzando por la voz del Verbo, que hablaban del Bien, así se harán sordos los hombres, siempre sordos —menos los marcados con mi señal, mis amigos dilectísimos dispuestos a seguirme— sordos a las voces de muchos espíritus, a las voces semejantes al rumor de muchas aguas que entonarán el cántico nuevo para guiar a los pueblos al encuentro de la Luz y sobre todo, hacia Mí: Palabra eterna”.
* Venida de Satanás por última vez.-Jesús: “Cuando se haya realizado la última prueba, vendrá Satanás por última vez y se encontrará secuaces por los cuatro ángulos de la tierra que serán más numerosos que las arenas del mar. ¡Oh Cristo! ¡Oh Jesús que moriste por salvar a los hombres! ¡Sólo la Paciencia de un Dios es capaz de haber esperado tanto, de haber hecho tanto, habiendo conseguido tan poco, sin retirar a los hombres su don dejándoles perecer mucho antes de la hora señalada! Sólo mi Paciencia que es Amor podía aguardaros sabiendo que, como arena filtrada a través de una sutilísima criba, sólo alguna rara alma habría de venir a la gloria en contraposición a la masa que no sabe, que no quiere filtrar para llegar hasta Mí a través de la criba de la Ley, del Amor, del Sacrificio”.
* Venida de Cristo con ropaje de Rey y Juez.-Jesús: “Mas la hora de mi venida, cuando, con ropaje de Dios, de Rey y de Juez, llegue Yo para reunir a todos los elegidos y maldecir a los réprobos lanzándolos adonde estarán ya para siempre el Anticristo, la Bestia, y Satanás, tras la suprema victoria de Jesucristo, Hijo de Dios, Vencedor de la Muerte y del Mal, a estos elegidos que supieron permanecer «vivos» durante la vida, vivos en el espíritu, a la espera de nuestra hora de triunfo, Yo les daré posesión de la morada celestial y me daré a Mí mismo sin tregua ni medida. ■ Aspira a aquella hora, María. Llámala y llámame con todas las fuerzas de tu espíritu. Mira que, tan pronto como un alma me llama, vengo Yo a la vez que el Amado, el cual, ya desde la Tierra, contempló la gloria del Cordero, Hijo de Dios, la gloria de su y de tu Jesús y, a cada latido de tu corazón, di: ¡Ven, Señor Jesús!”.

* María Valtorta explica los conceptos de Tierra como conjunto de hombres y tierra como globo, dualidad a tener presente en el precedente dictado.-  Estoy hecha un guiñapo, un pobre guiñapo. Tan sólo mi alma se halla inmersa en la dulzura. Jesús, al dictarme, me da a entender que, cuando dice Tierra, quiere decir mundo tomado, no como globo compuesto de polvo y agua, sino como un ente moral, es decir, como conjunto de personas. Y cuando dice tierra, quiere decir simplemente planeta compuesto de campos, montes, aguas. Culpable la primera, inocente la segunda. Y así puede decir, sin incurrir en contradicciones, que la sangre de los mártires se ha convertido en veneno para la Tierra que la ha bebido (en sus habitantes) con ira sacrílega y la ha vertido (en sus poderes estatales) con abuso blasfemo de poder temporal; mientras que la tierra-globo, rotante por los espacios del éter, ha bebido con respeto y acogido con amor la sangre de los mártires y sus convulsiones agónicas  presentándolas una y otras al Eterno, pidiendo, maternal y compasiva, que no haya sido vertida ni soportadas en vano y que se haga justicia a las mismas. ■ Estoy contenta de haber recibido explicación directa sobre el Libro que tanto me gusta: pero le aseguro (3) que, humanamente, me encuentro desecha. A mi parecer soy una cosa vacía y exprimida. Nada tengo ya dentro después de haber tenido tanto. Durante estos días bajo la acción de las potentes voces que resonaban en mi interior, me resultaba insufrible el murmullo humano y ¡he tenido tanto en mi derredor…! He sufrido muchísimo, prensada como estaba entre las impertinencias comunes de la vida y las exigencias sobrenaturales del Maestro. Pero, bien, ya pasó. ■ Y ahora digo yo: “Un poco de descanso, pues si no, la pobre chupatintas de Jesús acabará por descuajaringarse como una máquina trabajada con exceso”. Se lo entrego a usted en seguida para copiar. Pero, cuando me traiga la carpeta, devuélvame también este cuaderno porque, si tengo delante el manuscrito, me canso menos al corregir. De otra suerte, ¿cómo hago para recordar y añadir las palabras que faltan? ¿Quién se acuerda de ellas? Después se lo devolveré”.  (Escrito el 22 de Agosto de 1943).
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1  Nota  : En el dictado 43-275 del 20 de Agosto de 1943.    2   Nota  :  Sobre una copia mecanografiada anota María Valtorta a lápiz al pie de la página: «Después de la derrota del Anticristo y de la destrucción de Babilonia».    3  Nota  : Padre Migliorini.
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43-300.- Jesús señala 4 periodos: 1º: Precursores; 2º: Anticristo. 3º: Intermedio: paz.  4º: Último con la última venida de Satán. (Serán 3 las manifestaciones de Satán: durante 1º, 2º, 4º períodos).
* Ahora: Los precursores del Anticristo.- El Anticristo: ayudado por las manifestaciones de Satanás: las dos bestias del Apocalipsis.- Vencido el Anticristo: período de paz: para dar tiempo a los hombres sobrecogidos por el estupor de las 7 plagas y la caída de Babilonia a reunirse bajo la enseña de Cristo.- Punto álgido de Época anticristiana: 3ª manifestación de Satanás. ■ Dice Jesús: “Por más que parezcan confundirse los períodos en el Apocalipsis, no es sin embargo así. Sería mejor decir que se refieren a tiempos futuros con apariencias cada vez más grandiosas. Ahora estamos en el período que Yo llamo: de los precursores del Anticristo. Después vendrá el período del Anticristo que es el precursor de Satanás. Éste, el Anticristo, será ayudado por las manifestaciones de Satanás: las dos bestias mencionadas en el Apocalipsis. Será un período peor que el actual. El Mal aumenta cada vez más. Vencido el Anticristo, vendrá el período de paz para dar tiempo a los hombres, sobrecogidos por el estupor de las siete plagas y de la caída de Babilonia, de reunirse bajo mi enseña. La época anticristiana alcanzará su punto álgido en la tercera manifestación de Satanás, o sea, cuando ocurra la última venida de Satanás. ¿Habéis entendido? Es preciso creer y no cavilar. Verdaderamente tú lo has entendido al momento puesto que no cavilas. Los dictados no se contradicen entre sí. Hay que saber leerlos con fe y simplicidad de corazón. ■ Como uno al que urge hacer entender una cosa, Yo voy siempre derecho a lo que más importa que es, en este caso, mi Reino. Porque en el Reino está la justificación de haberme encarnado y muerto. Porque en el Reino está la prueba de mi infinito poder, bondad y sabiduría. Porque en el Reino está la prueba de la vida eterna, de la resurrección de la carne y de mi potestad de Juez. Por eso, siempre que he hablado para explicar el Apocalipsis, he puesto casi siempre por remate en cada uno de los puntos explicados, mi Juicio, mi triunfo, mi Reino, la derrota de Satanás en él mismo, en sus criaturas y en sus precursores. Leed bien y veréis cómo no hay contradicción. Lo que dije dicho está”. (Escrito el 27 de Agosto de 1943).
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43-343.- Explicación del Período Intermedio (de paz, de tregua, del reino del espíritu) y del Cuarto: última manifestación de Satanás.
* Período Intermedio: período de tregua.-Dice Jesús: “No es en el sentido que tú lo entiendes. Llegará la hora de la paz y del perdón también para vosotros, los italianos. Llegará la hora en que volveréis a establecer alianza con el Señor tras haber estado en manos de Satanás que os zarandeó cual si fueseis una madeja de hilo en manos de un loco furioso. Mas las palabras de Joel (1) no fueron dichas para este o aquel pueblo en particular. Lo fueron para mi pueblo, para el pueblo del Único, Verdadero, Gran Rey: del Señor Dios vuestro, Uno, Trino, Creador y Redentor del género humano. Aquel período de bienestar del que habla Joel es el anuncio anticipado de cuanto mucho más tarde habla Juan en su Apocalipsis. Tras las guerras tremendas que habrá traído Satanás a la Tierra mediante su Mensajero tenebroso, el Anticristo, sobrevendrá el período de la tregua, en el que, después de haberos mostrado con la prueba cruenta de qué dones puede ser obrador Satanás, buscaré atraeros a Mí colmándoos de mis dones. ¡Oh, mis dones! ¡Serán vuestro regalo! No conoceréis hambres, estragos, calamidades. Vuestros cuerpos y más vuestras almas serán apacentados por mi mano. La Tierra parecerá surgir de una segunda creación, nueva totalmente en los sentimientos que serán de paz y de concordia entre los pueblos y de paz entre el Cielo y la Tierra, porque haré que se desparrame sobre vosotros mi Espíritu que os penetrará y os dará la visión sobrenatural de los decretos de Dios. ■ Será el reino del Espíritu. El Reino de Dios que vosotros pedís —y no sabéis lo que pedís porque nunca reflexionáis— en el «Pater Noster». ¿A dónde queréis que venga el Reino de Dios si no es a vuestros corazones? Ahí es donde debe iniciarse mi Reino sobre la Tierra. Reino grande aunque siempre limitado. Después vendrá el Reino de los Cielos sin confines, ni de tierra y ni de tiempo. El Reino eterno que hará, de vosotros, habitadores eternos de los Cielos, porque, como es natural, Yo hablo a los que son súbditos míos y no a los réprobos que tienen ya su rey horrendo: Satanás. Vuestro Dios obrará toda suerte de prodigios con el fin de atraer a Sí al mayor número de vivientes porque Yo soy Dios de Misericordia, de perdón y de un Amor tan infinito que, por mucho que podáis estudiarlo y tratar de comprender su medida, no lo conseguiréis. Lo que vosotros creéis sea la infinitud de mi amor hacia vosotros, es como la piedrezuela diminuta del cauce de un río respecto de una cordillera completa de montañas. ■ Ahora bien, ¿crees tú que tantos prodigios de amor y tantas luces del Espíritu han de convertir los hombres a su Dios Eterno? Desengáñate. Si Yo tuviera con los pobres animales privados de razón los cuidados que he de emplear con vosotros para las necesidades de vuestros cuerpos —sólo éstos— esos animales, con sus lenguajes informes, me alabarían desde el amanecer hasta el ocaso y si supieran dónde encontrarme, vendrían de todas partes del globo a dar gracias a su Tutor benéfico. Pero los hombres, no. Sordos del todo, en su casi totalidad, a las voces y a los dones espirituales, y sordos, casi del todo, a los dones corporales, en lugar de reconocer mi Bondad y de amarme en reconocimiento, se aprovecharán del bienestar que les daré para descender cada vez más al abismo que les satisface en el que se revuelcan cual bestias inmundas en un pantano, apeteciendo lo que seduce a las nueve décimas partes de la humanidad: la codicia, la lujuria, el fraude, la violencia, el latrocinio, la herejía, la superstición y otras aberraciones del sentido y de la mente tan horrendas que a las personas honestas paréceles imposible que puedan ser verdaderas. Pero lo son y hacen enrojecer de vergüenza a los Cielos y excitar con movimiento de indignación a nuestra Divinidad”.
*  Período 4º (de la ira): 3ª y última manifestación de Satanás.-Jesús: “Ni la paternal largueza en sus dones ni las aterrorizantes señales del cielo serán capaces de hacer de todos los vivientes de aquel tiempo hijos de Dios. Y es entonces cuando llegará mi día terrible. No día de veinticuatro horas, pues mi tiempo tiene otra medida. Llámesele «día» porque es durante el día cuando se obra y Yo obraré en aquel tiempo. Llevaré a cabo la última selección de los vivientes sobre la Tierra que tendrá lugar en el último desencadenamiento de Satanás.Es entonces cuando se verá quiénes tienen el Reino de Dios y quiénes el de Satanás. Porque éstos últimos, con boca, actos y, sobre todo, con corazón blasfemo, cometerán los últimos desprecios a mi Ley y los sacrilegios postreros contra Dios, mientras que los primeros, los hijos y súbditos del Señor —al tiempo que asolará la Tierra la última batalla con un horror indecible— se estrecharán a mi Cruz, invocarán mi Nombre salvífico y mi venida como Juez no les aterrorizará antes será su gozo, ya que los fieles son los salvados, aquellos a los que Joel llama los «residuos» (2) del Señor, o sea, aquellos que al Señor le quedarán tras el pillaje de Satanás. Benditos, benditos, benditos para siempre estos hijos míos. De ellos es el Paraíso eterno. Unidos con los fieles al Señor de todos los tiempos, poseerán a Dios cuya posesión es la eterna bienaventuranza”.
 
*  Ya que parecía que Jesús me dejaba esta mañana descansar, una vez recitado, según mi costumbre, el “Veni, Sancte Spíritus”, he abierto la Biblia al azar. Me ha salido el capítulo II del libro de Joel y, precisamente, los versículos que van del número 8 al 32. Yo daba a aquellas palabras una interpretación cual mi corazón de italiana sueña con todas las fuerzas. Pero Jesús me las explica dándoles un significado mucho más elevado… y la borriquilla de María lo escribe diciéndose a sí misma que el único que sabe es el Señor. (Escrito el 16 de  Septiembre de 1943).
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1  Nota  : Joel  2,18-32.   2  Nota  : «Residuos o Restos»:
a) Joel 2,32/5: “Ocurrirá que todo el que invoque el Nombre de Yavé será salvo; pues en el monte de Sión, en Jerusalén, se guarecerá el «residuo» salvado según dijo Yavé; entre los evadidos estarán aquellos a los que llama Yavé”.
b) Sofonías, 3,12: “Dejaré subsistir dentro de ti a un pueblo pobre y humilde que buscará refugio solo en Yavé. El «resto» de Israel no cometerá iniquidad, ni hablará mentira… Alborózate, hija de Sión… Yavé ha suprimido tus juicios… estará en medio de ti, no temas ya mal alguno”.
c) Isaías cap. 10: ¡Ay de los que decretan iniquidad y escriben desventura… saquean a los huérfanos!… ¿Qué haréis el día del castigo?… a pesar de todo está su mano extendida… ¡Ay de Ashur, bastón de mi cólera, el garrote que usa mi furor! Yo lo he enviado contra un pueblo incrédulo… Así como mi mano ha alcanzado los reinos de los ídolos… ¿no seré capaz de hacer lo mismo  con Jerusalén y sus ídolos?… Y sucederá que cuando Yavé haya rematado toda su obra en la montaña de Sión y en Jerusalén, exterminará al fruto del engreído Ashur… Y aquel día ocurrirá que el «resto» de Israel y los supervivientes de la casa de Jacob… se apoyarán en Yavé, el Santo de Israel, verdaderamente… Un «resto volverá», un resto de Jacob se volverá hacia el Dios todopoderoso. Porque aunque  fuera tu pueblo, oh Israel, como la arena de la mar, solo un «resto» volverá. Su destrucción ya está decidida, para que quede bien en claro la justicia; pues el Señor Yavé de los Ejércitos llevará a cabo, en todo el país, el exterminio que ha resuelto hacer…”.
d) Isaías Cap. 11, 1… Y saldrá un vástago del tronco de Jesé y un brote de sus raíces purificará. Sobre él posará el Espíritu de Yavé, espíritu de sabiduría… golpeará al país con la vara de su boca… entonces habitará el cordero con el lobo… no se cometerá mal… porque el país estará repleto del conocimiento de Yavé… Cap. 11.11… Aquel día la raíz de Jesé se convertirá en estandarte de las naciones… por 2ª vez Yavé volverá… para rescatar al «resto» de su pueblo… Efraín y Judá saldrán victoriosos, Ashur obedecerá… Yavé secará la lengua del mar de Egipto y agitará su mano contra el río Eúfrates que lo dividirá en siete brazos… así tendrá un camino el «resto» de su pueblo…”.
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Isaías 58 (1)

43-380.- “Este pueblo mío se ha hecho más extranjero y rebelde que aquel mi verdadero pueblo”.
* “Este pueblo, mío de nombre tan solo, me viene buscando. ¿Mas cómo me busca? Un día lo comparé con un ciego. Hoy lo comparo con un ebrio. Y ebrio está, en efecto, por haberse hartado, hasta el embrutecimiento, de sus vicios”.- Dice Jesús: “Quiero imperiosamente que seas tú la que grite las palabras del Señor tu Dios, las palabras de indignación por los pecados de este pueblo mío que no quiere convertirse a Mí y las palabras de amor que, a modo de bálsamo, se derraman de mi Corazón agitado por vuestra forma de obrar y aplacan la tempestad de la Justicia ofendida para atraeros a Mí, hijos desgraciados, que tan atroz y diabólicamente morís en el cuerpo y en el alma. ■ Te he dicho infinidad de veces, dándotelo a entender bajo formas de luz o de sonido, que tú ya no te perteneces. Eres una célula del Todo que soy Yo, tu Maestro y Salvador, Salvador igualmente de todo el mundo. Así, pues, ve delante, y jamás consientas en oponerte a  mi Querer. Yo me cuidaré de velar por ti. Tú, marcha adelante a ser mi pequeño Juan al que tanto consuelo me produce manifestar mi pensamiento y confiar mi Voluntad. ■ Mira, María. Este pueblo mío que se ha hecho más extranjero y rebelde que aquel mi pueblo verdadero —ya que es mío de nombre tan sólo, pues en realidad, milita bajo otra bandera y se somete a otras leyes que no son ciertamente la bandera de Cristo ni la Ley de Dios— este pueblo me viene buscando. Mas, ¿cómo me busca? Un día lo comparé con un ciego. Hoy lo comparo con un ebrio. Y ebrio está, en efecto, por haberse hartado, hasta el embrutecimiento de sus vicios. El ebrio es un incapaz para comprender y guiarse. Su mente anda a tientas por entre la calígine del vino colocándole por debajo de las mismas bestias. ¡Me busca! ¡Oh pueblo de insensatos y de perjuros que habéis socavado la integridad de vuestro espíritu con los ardores de los sentidos y de los pecados y habéis traicionado a Dios! Pueblo que eres mío, ¿cómo vas a poder encontrarme si no te despojas de esa vestimenta inmunda y no tornas realmente no con culto hipócrita e irregular, motivado, no por el amor sino por la necesidad, por el miedo, por el interés, tres estímulos totalmente terrenos, útiles tan solo para vuestra parte que muere y no para el alma inmortal?…”.
* “Someted al ayuno vuestros sentidos; sabed orar más con las obras que con vuestros labios; conducíos conforme os dije Yo, pues uno solo es el Maestro y ese uno soy Yo”.- ■ Jesús: “¿Que habéis orado, frecuentado iglesias, ayunado; que no habéis matado ni robado? Y eso ¿qué? ¿Habéis hecho más de lo que era vuestra estricta obligación hacer? ¿Y cómo lo habéis hecho? Que habéis orado; pero ¿cómo y por qué? Habéis orado mal, con el alma ausente, manchado de odio y casi siempre por vuestros intereses personales, egoístas por tanto. Así pues, la caridad no animaba a vuestra plegaria. Y ¿cómo me la vais a ofrecer si os falta el cáliz de oro en el que poder alzarla a mi trono? ¿Que habéis frecuentado la Iglesia? ¿Cómo y por qué? Por costumbre, por hipocresía, por chismografía. ¡Cuánto chisme se da también en el templo santo de vuestro Dios, ante Mí, aniquilado en el sacramento del amor por enseñaros hasta qué grado de entrega ha de llegarse a fin de ser gratos a Dios y útiles a los hermanos! ■ ¿Que habéis ayunado? ¡Ay de mí y qué insignificantes son vuestros ayunos, cuando de verdad los hacéis, no en la cantidad sino en la espiritualidad! Os priváis de un bocado de pan y después dais pábulo a la gula con la superfluidad. Hacéis vuestros ayunos sin voluntad amorosa y solo por miedo al castigo divino. Y ¿no sabéis que es mejor el ayuno de una palabra desabrida que no el de un manjar suculento? ■ ¿Que no habéis matado ni robado? ¡Ah!, pero no por Mí sino por miedo a vuestras cárceles. He aquí el por qué. Y aun así, no siempre os detiene este miedo. Y bien, ¿creéis acaso, ¡embusteros del espíritu! que haya mucha diferencia entre el que mata al alma de otro arrastrándola al mal, destruye una reputación, usurpa un cargo, quita la mujer a su marido, el marido a su mujer, o el hijo a sus padres y el que asesta una puñalada o roba una bolsa? Así pues, os digo en verdad que entre el que mata un cuerpo en un arrebato de ira y el que mata un alma o una reputación con lenta y premeditada acción; entre el que roba una bolsa y el que roba una persona a sus familiares, es mucho más culpable el que lo es en relación con el espíritu que no el otro. La verdad es ésta. ■ Para amaros y ayudaros quiero ¡hijos desgraciados que os causáis a vosotros mismos todo el mal que os acarrea la muerte!, que os impongáis otro ayuno muy distinto, otra oración muy diferente, un muy otro modo de obrar. Someted al ayuno a vuestros sentidos, criaturas ávidas de toda sensualidad; sabed orar más con vuestras obras que con vuestros labios; conducíos como os lo dije Yo y no otro alguno, pues uno solo es el Maestro y ese Uno soy Yo: la Inteligencia, la Justicia, la Caridad. ¡Oh, cómo cambiará entonces todo en vosotros! No seréis ya los bastardos, los extraños, los rebeldes, a vuestro Señor sino que volveréis a ser mis hijos, volveréis a ser mi gozo y Yo el vuestro. Qué lejano os parecerá entonces el tiempo en que erais como ovejas extraviadas a las que todos los transeúntes golpean, de las que a todos les era lícito burlarse de vosotros y trataros como a locos que viven de la limosna que les proporciona su propia miseria de la que tantos se ríen”.
“Cuatro son los cálices que se hallan colmados. Dos divinos y dos infernales”.- ■ Jesús: “Volved al Señor, Dios vuestro. La hora está cumplida. Cumplida en todos los modos. Cuatro son los cálices que se hallan colmados. Dos son divinos y dos infernales. En estos últimos hay estrago para la tierra y muerte para el espíritu. En los otros, en los divinos, hay Justicia en uno y Misericordia en otro. Depende de vosotros, que con vuestras obras atraéis las ondas desbordantes de los cálices infernales, hacer que el otro cáliz de castigo —el divino— no se vierta sobre vosotros antes bien se derrame mi Misericordia sobre el mundo, sobre los hombres, sobre los espíritus que mueren. Ella es Vida, hijos queridos. No retardéis más el atraer mi Piedad sobre vosotros. Llegaos a vuestro Salvador. En mi Corazón abierto, que habla de amor, encontraréis lo que habréis dilapidado: el amor. ■ Si llegáis a amar seréis salvos. Todo le resulta fácil al que ama y todo le es perdonado al que ama. Soy Cristo que absolvió a la pecadora (2) porque amó mucho. Soy Aquel mismo y no me mudo. Estoy aquí volcado sobre vosotros al modo de un padre sobre el lecho de su hijo enfermo y de un médico sobre el paciente, para salvaros todavía, para salvaros siempre.  Dejaos abrazar de vuestro Dios, dejaos curar por vuestro Médico, dejaos salvar por vuestro Salvador. No pretendo sino esto: que os dejéis salvar por Mí viniendo a Mí con vuestra alma enferma, pero llena de buena voluntad. Mis manos, que sanaron a los leprosos cuando, aparte de ser por su naturaleza manos de un Dios, aún no habían sido santificadas por martirio, vierten de los orificios gloriosos de sus palmas el agua que purifica y el bálsamo que confiere la incorruptibilidad. Venid a Mí. A ello os exhorto como Maestro. Os lo ruego como quien os ama, porque os amo y con un amor tan grande que sólo en el Cielo alcanzareis a ver su inmensidad sin quedar aplastados por ella. ■ Y tú, hijita de mi Corazón, vete en paz. Porque has sabido amarme hasta el extremo que te he confiado mi Palabra que no se da otra más excelsa. Ella está en ti como una estrella encerrada en tu espíritu y te ilumina con su luz de paz y de vida. Continúa como eres y sé feliz en Mí. Mi Paz pone su bálsamo sobre todas tus variadas formas de sufrimiento. Te bendigo. Soy Jesús”. (Escrito el 1 de Octubre de 1943).
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1  Nota  : Isaías cap. 58: “Grita a mi pueblo y  sin miedo y denuncia a mi pueblo sus pecados… Me buscan… y se quejan: «¿por qué ayunamos y tú no lo ves, nos humillamos y tú no lo tomas en cuenta?». Porque en los días de ayunos os dedicáis a vuestros negocios y obligáis a trabajar a  vuestros obreros. No es esta clase de ayunos los que lograrán que se escuchen sus voces allá arriba… ¿No sabéis el ayuno que me agrada? Romper las cadenas injustas, dejar libres a los oprimidos… Compartir tu pan con el hambriento, vestir al que veas desnudo y no volver la espalda a tu hermano…”.   2  Nota  : María Magdalena.
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43-475.- “Vendré para reunir a mis ovejas”.
* “La tremenda responsabilidad de ser administradores de Vidas y de vidas, pastores de almas, no puede realizase sino permaneciendo vosotros en mi Santidad y en mi Justicia. No hay otra alternativa. Fuera de Dios y de su Ley no se da honestidad continuada en el obrar”.- ■ Dice Jesús: “Escribe, hija: «¡Ay de los pastores que se apacientan a sí mismos!» (1). Pastores de almas y pastores de hombres. Mis sacerdotes y jefes de naciones. La tremenda responsabilidad de ser administradores de Vidas y de vidas, pastores de almas, no puede realizarse sino permaneciendo vosotros en mi Santidad y en mi Justicia. No hay otra alternativa. Fuera de Dios y de su Ley no se da honestidad continuada en el obrar. Podréis resistir por algún tiempo mas al fin claudicaréis para vuestra ruina y la de los demás. Desnaturalizáis vuestra misión, os apacentáis en vez de apacentar. No os agotáis en la tarea santa y suave de robustecer y curar las almas, vosotros, los pastores primeros, y en la tarea justa y bendita de mirar por vuestros súbditos, vosotros, pastores segundos. Habéis perseguido o desentendido. Habéis condenado o matado, ¡oh, qué tremendo juicio os espera! ■ Lo repito, las desesperaciones de los individuos recaen sobre quienes las provocan. Los extravíos y blasfemias sobre quien los hace desbordar. Las agonías de las almas sobre aquellos sacerdotes que saben ser únicamente rigoristas y sin caridad. ¡Ay!, tres veces ¡ay de vosotros poderosos! Y siete veces ¡ay de vosotros sacerdotes! Porque si los primeros acarrean la muerte a los cuerpos más que a las almas, vosotros sois responsables de la muerte de las almas, comenzando por las de los poderosos a los que no sabéis contener con un enérgico «Non licet» sino que, por una mendaz consideración que se traduce en traición a Cristo, dejáis que lleven a cabo su maldad. ■ Ya os lo dije: «El buen Pastor da la vida por la de sus ovejas». Pero lo que vosotros hacéis es conservar la vuestra; y las ovejas, así las grandes como las pequeñas, se han dispersado, presa de las fieras, y han muerto por haberse alimentado con pastos malsanos. Es preciso asestar la segur al pie de aquella planta grande que daña sin sopesar el peligro que suponga el que ella o su linaje se revuelvan con la espada contra vosotros para quitaros la vida sino hacer cuanto sea posible para preservar la Vida más excelsa. Esto cada vez lo hacéis menos vosotros y así la ruina causa estragos en la tierra lo mismo que en los espíritus”.
* “Oirán la Voz, no como ahora a través de los siervos, sino de la boca del Verbo. Cuando haya depurado mi grey de cuanto es falso e impuro durante mi período de Rey de la Paz (P. Intermedio), aleccionaré a los que habrán quedado para la última instrucción”.- ■ Jesús: “Dígoos Yo ahora: He aquí que Yo mismo seré su Pastor. Vendré para reunir a mis ovejas. Las agruparé en mis dehesas, apartadas de las nieblas de las doctrinas vanas y perniciosas que producen las fiebres mortales del espíritu. Las separaré y aún ellas, por sí mismas, se apartarán de los cabritos y de los carneros al oír la Voz amada. La oirán, no como ahora, a través de mis siervos, sino brotando, cual río de Vida, de la boca del Verbo que vuelve a tomar posesión de su Reino.  Recogeré con piedad a mis ovejas, aún aquellas que por vuestro abandono se perdieron. Mas, ¡fuera de mi redil los lobos con piel de cordero!, ¡fuera los pastores holgazanes!, ¡fuera los ansiosos de riquezas y de placeres! ■ El que me sigue debe amar lo que es limpio y honesto. El que me sigue ha de tener caridad con el hermano y no aprovecharse, dejando para los demás la miseria de una herida pisoteada y sucia y una agua enturbiada por enjuagues humanos. Y va esto también para aquellos que en las asociaciones de laicos no aspiran sino a los cargos que estimulan la vanidad. ¡Abajo la soberbia! si es que queréis ser mis corderos, y ¡abajo también la dureza de corazón! Son éstas las astas afiladas con las que herís y rechazáis a los bondadosos y oprimís a los débiles. ■ Cuando haya depurado mi grey de cuanto es falso e impuro durante mi período de Rey de la Paz, aleccionaré a los que habrán quedado para la última instrucción. Me conocerán del modo como ahora solo los elegidos me conocen. Serán, no doce sino doce mil veces doce mil las criaturas llamadas al conocimiento del Rey. Desaparecerán las herejías y las guerras. Luz y Paz serán el sol de la Tierra. Se nutrirán con el germen vivo de mi Palabra y ya no languidecerán a causa del hambre espiritual. Me adorarán en espíritu y en verdad”.
* Cuando sobrevenga la postrer rebelión de Satanás (4º período) no faltarán los últimos Judas entre los llamados al conocimiento del Rey. Será el último crisol. Mas los «fieles» permanecerán fieles y conocerán que Yo estoy con ellos y que ellos constituyen mi pueblo”.- ■ Jesús: “Cuando sobrevenga la postrer rebelión de Satanás, no faltarán los últimos Judas entre los llamados al conocimiento del Rey. El oro de la Ciudad eterna debe ser purificado mediante tres crisoles si ha de llegar a ser turíbulo ante el trono del Cordero glorioso. Y éste será el último crisol. Mas los «fieles» permanecerán fieles y conocerán que Yo estoy con ellos y que ellos constituyen mi pueblo eterno. ■ Y, ya desde ahora, sabed, queridos míos y alma que me amas y a la que amo, que, aun antes de que Yo venga a congregar a mi grey para llevarla a los pastos eternos del Cielo, sois vosotros mis corderos amados. Entraréis en mi Reino antes que los demás por cuanto vosotros sois mi rebaño y Yo soy el Señor Dios vuestro, vuestro Pastor que tiene sus delicias en estar entre vosotros y que os llama a su morada eterna para vivir con vosotros en la Paz reservada a los fieles de Cristo”. (Escrito el 28 de Octubre de 1943).
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1  Nota  : Ezequiel 34-2:Hijo de hombre, habla de parte mía contra los pastores de Israel… que se apacientan a sí mismos… porque mis ovejas han pasado a ser presa de todas las fieras por falta de pastor… se las quitaré y Yo mismo cuidaré de mis ovejas”.
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43-477.-El profeta Sofonías, las voces anteriores y posteriores a Cristo, y el propio Cristo, anunciaron lo que sucederá en la antevíspera del último tiempo.
* Las voces se van sucediendo y durarán hasta el final de los tiempos. Signos precursores de la segunda venida del Señor: carestía, epidemias, desastres, hambre (por rapiñas y guerras de independencia), inversión de estaciones, que llevarán a término la selección entre los benditos y los malditos, premiando y castigando.- ■Dice Jesús: “Cuando le hago decir a Sofonías (1) que Yo echaré fuera cuanto hay en la tierra, le hago profetizar lo que acaecerá en la antevíspera del último tiempo, lo mismo que Yo anuncié más tarde al hablar, como entre sombras, bajo la descripción de la ruina del Templo de Jerusalén, de la destrucción del mundo y lo que el Predilecto profetizó en su Apocalipsis. Las voces se van sucediendo y hasta puedo decir que, lo mismo que en un edificio sagrado levantado para dar testimonio de la gloria del Señor, van las voces de un pináculo a otro, de un profeta a otro profeta anterior a Cristo hasta llegar al fastigio más alto, desde el que habla el Verbo a lo largo de su vida de hombre y después, descendiendo de pináculo en pináculo, a través de los siglos, por boca de los profetas subsiguientes a Cristo. Semeja un concierto que canta las alabanzas, los designios, las glorias del Señor y durará hasta el momento en que las trompetas angélicas convoquen a los muertos de los sepulcros, a los muertos del espíritu, a los vivientes de la Tierra y a los vivientes del Cielo para que se postren ante la gloria visible del Señor y oigan la palabra de la Palabra de Dios, esa Palabra que infinitos rechazaron o desatendieron, desobedecieron, escarnecieron y despreciaron; esa Palabra que vino a ser Luz del mundo y que el mundo, prefiriendo las tinieblas, no quiso recibir. Yo soy el pináculo del edificio de Dios. No puede darse palabra más sublime ni verdadera que la mía. Ahora bien, mi Espíritu se encuentra en la boca de las «palabras» menores por cuanto todo lo que habla de lo que es de Dios, es palabra inspirada por Dios. ■ Uno de los signos precursores de mi segunda venida serán: la carestía y la mortandad de las epidemias. Desastres, producidos para castigaros y atraeros a Dios, llevarán a cabo con su poder doloroso una de las selecciones entre los hijos de Dios y los hijos de Satanás. El hambre, ocasionada por las rapiñas y las guerras malditas desencadenadas sin justificación alguna de independencias nacionales sino únicamente por la ferocidad del poder y por la soberbia de demonios con vestimenta de hombres, producida, en fin de cuentas, queriéndolo Dios, por las leyes cósmicas, en cuya virtud el hielo será acerbo y dilatado, el calor abrasador sin que las lluvias lo mitiguen; se invertirán las estaciones y así tendréis sequía en las estaciones de lluvia y lluvias en el tiempo de la maduración de las mieses; las plantas, engañadas con los calores súbitos o fríos desacostumbrados, florecerán a destiempo y, tras haber ya producido, los árboles se cubrirán inútilmente con nuevas flores debilitando la planta sin provecho alguno —porque, tenedlo en cuenta, hombres, todo desorden es nocivo y acarrea la muerte—. El hambre atormentará cruelmente a esta raza proterva y enemiga de Dios. Los animales, privados de heno, de cereales, de granos y de semillas, perecerán de hambre y para saciar la de los hombres, serán sacrificados sin darles tiempo a procrear. Las aves del cielo y los peces de las aguas, los hatos y los rebaños serán acosados por todas partes a fin de proporcionar a vuestros estómagos el alimento que la tierra ya no producirá para vosotros sino escasamente. Las mortandades ocasionadas por guerras y pestes, por terremotos y chubascos, precipitarán en el más allá a buenos y malos. A los primeros para vuestro castigo pues, privados de los mejores, iréis cada vez de mal en peor; y a los segundos, para su propio castigo, recibiendo, a su debido tiempo, el infierno por morada. La víctima dispuesta por el Señor para purificar el altar de la Tierra profanado con pecados de idolatría, de lujuria, de odio y de soberbia seréis vosotros, los hombres, que pereceréis por millares y decenas de millares, abatidos por la hoz afilada de los rayos divinos. Como hierba segada en un prado por el mes de Abril, caeréis los unos encima de los otros: las flores santas mezcladas con las venenosas, los tallos delicados revueltos con los punzantes espinos. ■ Las manos de mis ángeles escogerán y separarán a los benditos de los malditos, llevando a los primeros al Cielo y dejando a los segundos para los tridentes de los demonios como pasto del Infierno. Ser reyes o mendigos, sabios o ignorantes, no constituirá diferencia ni defensa contra la muerte. Tendréis castigo y éste será tremendo. ■ El ojo de Dios escogerá a los predestinados retirando las «luces» a fin de que no tengan ya que sufrir por la calígine formada por los hombres identificados con Satanás y retirando las «tinieblas» que, por ser de la pertenencia de Satanás, padre de las tinieblas, son generadoras de tinieblas. ■ El ojo de Dios que penetra los palacios, las iglesias, las conciencias —y no hay barrera, no hay hipocresía que le impida ver— escrutará el seno de la Iglesia, que es la Jerusalén actual, escrutará el fondo de las almas y recibirá su sentencia una a una para los cobardes, los indiferentes, los tibios, los rebeldes, los traidores, los homicidas del espíritu y los deicidas. No, no pensáis que Dios os haya de hacer bien ni mal por vuestras obras. Yo os lo juro por Mí mismo, lo juro por mi Justicia, lo juro con triple juramento: Yo os haré bien por el bien que hagáis y mal por el mal que hayáis cometido. Si las inmundicias de la carne y de vuestra vida de brutos forman costras en los ojos de vuestra alma impidiéndola ver a Dios, a Dios, en cambio, nada hay que le ponga velos. Cargaré mi mano sobre aquellos que se gozan de estar en el fango y en el fango quieren seguir a pesar de las invitaciones que les hago y de los medios que les proporciono para salir de él. Acabarán por hacerse fango en el fango, ya que del fango hacen el alimento preferido de su hambre impura”.
* “Venid al Médico y a la Luz, ¡hijos que me costasteis la vida! Venid al Señor antes de que se presente a vosotros con majestad de Juez”.- ■ Jesús: “Se acerca el día, hijos que habéis renegado del Padre. El tiempo de la Tierra es largo y breve a la vez. ¿No era, por ventura, ayer cuando disfrutabais de un bienestar honesto que os proporcionaba la paz y las obras de la paz que facilitan pan y trabajo? ¿No era ayer, tal vez, ¡oh vosotros que vivís en esta hora tremenda!, cuando gozabais de la alegría de la familia no desmembrada ni destruida, del placer de los hijos en torno a la mesa paterna, del lecho nupcial: el esposo junto a la esposa, el padre inclinado como maestro y amigo, sobre las cabecitas de sus niños? Veloz, como ave que vuela a playas lejanas, pasó aquel tiempo. Era ayer… y, al volver atrás vuestra mirada, veis cómo un número de días, que el horror multiplica con intensidad sangrienta, os separa de entonces. Os refugiáis en el recuerdo, mas montones de escombros e hileras de tumbas rompen la dulzura de vuestro recuerdo con la realidad presente. ■ ¡Hombres, hombres que insultáis a Dios con voces, no ya de la boca mas también del corazón, creyéndoos con derecho a hacerlo! Oíd, hombres, la voz desgarrada y desgarradora de Dios que truena ya sobre el mundo porque ya no le sirve hablaros por boca de sus siervos y amigos, y que os anuncia su ira y os llama una vez más porque sufre el castigaros. Venid al Médico y a la Luz antes de que la ceguera de vuestros espíritus llegue a ser total. Venid a la fuente de la Vida antes de que la sangre llegue a formar un lago de muerte. Concentrad vuestras míseras aptitudes de amar y enderezádlas a Dios. El amor, en gracia de esas migajas de amor, residuos de las rapiñas de la carne y de Satanás, que le vais a ofrecer, os perdonará. A Dios se le deben las primicias y la totalidad de los bienes. Mas, puesto que no supisteis hacer esto, ¡hijos que me costasteis la vida!, dad al Señor grande, compasivo y poderoso lo que aún os queda. Dentro de vuestra pobreza espiritual, pobreza, no evangélica sino humana, arrancad de vuestro corazón la raicilla última, negad a vuestra carne eso que aún os queda y dádmelo a Mí. ■ Sé que al que me ama le cuesta menos el sacrificio de la vida, porque el amor le embriaga, ¡que no os cueste a vosotros el sacrificio de un beso! Y en pago de vuestro esfuerzo, desproporcionado con la ofrenda, os entregaré un premio inadecuado al don. Os lo daré con tal de que vengáis. El que laboró durante la última hora será admitido en el Reino lo mismo que quien empuñó el arado, hasta caer sobre él, desde la aurora a su tarde anticipada. No os quejaréis de la diversidad de moradas existentes en el Cielo. Allí no se conoce la mezquindad de las envidias humanas. Conquistad más bien este Cielo que para vosotros creé y que os abrí con mi muerte de Cruz. Venid al Señor antes de que se presente a vosotros con majestad de Juez. ■ Por lo que hace a vosotros, queridos míos, continuad el camino que escogisteis. Ni turbiones ni tempestades podrán haceros perder la meta que soy Yo que tengo el Corazón abierto para recibiros con el beso de amor más vivo. Dejad que caigan reinos y pueblos; que cuanto ahora se tiene por poderoso se reduzca a cenizas y escombro; que lo que ahora se atribuye la facultad de imponer su voluntad y sus doctrinas se convierta en polvo desmenuzado por la Voluntad y la Ley de Dios”.
“Durante mi breve reinado sobre el mundo (P. intermedio) seré Yo quien reine, Yo y los restos de mi pueblo. Mi Iglesia tendrá su fúlgido triunfo”.- ■ Jesús: “Durante mi breve reinado sobre el mundo seré Yo quien reine, Yo y los restos de mi pueblo, es decir, los fieles verdaderos, aquellos que no renegaron de Cristo ni cubrieron la señal de Cristo con la tiara de Satanás. Caerán entonces las falsas deidades del extrapoder así como las doctrinas impúdicas negadoras de Dios, Señor omnipotente. ■ Mi Iglesia, antes de que haya terminado la hora del mundo, tendrá su fúlgido triunfo. En nada se diferencia la vida del Cuerpo Místico de lo que fue la vida de Cristo. Se dará el hosanna de la víspera de la Pasión cuando los pueblos, prendidos por la fascinación de la Divinidad, doblen su rodilla ante el Señor”.
* Sobrevendrá después la Pasión de mi Iglesia militante (4º período). Y con dolor de Fundador excelso, dígoos en verdad que en la última hora renegarán de Mí las tres cuartas partes de mi Iglesia”.- ■ Jesús: “Sobrevendrá después la Pasión de mi Iglesia militante y, por último, la gloria de la Resurrección eterna en el Cielo. ¡Oh día venturoso aquel en que habrán terminado para siempre las insidias, las venganzas, las luchas de esta tierra, las de Satanás y las de la carne! Mi Iglesia, entonces, se hallará compuesta de verdaderos cristianos. Esto será así en el penúltimo día. Serán pocos, como al principio. Su final, como lo fue al comienzo, será en santidad. Quedarán fuera los mentirosos, los traidores, los idólatras, aquellos que en la jornada última han de imitar a Judas y venderán su alma a Satanás con daño para el Cuerpo Místico de Cristo. En ellos tendrá la Bestia sus lugartenientes para dar su última batalla. Y ¡ay de aquel a quien, en los últimos tiempos, se le encuentre en Jerusalén culpable de tal pecado! ¡Ay de los que dejen perecer a sus hermanos y descuiden de hacer de la Palabra, que Yo les confié, pan para las almas hambrientas de Dios! ¡Ay! Yo no estableceré diferencias entre el que reniegue abiertamente de Dios y el que lo haga tan sólo con sus obras. ■ Y con dolor de Fundador excelso, dígoos en verdad que en la última hora renegarán de Mí las tres cuartas partes de mi Iglesia a la que habré de separar del tronco por ser ramas muertas y estar corroídas por una lepra inmunda. Mas vosotros que habéis de permanecer en Mí, escuchad la promesa de Cristo. Aguardadme con fidelidad y amor y Yo vendré a vosotros con todos mis dones, con el don de  los dones que soy Yo mismo. Vendré a redimir  y curar. Vendré a iluminar las tinieblas, a vencerlas y ahuyentarlas. Vendré a enseñar a los hombres a amar y adorar al Dios eterno, Señor altísimo, a Cristo santo, al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Vendré a traeros, no la paz de este mundo, eterno destructor de la Paz, sino la Paz del Reino que nunca muere. Regocijaos, siervos míos fieles. Esto os lo dice la boca que no miente. No habéis de temer ya mal alguno por cuanto he de poner fin al tiempo del mal y, por piedad de mis benditos, anticiparé este fin”.
* “Regocijaos, sobre todo, vosotros, mis queridos de ahora. Lanzad el grito más bello escrito por hombre alguno: «¡Ven, Señor Jesús!»”.- ■ Jesús: “Regocijaos, sobre todo, vosotros, mis queridos de ahora. Para vosotros han de ser más prestos aún la venida de Cristo y su brazo de gloria. Para vosotros se abren ya las puertas de la Ciudad de Dios y sale por ellas vuestro Salvador para venir a vuestro encuentro y daros la Vida verdadera. Un poco todavía y vendré para vosotros. Igual que lo hice con mi amigo Lázaro, os llamaré uno a uno: «¡Ven fuera!». Fuera de esta vida de la tierra que es una tumba para el espíritu encarcelado en la carne. ¡Fuera, a la Vida, a la libertad del Cielo! Llamadme con vuestro amor constante. Que sea él la llama que funda las cadenas de la carne. Y otorgue al espíritu la libertad de venir a Mí con presteza. Lanzad el grito más bello escrito por hombre alguno: «¡Ven, Señor Jesús!»”. (Escrito el 29 de Octubre de 1943).
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1  Nota  : Sofonías Cap. 1: “Así habló Yave  a Sofonías… Doy mi palabra,  dice Yavé, que borraré cuanto existe de la faz de la tierra: hombres, animales, aves del cielo, peces del mar… Se aproxima el gran día del Señor, ya está cerca, ya llega. Su estruendo es tan horrible que hasta el valiente grita de pavor. Es un día de cólera aquel día, de angustia, de congoja, de destrucción, de sombras y tinieblas… Cap. 2: ¡Juntaos, gente sin vergüenza, para ser desparramados como un montón de paja por el viento cuando el furor de Yavé se precipite sobre vosotros…! ¡Buscad a Javé todos los pobres del país, que cumplís sus mandatos y así tal vez encontráis refugio…! Cap. 3: ¡Ay de la ciudad rebelde, Jerusalén! No ha hecho caso ni a mi llamado… sus profetas son unos charlatanes y sus sacerdotes profanan las cosas santas… Yo pensaba: «¡Si al menos tú me temieras y tomaras en cuenta mi reprensión! Así tendrías siempre presente ante tus ojos las veces que por algo te castigué». Pero ellos, al contrario, se han apresurado a comportarse mucho peor aún… arrancaré a aquellos que se jactan de su orgullo y dejaré subsistir dentro de ti a un pueblo humilde y pobre, que buscará sólo refugio en Dios… Aquellos que queden de Israel no se portarán injustamente ni dirán más mentiras, ni hallarán en su boca palabras engañosas. Podrán alimentarse y descansar sin que nadie les moleste… ese día dirán a Jerusalén: «¡No tengas ningún miedo, ni te tiemblen las manos! Yavé tu Dios está en medio de ti como un héroe que salva. Él saltará de gozo al verte a ti y te renovará su amor. Por ti lanzará gritos de alegría como en días de fiesta»…”.
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Isaías cap. II, v.  24 (1)

43-525.- Periodo Intermedio: Paz. Todo el Orbe reconocerá a la Iglesia Romana y resonará el Evangelio, antes de su extrema pasión y de su triunfo eterno. Será la Roma de los grandes Pontífices.
* Los católicos —y el orbe entero reconocerá entonces a la Iglesia Romana— se volverán a la Cruz, reencontrada tras su pertinaz obcecación. Será Roma la que entonces hablará: la Roma de Cristo. Los hombres, millones y millones de tribus, se dirigirán Cristo. Dice Jesús: “Echemos juntos la mirada a los tiempos que, cual plácida aurora subsiguiente a una noche de tormenta, precederán al Día del Señor. Tú entonces ya no existirás; mas desde el lugar de tu reposo te alegrarás de ello porque verás llegar a su término el combate de los hombres y menguar su dolor a fin de dar tiempo a los vivientes de fortalecerse para la última breve convulsión de la Tierra antes de oír la orden final disponiendo la congregación de todos sus vivientes y de cuantos en ella vivieron a partir de Adán. Te lo dije ya (2). Mi Iglesia tendrá su día de hosanna antes de su última pasión. Después vendrá su triunfo eterno. Los católicos —y el orbe entero reconocerá entonces a la Iglesia Romana porque el Evangelio resonará desde los polos al ecuador y del uno al otro lado del globo abrazándolo con la Palabra cual si fuera una franja de amor— los católicos, salidos de una ferocísima lucha de la que ésta es tan sólo el preludio, hartos de matarse y de ir en seguimiento de brutales dominadores, hartos de la sed insaciable de matar y de la violencia insuperable, se volverán hacia la Cruz triunfadora, reencontrada tras su pertinaz obcecación. Dominando el fragor de tantos estragos y de tanta sangre, oirán la Voz que ama y verán la Luz, blanca más que los lirios, que desciende de los Cielos a fin de alumbrarles para dirigirse a Ellos. Los hombres formando una marcha de millones y millones de tribus, caminarán con su espíritu dirigido a Cristo y pondrán su confianza en el único individuo de la Tierra en el que no hay sed de engaños ni deseo de venganza. ■ Será Roma la que entonces hablará. Mas no la Roma más o menos grande y duraderamente poderosa que pueden lograr hacer los caciques sino la Roma de Cristo, la que, sin armas ni batallas, venció a los Césares y esto con una única oratoria: con la plegaria. Será la Roma de los grandes Pontífices que en un mundo oscurecido por las invasiones bárbaras y embrutecido por las destrucciones, supo conservar la civilización y extenderla por los pueblos bárbaros. Será la Roma que supo hacer frente a los poderosos y, por boca de sus santos Ancianos, ponerse de parte de los débiles, aplicando el aguijón de un espiritual castigo aún a aquellos mismos que, en apariencia, eran refractarios a cualquier remordimiento. No podéis, siendo pueblos de índole diversa, llegar entre vosotros a un acuerdo duradero. Todos tenéis idénticas aspiraciones y necesidades y, al igual que en un plato de balanza, el peso de la parte buena de uno va en detrimento del otro. Os desvivís por haceros con la parte mayor matándoos por esto que viene a constituir una alternativa recíproca que se agrava cada vez más. Escuchad la voz de quien no tiene sed de dominio y quiere, en nombre de su Rey Santísimo, reinar únicamente sobre los espíritus. ■ Llegará el día en que los hombres, desengañados, os volveréis a Aquel que es ya más espíritu que hombre y que, de su elemento humano, conserva tan sólo aquella parte indispensable que os indique su presencia. Saldrán de su boca, inspirada en Mí, palabras semejantes a las que Yo, Príncipe de la Paz os diría. Os enseñará la perla preciosísima del perdón recíproco y os hará ver que no hay arma mejor que la reja y la hoz que hiende una tierra para hacerla producir y cortar la hierba para que renazca más lozana. Os enseñará que la fatiga más santa es la que se adquiere procurando el pan, el vestido y una casa a los hermanos, y que sólo amándose como tales se elimina el veneno del odio y la tortura de las guerras”.
* «Dejad pues al hombre que tiene su espíritu en las narices». Esto es, hay multitud de hombres que no son más que eso, no contando con otra vida que la de animal que dura lo que su respiración. Jesús: “Emprended, hijos, la marcha hacia la Luz del Señor. No vayáis más, como ciegos, braceando entre las tinieblas. En cabeza, mis predilectos venciendo todo humano temor porque estoy con vosotros que sois los más queridos de mi corazón, y los demás, arrastrados por el ejemplo de mis santos, iniciad este nuevo Éxodo hacia la Tierra nueva que Yo os prometo y que será vuestra misma Tierra, si bien transformada por el amor cristiano. Apartaos de aquellos que son idólatras de Satanás, del mundo y de la carne. Sin desdeñarlos, separaos de ellos. A nada conduce el desdén. Viene a ser causa de ruina sin provecho alguno. Pero apartaos de ellos para que no os contagiéis. Amadlos con amor de redentores interponiendo entre vosotros y ellos el baluarte de vuestra fe en Cristo. No sois lo suficientemente fuertes como para poder vivir sin peligro en medio de ellos. Demasiados siglos de decadencia espiritual, cada vez más intensa, han acabado debilitándoos. ■ Imitad a los primeros cristianos. Sabed vivir en el mundo, pero aislados del mundo, en virtud de la fuerza que os presta vuestro amor a Dios. Y jamás os pleguéis a tomar por un superhombre al hombre mísero, que en nada difiere de los brutos por cuanto, como ellos, cifra su parte más noble en el instinto, única cosa que le hace no ser inferior a los mismos. Dice el Profeta: «Dejad pues al hombre que tiene su espíritu en las narices». La frase la debéis interpretar en este sentido: el animal privado de respiración no es más que un despojo inmundo. Su vida estriba únicamente en la respiración. Si cerráis sus narices a este soplo, deja de existir y se convierte en carroña. Hay multitud de hombres que no son más que eso, no contando con otra vida que la animal que dura lo que su respiración. Su espíritu, ese espíritu hecho para el Cielo, está muerto. Es justo pues decir que hay hombres que no tienen otro espíritu que el aliento de sus narices y de los que es mejor mantenerse alejados espiritualmente para que el hálito de Satanás y de la bestialidad que de ellos se expande no llegue a infeccionar vuestra humanidad volviéndola semejante a la suya. ■ Rogad, benditos míos, por ellos. Esto es caridad. Y, nada más. No penetran las palabras en los oídos cerrados a la Palabra. Y no tengáis por eminente a quien, cual fiera desatada, humea y sopla su violencia y altivez por las narices. Tan sólo es eminente aquel que tiene vivo su espíritu y es, por tanto, hijo de Dios. Los demás son cosas despreciables cuyo encumbramiento ficticio tiene como final una gran ruina y cuyo recuerdo evoca tan sólo escándalo y horror”. (Escrito el 11 de Noviembre de 1943).
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1  Nota  : Isaías cap. 2: La revelación que  contempló Isaías sobre Jerusalén y Judá:  “Sucederá que en los últimos días la montaña de la casa de Yavé será establecida en la cima de los montes… y subirán a ella todas las naciones… porque la enseñanza irradia desde Sión… el Señor gobernará a las naciones… de sus espadas harán arados”. Isaías  2,  24: “Apartaos del hombre cuyo hálito está en la nariz porque, ¿en qué puede ser estimado?”.   2  Nota  : En el dictado 43-477  del 29 de Octubre de 1943.
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Isaías cap. 4º, v. 2-6 (1)
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43-528.- Periodo intermedio de paz.- Período satánico.- Razón de los castigos. Los profanadores del Santo y del Santuario de Roma.
* Período intermedio de paz: La Tierra, en paz consigo misma y con Dios, hecha como un inmenso altar sobre el que el Maestro instruirá en el conocimiento exacto de la Verdad a los hombres para que los buenos no vacilen cuando Satanás, enfurecido por ver a la humanidad adorar a Cristo, se desencadene para librar la última batalla.- ■ Dice Jesús: “Cuando llegue el tiempo de mi reinado pacífico —y llegará puesto que lo prometí y Yo no falto a mis promesas— los buenos que haya entonces en la tierra vendrán todos a Mí. Será un período del que ya te hablé, aquel en que el espíritu habrá alcanzado, en su evolución, aquel grado por el que, espontáneamente, os dividiréis en dos bandos. Aquellos que viven alejados del espíritu yacerán sumidos en sus tinieblas a la espera de llegar a integrar la milicia del Príncipe del Mal. Los que vivan según el espíritu irán en seguimiento del Hijo Santo de Dios, del Germen del Señor, amado y bendecido por los hombres en gracia, que entonces comprenderán lo que, al presente, tan sólo comprenden unos pocos elegidos, llegando a conocer cuál sea mi gloria y cuál la suya de hijos de Dios. ■ Congregaré a mis santos pues santo es todo aquel que me ama y es seguidor mío obediente y fiel. Los congregaré desde los cuatro ángulos de la Tierra y por su amor perdonaré las iniquidades de los hombres. La bondad de los santos apagará el rigor de la Justicia y mi Amor, junto con el de mis santos, purificará la Tierra con su fuego. La Tierra, en paz consigo misma y con Dios, vendrá a ser como un inmenso altar sobre el que el Maestro instruirá a los hombres en el conocimiento exacto de la Verdad a fin de que los buenos no vacilen cuando Satanás, enfurecido por ver a la humanidad adorar a Cristo, se desencadene para librar la última batalla”.
* Período satánico: Tres veces más feroz, aunque breve, que el período del Anticristo. Será lucha de espíritus contra espíritus. Se salvarán aquellos que sepan estar a la sombra de Jesús-Eucaristía de donde brota toda fortaleza.- Jesús: “La última batalla será lucha de espíritus contra espíritus. Satanás, en contraposición a mi reinado espiritual y a mi enseñanza, opondrá su guerra satánica contra los espíritus para ver de extraviar a los más que pueda de entre los más débiles; y de sus reservas y fortalezas, en las que quedaron confinados cuantos permanecieron fieles a la Bestia aun después de la derrota de ésta y de su ministro, extraerá sus agentes de seducción para desbaratar, por última vez, la obra de Dios cuya ruina dio comienzo al pié del árbol del Bien y del Mal. La época satánica será tres veces más feroz que la época anticristiana, si bien será breve, ya que por los que viven en aquella hora rogará toda la Iglesia triunfante en medio de los esplendores del Cielo, rogará igualmente la Iglesia purgante entre las llamas purgativas del amor y rogará, por último, la Iglesia militante con la sangre de los últimos mártires. Se salvarán aquellos que, mientras las tinieblas, el calor abrasado, las tempestades y los rayos de Satanás conturben al mundo, sepan estar a la sombra del Tabernáculo de donde brota toda la fortaleza puesto que Yo soy la Fortaleza de los vivientes y así, quien de Mí se alimenta con fe y amor llega a identificarse con mi Fortaleza. ■ Y serán pocos éstos que se salven por cuanto, tras haber pasado Yo siglos y siglos amando al hombre, éste no ha aprendido a amar. Ahora bien, ninguno, si es que se pierde, podrá culparme de su perdición. ¿Qué más podía hacer Yo por vosotros, hijos de Dios que preferisteis andar errantes lejos de la casa del Padre llegando, incluso, a vender al Enemigo de Dios vuestra primogenitura divina? No digáis que por mi virtud podía Yo impedir que os acechase el Mal y haceros así mismo buenos con mi poder. Porque, en tal caso, tendríais menos mérito que el tallo de hierba que, sin advertirlo, huella vuestro pie; pues la hierba nace y crece por sí sola sin que de ella tenga el Altísimo ni la mínima parte del cuidado del que vosotros tenéis. Ese tallo recibe de Dios únicamente sol, rocío y un puñado de tierra. Vosotros, en cambio, contáis con la inteligencia para guiaros, con la Gracia para iluminaros, con la Ley para regularos, me tenéis a Mí por Maestro y tenéis mi Sangre para vuestra salvación. Todo os lo di. Vosotros, en cambio, me habéis dado tan poco… ¡y cada vez menos! Con paciencia de Dios he cuidado de vosotros, mas vosotros siempre os habéis vuelto contra Mí. Siempre fueron los desidiosos los menos culpables. Siempre habéis tenido miedo de hacer demasiado por vuestro Dios que todo lo hizo por vosotros”.
* Razón de ser de los castigos: son llamadas de amor para buenos y débiles; ruina para blasfemos, embusteros, profanadores del Santo y del Santuario de Roma, más escogido que el Templo de Jerusalén pues está cimentado sobre la sangre de los mártires.-Jesús: “He aquí por qué os llegan los castigos. Ellos son cabalmente llamadas de amor para ver de convenceros de que sólo hay un Dios y de que los otros dioses a los que servís con esa fidelidad que a Mí me negáis, no pueden daros sino promesas falsas y seguro mal. De castigo en castigo, que va aumentando en la medida que aumentáis vosotros la idolatría y la fornicación, llego a los grandes castigos de los que éste es uno de ellos y por él, no ya una hilera de mi viña sino toda la viña se encuentra abierta e invadida y desbaratada por el Enemigo al que servís y al que Yo dejo que os persuada con sus dones de muerte. Por esto os digo: «Venid a Dios, llamadme con sinceridad de pensamiento y de corazón y Él se asomará al horizonte teñido de sangre y Satanás, el torturador, huirá dejándoos libres». ■ Mas vosotros no llamáis a Dios. Os basta con cavilar cómo aprovecharos del mal general en beneficio propio y así aumentar vuestras riquezas, escalar puestos cada vez más altos, gozar y más gozar. Del que sufre —y esto los mejores— ni os preocupáis. De Dios menos aún; antes le retáis, atreviéndoos, ¡blasfemos!, a llamarle en confirmación de vuestros actos y pensamientos satánicos. Le provocáis a manifestarse cuando decís: «No hay Dios. El Dios somos nosotros». Acumuláis con ello sobre vuestra lengua maldita y sobre vuestra alma vendida a Satanás las brasas infernales que Yo avivo con mi furor. Os maldigo desde ahora, serpientes con apariencia de hombres. Y si los anatemas de mis santos y las execraciones de mis buenos las tenéis vosotros por plumita de pájaro que os viene encima sin causaros mal —porque tenéis un corazón de granito— os penetrará mi maldición dándoos tormento porque Yo soy el que abro los valles, derrumbo montes, separo los mares, hago temblar la tierra con el solo querer de mi pensamiento, pudiendo penetrar en la dura roca de vuestro corazón haciéndola añicos cual si fuera frágil ampolla de liviano cristal. ¡Profanadores, embusteros, inicuos, seáis malditos por todo el mal que hacéis, por todas las almas a las que lleváis a desesperar de la bondad de Dios, corrompéis con vuestros ejemplos y me las robáis echándolas a perder de mil maneras! Y, con todo, no teméis. Pues bien en la medida que seré justo y compasivo con los débiles a los que con vuestro prestigio indujisteis al mal, otro tanto seré justo e inexorable con vosotros; pero ya desde esta tierra. Vuestro poder, vuestras riquezas provenientes del robo y por destilación del dolor de millares de hombres, se os esfumarán de entre las manos cual humo de paja a la que se da fuego para que no llegue a manchar si se conserva. Y nada habrá que sirva de defensa para vosotros que sobrepasasteis toda medida ■ Quien tenga oídos que oiga. No cabe extender la mano manchada de sangre contra el candor del Santo que habla en nombre del Santo de los Santos y contra el Santuario más escogido que el Templo de Jerusalén por cuanto sus cimientos, antes de ser echados, fueron bautizados con la sangre de mis héroes, habiendo recibido sus piedras por lluvia las abluciones purpúreas de infinitos mártires (2). En él se encuentra el lecho donde reposa, a la espera de resucitar al lado de su Maestro, el cuerpo de mi Piedra elegida. Y Yo os juro que aquel lugar es muchísimo más santo que lo fuera el Templo de Salomón; y a los profanadores de este lugar, que es ya el Paraíso, —entended bien su porqué— les acaecerá lo que a todos aquellos que desafiaron la gloria del Señor”. (Escrito el 12 de Noviembre de 1943).
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1  Nota  : Isaías 4, 2-6: “En aquel día el Vástago de Yavé servirá de esplendor y de gloria para los salvados de Israel… y sucederá que el que queda en Sión y Jerusalén será llamado santo… lavará de sus inmundicias a las señoras de Sión y limpiará a Jerusalén de la sangre que se derramó en ella”. 2 Nota : Sobre una copia mecanografiada anota a lápiz María Valtorta: Roma. Ya que toda Roma es un Santuario por haber sido impregnada con la sangre y las virtudes de los primeros cristianos.
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Isaías cap. 10º (1)
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43-542.- “El mundo, si ha de ser redimido, tiene necesidad de estar cubierto, no tanto de espigas cuanto de almas heroicas y de víctimas de caridad”.
* Los hombres, tanto pequeños como grandes, se hacen instrumentos de Satanás. El  Señor, que es más poderoso que Satanás, se servirá del propio hombre para castigar al hombre, como se dice en Isaías: Bastón y vara de la cólera de Dios. Esto es el hombre el uno para el otro cuando sobrepasa la medida.- ■ Dice Jesús: “Al llevar a cabo obras de maldad os hacéis instrumentos de Satanás. Grandes y humildes nos os diferenciáis en el obrar. Sois dominantes y ladrones. Los grandes, con abuso de poder y latrocinio. Los pequeños, con una prepotencia y latrocinio mucho mayores de lo que su condición haría pensar que fuesen capaces. Y, aún así, no se sienten satisfechos y ansían alcanzar otro grado mayor a fin de poder oprimir y robar más. Entre vosotros no hay categoría exenta de culpa. Y aquellos de entre vosotros, que son moralmente honrados o santos por amor de Dios, constituyen vuestras víctimas preferidas porque, subversores como sois de la Ley del amor, pagáis con odio al que dispensa amor y bondad, sois malos con los buenos y torturáis a quien, en nombre de Dios, no os devuelve mal por mal. Mas, aunque no os lo parezca, no penséis que hayáis de quedar impunes. Las gentes ven el castigo del grande y les pasa inadvertido el del pequeño porque el grande, al caer, produce fuerte estrépito y el pequeño, en cambio, pasa sin llamarles la atención entre los muchos casos del mundo. Mas ya, desde esta vida, no quedaréis sin castigo. Os tomo cuando y donde menos lo pensáis. Lo demás vendrá después en la otra vida donde no habrá piedad para los duros de corazón. Pues bien, vosotros, vosotros que sois grandes ahora, ¿qué haréis cuando, en la medida de vuestro mal obrar, se alce contra vosotros la ira de Dios y la de los oprimidos? ¿No la sentís cernirse ya sobre vosotros y ascender cargada de rayos y pletórica, rompiendo todos los diques? Y cuando la nube reviente y desborde la tromba, ¿a dónde iréis vosotros que derramasteis el odio, el dolor y la injusticia a lo largo de vuestro camino, sembradores locos y endemoniados, usurpadores del pan de los demás y destructores del bien ajeno? ¿Cómo no pensasteis, cuando contabais con el tiempo, en prepararos con las riquezas injustas un refugio junto a los corazones de los hombres y de Dios? ¡Cuánto bien podíais haber hecho, viviendo bendecidos, y pasar así, bendecidos, a la Vida de la gloria verdadera! Y ¿cómo podréis vivir sin fe y sin amor cuando seáis sojuzgados al igual que vosotros sojuzgasteis a otros? Os hacéis instrumentos de Satanás. ■ Pero Yo, más poderoso que Satanás, no bien juzgo llegada la hora de un nuevo diluvio, os tomo y me valgo de vosotros, los unos contra los otros: naciones contra naciones y, a escala menor, parientes o amigos contra parientes y amigos, haciendo del hombre castigo del hombre, castigando las culpas del hombre a través de las culpas del hombre, su semejante. ¿Oprimís vosotros? Pues bien, Yo permito que otros os opriman a vosotros. ¿Robáis una patria? Pues bien, Yo permito que otros os roben a vosotros la vuestra. Bien dice Isaías:Bastón y vara de la cólera de Dios”. Esto sois el uno para el otro cuando sobrepasáis la medida. Así pues, estaría bien que aquellos para los que la lucha es próspera y les sonríe la victoria, no se creyesen ser para siempre los predilectos de Dios y, menos aún, que se tuviesen por tan perfectos que llegaran a creerse merecedores ante Dios de todo éxito humano. No. Si aquel que triunfa hace mal uso de su triunfo, a ese tal Yo le heriré y le abatiré hasta el polvo. Yo soy el Rey, el Señor y nadie más grande que Yo. Yo soy el Justo y desconozco la parcialidad. Mi mirada contempla a todos con luz igual. Idéntico es el tronco del que procedéis e idénticas vuestras obligaciones para con Dios, Creador vuestro, como idéntico es para vosotros su pensamiento. El más civilizado de entre vosotros, es para Mí lo mismo que el menos civilizado, como el salvaje que, fuera de la selva virgen, lo ignora todo. Penetrando como penetro la verdad de vuestros pensamientos y la inocencia de vuestros sentimientos, ¡cuántas veces miro con amor al salvaje que se postra adorando aquel simulacro que para él es dios y, mediante ese simulacro se hace bueno, y aparto mi vista con desdén del civilizado que niega a Dios, al que conoce, con su palabra blasfema, con su pensamiento negador y con sus obras malditas!”.
* Los precursores de Cristo en su 2ª venida, los vivientes del espíritu (antítesis de los precursores en Anticristo), dispondrán el camino del Señor con su holocausto (es siempre el Dolor el que vence al Pecado y salva, el que redime). Por ellos el Señor realizará el milagro del perdón y el milagro de reunir a los “restos de mi pueblo”.- ■ Jesús: “Una vez transcurrida la hora del castigo, Yo, no lo olvidéis, pronuncio mi «Basta» y reúno a las turbas heridas y dispersas dándoles paz y pan porque soy Padre, y si no estuvierais ebrios de sangre o intoxicados con el deseo de beberla, os proporcionaría de continuo paz y pan. Con tanta mayor premura y con tanta mayor abundancia y seguridad os daría pan y paz, cuanto mayor fuera el número de los justos de Dios entre las turbas de locos mezclados en el común azote, no para su castigo cuanto para vuestra redención, ■ ya que el Bien, si ha de florecer, precisa siempre de lágrimas de santos y de holocaustos de redentores. ¡Oh bienaventurados estos cristos que vosotros desconocéis, pero a los que mi Corazón recoge como perlas preciosas en un joyero! ¡Oh bienaventurados estos ángeles que, en medio del coro de blasfemias y obscenidades en que perecéis, saben cantar el «Gloria» y el «Sanctus» a su Dios! Purificadores en esta tierra de los miasmas producidos por vuestras culpas, viven ardiendo como turíbulos y ofrecen a Dios el fuego más sagrado: el del amor. Por éstos Yo llegaré a realizar el milagro del perdón, el milagro de reunir los restos de mi pueblo y el de hacerles comprender que sólo en Dios está la salvación. Los demás, aquellos que no quieren ser de mi pueblo —y tened en cuenta que Yo no mido con vuestra medida— irán en seguimiento de la enseña de su rey.  No debe perecer el mundo sin que el ejército de Cristo quede agrupado bajo su caudillaje. Dispersos, heridos, abatidos, reducidos a la condición de las arenas que el viento desparrama en las riberas del mar, oiréis la orden y vendréis a Mí. Porque llegará el momento en que Yo seré Rey de estos pobres reinos sin corona y de estos súbditos sin rey. ■ Veo ya a los espíritus de aquel tiempo atender la llamada y avanzar luchando contra los obstáculos sembrados por siglos de error y venir hacia la Luz y hacia la Verdad. Digo «espíritus», porque sólo los vivientes del espíritu podrán reconocer la Voz que les llama. ¡Oh vosotros, que sois ya ahora vivientes del espíritu, precursores de Cristo en su segunda venida, antítesis de los precursores del anticristo que realizan en su nombre la obra preparatoria de la desolación, disponedme los caminos con vuestro holocausto! Los precursores del hijo de Satanás aparecen revestidos de dignidad humana; los precursores del Hijo de Dios llevan la misma corona de su Rey y su trono y su cátedra son la Cruz y el dolor. Mas, como siempre, y particularmente ahora en que con el Dolor debéis vencer al Pecado, es siempre el dolor el que salva y siempre el sacrificio el que redime. Y ahora el mundo, si ha de ser redimido, tiene necesidad de estar cubierto, no tanto de espigas cuanto de almas heroicas y de víctimas de caridad”. (Escrito el 17 de Noviembre de 1943).
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1 Nota : Isaías cap. 10: “¡Ay de los que decretan iniquidad y escriben desventura… saquean a los huérfanos!… ¿Qué haréis el día del castigo?… a pesar de todo está su mano extendida… ¡Ay de Ashur, bastón de mi cólera, el garrote que usa mi furor!: Yo lo he enviado  contra un pueblo incrédulo… Así como mi mano ha alcanzado los reinos de los ídolos… ¿no seré capaz de hacer lo mismo con Jerusalén y sus ídolos?… Y sucederá que cuando Yavé haya rematado toda su obra en la montaña de Sión y en Jerusalén, exterminará al fruto del engreído Ashur… Y aquel día ocurrirá que el «Resto» de Israel y los supervivientes de la casa de Jacob… se apoyarán en Yavé, el Santo de Israel, verdaderamente… Un «Resto volverá», un resto de Jacob se volverá hacia el Dios todopoderoso. Porque aunque  fura tu pueblo, oh Israel, como la arena de la mar, solo un «Resto» volverá. Su destrucción ya está decidida, para que quede bien en claro la justicia; pues el Señor Yavé de los ejércitos llevará a cabo en todo el país, el exterminio que ha resuelto hacer…”.
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Isaías cap. 11º (1)
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43-545.- El Hijo y el Padre hablan a los precursores que con su holocausto preparan la venida de Cristo.
* Ya desde esta tierra estaréis conmigo durante mi Reinado de amor y de paz. Como dignatarios de una corte, vuestros espíritus heredarán aquella posesión de la Tierra que Yo prometí a los mansos y que se convertirá en posesión del Cielo cuando ya no exista la Tierra”.- ■ Habla el Hijo: “Sigo hablando a mis precursores, a aquellos que con su holocausto preparan los caminos del Señor y evangelizan con el procedimiento único de su santa vida. Regocijaos, siervos míos fieles, que no os contentáis con salvar vuestra alma sino que os ofrecéis para que venza la Luz a las Tinieblas y alcance la salvación a muchos que ahora no se preocupan de ella. Cuando llegue mi hora, no estaré solo para reinar. Vosotros estaréis conmigo. Ya desde esta tierra estaréis conmigo durante mi Reinado de amor y de paz. ¿Acaso no os prometí que estaréis donde Yo esté y que tendréis un puesto en mi Reino? Como dignatarios de una corte, vuestros espíritus serán corona en la tierra sirviéndome cual luminosos ministros y heredarán aquella posesión de la Tierra que Yo prometí a los mansos y que se convertirá en posesión del Cielo cuando ya no exista la Tierra. ■ Mucho antes de aquella hora, vosotros, los justos, poseeréis el Cielo. Él está abierto para recibiros en la hora de vuestro tránsito fuera de la cárcel actual. Mas entonces será posesión fúlgida, completa, manifiesta a todas las criaturas, asunción a la gloria, incluso de la carne con que conquistasteis el Cielo al hacer de la misma, mediante la fidelidad a vuestro Dios, el principal instrumento de sacrificio. Vencedores de Satanás, corruptor de la carne, vencedores de la sensualidad que se agita en vosotros como secuela del pecado y por instigación de Satanás, poseeréis el Universo junto a vuestro Dios y seréis espejos de Dios que se manifestará con todo su esplendor en vuestras carnes glorificadas”.
* Contemplaréis el milagro de una Tierra saturada de paz que vuelve a escuchar a Dios. Y, puesto que amasteis al Maestro más que a vosotros mismos, allá estaréis vosotros donde Él habrá de impartir su última lección. Y después con Él volveréis a aquella morada para rogar por los vivientes de la última hora y aguardaréis la hora del Juicio en el que, así mismo, estaréis junto a mi Hijo”.- ■ Habla el Padre: “Seréis, ¡oh hijos santos!, semejantes al Padre, semejantes a Jesús, Hijo mío Santísimo, semejantes a María, nuestra Reina. Tenéis semejanza intelectiva (2) con el Padre y la humana con los gloriosísimos Vivientes del Cielo y, puesto que el gozar de Entendimiento es como poseer la Palabra y el Amor y, como donde está Uno están los otros dos de la Trinidad perfecta, vosotros, al tener semejanza con el Padre, alcanzareis aquella Perfección que le hizo al hombre semejante a Él y lo eligió por hijo. ■ Antes de aquella hora seréis los dignatarios de mi Hijo, contemplaréis el milagro de amor de una Tierra saturada de paz que vuelve a escuchar a Dios y conoceréis cuál habría sido el modo de vivir del hombre de no haberse envilecido a sí mimo mediante su contubernio con Satanás. No os sentiréis defraudados en dicha hora, seguidores amorosos del Amor hecho carne. Cuanto ahora oís publicar como palabra de mi Hijo a sus más predilectos, lo sentiréis resonar por los cuatro ámbitos del globo y veréis a los hombres acudir sedientos de la Ciencia verdadera. Digo a los hombres, no a brutos vestidos de hombre, ni a demonios con rostro humano, ni a los eternos Judas que venden a mi Hijo, hiriendo con su venta al Amor Trino que es indisolublemente Uno. ■ Si ahora es el tiempo en que escuadrones de ángeles, al mando de Dios, luchan contra escuadrones de demonios que intentan someter a la Tierra, entonces será el tiempo en que escuadrones de justos ararán la Tierra preparándola para la Palabra que habrá de reinar por única vez sobre la Tierra antes de la desaparición del mundo. Donde está el Maestro allí estarán sus discípulos y vosotros allí estaréis. Y, puesto que amasteis al Maestro más que a vosotros mismos, allá estaréis vosotros donde Él habrá de impartir su última lección. Y después con Él, en fila luminosa en dirección a la Luz que torna a los Cielos, volveréis a aquella morada para rogar por los vivientes de la última hora y aguardaréis la Hora del Juicio en el que, así mismo, estaréis junto a mi Hijo, no ya Salvador sino Juez del mundo, por cuanto el tiempo de la salvación habrá pasado ya y estará completo el número de los elegidos. Triunfo de vuestro triunfo será, hijos, aquella hora. ■ Y porque os amo, dígoos que no debéis poner límite alguno a vuestra voluntad activa de conquistar la santidad, porque aquella hora será tal para vosotros, que mil vidas inmoladas por ella y los tesoros de la tierra dejados por aquel tesoro, no bastarían a establecer comparación con la gloria de aquel instante y con la beatitud de la eterna posesión de Dios”. (Escrito el 18 de Noviembre de 1943).
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1  Nota  : Isaías Cap. 11, 1: “Y saldrá un vástago  del tronco de Jesé y  un brote de sus raíces purificará. Sobre él posará el Espíritu de Yavé, espíritu de sabiduría… golpeará al país con la vara de su boca… entonces habitará el cordero con el lobo… no se cometerá mal… porque el país estará repleto del conocimiento de Yavé…  2.- Aquel día la raíz de Jesé se convertirá en estandarte de las naciones… por 2ª vez Yavé volverá… para rescatar al «resto» de su pueblo… Efraín y Judá saldrán victoriosos, Ashur obedecerá… Yavé secará la lengua del mar de Egipto y agitará su mano contra el río Eúfrates que lo dividirá en siete brazos… así tendrá un camino el «resto» de su pueblo…”.   2  Nota  : Señalando este  punto con una crucecita, anota María Valtorta, en una media hoja de carta que después cose con hilo a la página del cuaderno: “No necesita, dice, sino la semejanza humana porque, al asemejarse al Dios Padre, se tendrá también la semejanza del Hijo en cuanto Dios. Por tanto, quien es semejante a Dios, Espíritu Creador, no tiene sino tomar la semejanza física del Dios encarnado y de su Madre que fue la creada a perfecta imagen y semejanza de Dios”.
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43-547.- Palabras de Isaías sobre Lucifer, atribuibles a los precursores de Satanás: “¿Cómo has caído del cielo, astro rutilante, hijo de la aurora?…”.
* Los precursores del Mal, como se indica en el libro de Isaías, son émulos de Satanás e imponen al hombre obligaciones crueles que conculcan la libertad otorgada por Dios.- ■ Dice Jesús: “El creyente se identifica con su Dios y el hijo con su genitor. No resulta, por tanto, equivocado atribuir a los precursores de Satanás lo que dice Isaías en cap. 14,12-15 (1). ¿Acaso aquellos, a los que Yo denomino los precursores del Mal, no han pretendido emular a su amo y padre en su tentativa de proclamarse dioses y de oprimir a las gentes? ¿No han hablado tal vez de Dios con una complacencia vergonzosa cual si ellos fuesen superiores? ¿No se han arrogado el derecho de disponer de lo que es más sagrado, de aquello que hasta Dios respeta en el hombre? No sólo se han atribuido la facultad de dar y quitar el permiso de vivir sino hasta el de pensar. El pensamiento que yo di al hombre y que goza de libertad —porque todo cuanto Dios os ha dado se halla libre de toda clase de imposiciones y más aún lo estaría si la carne no hubiera coartado esa libertad y si antes ella hubiera quedado libre de la esclavitud de la culpa— el pensamiento es atropellado por esos superdioses de barro y de horror. Ellos no exigen obediencia a las leyes santas de amor que Yo os impuse amorosamente sin obligaros a cumplirlas y ellos, en cambio, os imponen crueles obligaciones que esclavizan a la totalidad de vuestro ser sin que ninguna de las tres formas del mismo, la física, la moral y la espiritual, quede libre de tal esclavitud. ■ Sí, también la espiritual. Las lluvias del Mal imperante penetran y se extienden por vuestro espíritu, quedando a su arbitrio el que ese espíritu se vuelva o no a Dios,  a su Ley. Su odio, propio de hijos de Satanás, se desata en feroces persecuciones. Y aun cuando, arrojando la máscara humana que oculta su testa de serpientes infernales, no llegan hasta las grandes persecuciones, echan mano de astucias sutiles, de leves agrietamientos del edificio de la Fe, de formas de vida en las que el paganismo sustituye de nuevo a la religión, formas con las que, para destrozar ese edificio de la fe, embaucan vuestro espíritu. Y no siempre contáis con la fuerza necesaria para permanecer fieles por cuanto vuestros espíritus no están nutridos con el Amor y el Evangelio. Vosotros, que reputáis indigno del hombre obedecer a los mandamientos de Dios, os sometéis a las esclavitudes humanas y, por un hombre o más de un hombre, perdéis el don más bello de Dios: «el libre albedrío». Sois marionetas movidas por uno o más hombres cuando en esta vida y en la otra podíais ser entes libres del Reino de Dios vuestro Padre”.
* Se debe apartase de la Bestia para no llevar el distintivo de Babilonia (que tendrá su apogeo en el imperio del Anticristo) cuando a ésta le suceda la Jerusalén santa.Jesús: “Separaos, alejaos cuanto podáis de las leyes de la Bestia, distanciaos de ella. Su destino está ya fijado. Cuando la segur de Dios recorte las partes de la horrenda Bestia que torturan la Tierra y constituyen los precursores de la Unidad del Mal que ha de perturbar la Tierra, haced por estar alejados de ella pues han de ser precipitadas en el horno infernal como miembros putrefactos de esta horrenda manifestación. ■ A la Babilonia que ahora surge y que tendrá su apogeo en el imperio, sucederá un día la Jerusalén santa. Procurad que en aquel día y en el Día sin ocaso no caiga sobre vosotros la marca de los poderosos de Babilonia, de los Luciferes menores, de las filiaciones, de las excrecencias de Satanás sino el distintivo santo, inconfundible y glorioso del Hijo de Dios”. (Escrito el 19 de Noviembre de 1943).
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1 Nota : Isaías 14,12-15: “¿Cómo has caído del cielo, astro rutilante, hijo de la aurora?… Has sido derribado por tierra, tú que derrotabas a todas las naciones… Tú dijiste en tu corazón: a los cielos subiré por encima de las estrellas de Dios, elevaré mi trono y me sentaré en la montaña de la cita… escalaré las alturas de la nube, me igualaré al Altísimo. Pero al Scheol has sido derribado, al lugar donde van los muertos…”.
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Isaías cap. 22, v. 11-14-18 (1)
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43-549.- “Dios os da todo cuanto os es útil y necesario para la carne, la mente y el espíritu”.- Alabanza a Pío XII.
* Como dice Isaías, el hombre no vuelve su mirada a Dios como autor de todas las cosas. Creyéndose igual y hasta superior a Dios, hace del saber un peligro al no elevarlo a Dios, y de la religión una fórmula al no hacerla norma de vida.Dice Jesús: “Con excesiva frecuencia no «volvéis las miradas» a Aquel que es vuestra Providencia. Colocáis la etiqueta, a menudo inútil, a una cosa y os decís a seguido: «Esta cosa la hemos hecho nosotros». No. No sois vosotros sus autores antes, muchas veces, sois los destructores ya que neutralizáis los frutos que de una obra se derivan, cuando no destruís la obra misma con vuestras manos y con vuestras mentes exterminadoras.  Dios os da, no ya tanto sino todo cuanto os es útil y necesario para la carne y sangre, la mente, el espíritu. Vosotros a este todo y en especial al que se relaciona con la mente y el espíritu, le excaváis una «charca», en la que las aguas cristalinas de Dios se estancan y corrompen al permanecer en contacto con tantas otras cosas y hallarse abiertas a todas las invasiones. Así, del saber, multiplicado sin medida pero sin elevarlo a Dios; lo mismo de la religión a la que habéis querido rodear de tantas superfluidades, analizar con lente humana, profanar pretendiendo explicarla sin referencia a Dios y envilecerla reduciéndola a fórmula y no norma de vida. ■ Es siempre el mismo reproche que os debo hacer: os habéis creído iguales cuando no superiores a Dios. Y vosotros, los superracionales de la tierra, si bien humanamente racionales, os habéis rebajado a cumplir obras, no ya de hijos de Dios, sino de animales racionales. Y ya es mucho que razonéis y os respetéis hasta el punto de deciros: «Vamos a obrar pensando en el mañana», ya que las más de las veces pensáis únicamente en el día de hoy y en hacer del día de hoy un deleite para vuestra carne a la que amáis en demasía. Ni aun cuando os encontráis entre las torturas de un castigo os abandona esta euforia malsana sino que anheláis gozar tanto más y vivir al modo de los brutos, atentos solo a saciar el hambre y satisfacer el sentido. Y en medio de los placeres os burláis de Dios en el que ya no creéis si no es para maldecirle o para implorarle cuando sufrís. Y ¿para qué? ¿Qué es lo que esperáis? No es así como se obtiene el auxilio de Dios. Yo estoy para el que es bueno y fiel y, por más que sea débil, le perdono y socorro. No estoy para los escarnecedores ni execradores que saben tomar su parte y dar, en cambio, a mis hijos únicamente dolor y tormento”.
* Palabras de alabanza para Pío XII, dulce y bueno como Juan el Predilecto, que debe seguir siendo luz del mundo (“has llorado y de nada ha servido el que tú conocieses el secreto de Fátima”) por más que se vea rodeado de tinieblas. Con él y con todas las «voces» están Jesús y María dando la seguridad de una victoria final sobre Satanás.-  ■ Jesús: “Y tú, el primero de entre mis hijos (2) fortifica tu corazón acercando la boca a la mística fuente de mi pecho traspasado. Como eres mi heraldo y, más que un heraldo, mi Vicario en la tierra, el que representa al Cordero, teniendo de Éste el corazón y la palabra, así también serás un nuevo Cristo en el dolor y en el destino. ¡Cuánto dolor tiene ya el cáliz que se acerca! Y de nada te sirve haber bebido tanto del mismo y vivido como un justo. De nada te sirve, por cuanto, en la medida que tú lo vas bebiendo, el dolor lo va rellenando más y más y porque ese dolor lo destila y extrae esa Fuerza enemiga nuestra, la cual, al no poder clavar sus dientes en Cristo, los clava en las carnes de sus criaturas. Y ¿qué criatura más criatura mía que tú, que eres dulce y bueno, que eres evangélico como mi Juan? ■ Al igual del Predilecto, fija tu mirada en el Cielo hasta que te sientas arrebatar por el ardor de la contemplación, ya que la hora del dolor cada vez está más cercana y tienes necesidad de verte saturado de contemplación a fin de poder sufrir la pasión sin desfallecer. Continúa siendo «Luz del mundo» en mi lugar por más que las tinieblas se te echen encima para aplastarte. Aunque caigas, mantén alzada mi Cruz que es Luz. Aunque mueras, haz oír mi Voz que habla desde el Cielo a través de ti, Siervo mío ejemplar. ■ Has llorado y de nada ha servido el que tú conocieses el secreto de Fátima. Tus solicitudes por el mundo se han vuelto contra ti cual si de un loco se tratase. Mas, no importa. Mi Madre está contigo y Yo con Ella. Nosotros estamos al lado de los grandes y de las pequeñas «voces» que hablan en mi nombre y se gastan a sí mismos para que resuene todavía la Voz de Cristo en esta tierra bullente de demonios. Seáis benditos, grandes y pequeños portadores de la Palabra. Venceremos a Satanás, os lo aseguro. Y en esta hora de la victoria mi propia Luz será la vuestra que hará que resplandezcáis como unos nuevos soles”. (Escrito el 20 de Noviembre de 1943).
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1  Nota  : Isaías 22, 11-13-14-18: “También hicieron un estanque entre los dos muros para recoger las aguas del estanque inferior, en reemplazo de la piscina antigua… Pero no repararon en el que manda estos acontecimientos, ni vieron a aquel que los ha decidido desde hace tiempo… Prefirieron reír y divertirse. Mataron bueyes y degollaron ovejas, comieron carne y bebieron vino: «Comamos y bebamos, que mañana moriremos». Ahora bien, Yavé de los ejércitos me ha comunicado esto: «Este pecado no les será perdonado mientras vivan, y será causa de su muerte»… Te haré rodar como una pelota sobra la vasta tierra. Allí morirás, tú que deshonras la casa de tu amo y allá irán a parar tus carrozas tan famosas…”.     2  Nota   : Se refiere al  Papa (Pío XII),  como se desprende de las palabra siguientes.
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Daniel Cap.  9º, v. 20-27 (1)
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43-578.- La oración de Daniel y las 70 semanas.
* Al profeta Daniel, cuando aún estaba orando le habló un ángel —el Consolador, el Anunciador, el Mensajero de Dios— que le anunció la venida del Mesías, el único que podía hacer desaparecer la prevaricación, el pecado y la injusticia sobre la Tierra.- ■ Dice Jesús: “Siempre, no bien iniciáis vuestra oración, la gracia del Señor desciende sobre vosotros. Hablo de la oración santa, no de la necia petición de cosas inútiles o contrarias a Dios y a la recta moral. El Eterno, que vela sobre vosotros no tiene el corazón de bronce que tenéis vosotros que sois duros con vuestros hermanos e ingratos para con Dios. Él os atiende al instante cuando, con corazón humilde, amoroso y confiado, cuando, con sacrificio y constancia, le imploráis piedad.  ■ Pan y consuelo, ciencia y dirección os da Dios cuando a Él os volvéis. Y si no siempre sois atendidos, no penséis que vuestra oración haya de quedar sin respuesta. A cambio de un algo negado por una Inteligencia que todo lo conoce, recibís otros dones de los que no siempre os dais cuenta al pronto ni agradecéis. Mas, tarde o temprano, debéis mostrar vuestro reconocimiento a esta Bondad Inteligente que cuida de vosotros. Y si aquí no lo veis, será ciertamente más allá de esta vida terrena cuando conozcáis lo magnánimo y bueno que el Señor fue con vosotros. ■ A Daniel, cuando aún estaba orando, —y su plegaria podríais recitarla también ahora— le habló un ángel. El Consolador, que es asimismo Anunciador, jamás desatiende cuanto conmigo se relaciona. Mensajero de Dios, espíritu obediente y amoroso, usó siempre su gozo en transmitir a los hombres los deseos de Dios y en consolar a los que sufren. No dejó veloz el Cielo únicamente para el anuncio feliz, para consolar a José y para confortarme a Mí en la tremenda agonía. Ya anteriormente habíase dirigido a los profetas para llevarles la palabra y descorrer los velos de cuanto se refiere a Mí como Mesías. Espíritu inflamado de amor, se mueve al lado de cuantos desean a Dios, llevando a Dios los suspiros de cuantos le aman y a éstos las luces de Dios. ■ Uno tan sólo es el que podía hacer desaparecer la prevaricación, el pecado y la injusticia sobre la Tierra merecedora de un nuevo diluvio y que, por el contrario, fue anegada y lavada en una Sangre divina e inocente: Yo, Dios verdadero, hecho carne por vosotros. La corrupción, el pecado, la injusticia y la guerra entre el hombre y Dios, habrían de terminar cuando hubiera de ser ungido, no con unción regia sino con unción fúnebre, el Santo de los Santos, el Inocente inmolado por el amor de los hombres. Suspirado por los Patriarcas y por todo el pueblo de Dios, debía surgir el Mesías para crear la nueva Jerusalén que jamás ha de morir: la Iglesia que vive y vivirá hasta el fin de los siglos y continuará viviendo en sus manos más allá de los días de la Tierra”.
* A Daniel se le da a conocer el número de días y las consecuencias de la maldad de su pueblo: destrucción del lugar de la abominación (el Templo).-  ■ Jesús: “Y es Daniel al que se le da a conocer el número de días que separaban a los vivientes del tiempo del Señor y las consecuencias de la maldad de su pueblo que responde con una condena al prodigio de Dios. La condena de Cristo signa la de su pueblo. El delito lleva siempre aparejado consigo un castigo. Y, dado que no hay delito mayor que el de ensañarse con los inocentes y calumniar a los que no tienen culpa, ¿qué castigo habría de reservarse a quien diera muerte al Inocente, que no fuese la total destrucción del lugar en que la abominación habíase instalado? Inútiles son ya los sacrificios una vez rebasada la medida. Dios es paciente, mas no es injusto; y perdonar la contumacia en el pecar tras haber proporcionado todos los medios precisos para conocer el error, salir de él y tornar a Dios, constituiría en Éste una injusticia para con los justos, para con aquellos a quienes los malvados torturaron”.
* Ahora nos encaminamos también hacia la abominación en la Casa de Dios porque los sacerdotes asimilan el espíritu del mundo y destruyen la palabra de Dios. Si no nos convertimos al Señor, la desolación durará hasta el fin.-Jesús: “Las sesenta y dos semanas, hija, podrían ser ahora, incluso, siglos y, al término de ellas, venir la desolación sobre la Tierra y la abominación allí donde todo debería ser santo. Estáis ya en camino. Un excesivo crujir de ciencia humana roe, como la caries, los corazones de mis ministros que no saben ser de Dios sino del mundo del que aspiran su espíritu y al que prestan su aliento que ya no es del Cielo. Esto constituye el gran dolor de Cristo. Demasiadas zonas sin iglesias. Demasiadas iglesias sin sacerdotes. Demasiados fieles sin guía. Demasiados corazones sin amor. ■ Si Gabriel retornase, a duras penas encontraría corazones que supiesen orar como Daniel y que acatasen su palabra sin viviseccionarla hasta el punto de matarla para someterla a estudio y llegar a negarla por fin. Y ¿no es esto ya una abominación en la  casa de Dios, allí donde, al menos mis ministros, ellos al menos, deberían ser luz para las gentes?  Por segunda vez estáis dando muerte a Cristo. Le matáis en vuestro espíritu. Y de aquí a poco ya no seréis su pueblo sino una tribu de idólatras. No os lamentéis, pues, si el Cielo persiste cerrado ante el fermentar de vuestra abominación. En verdad os digo que si no os convertís al Señor Dios vuestro, la desolación durará hasta el fin”.

* Dictado por Jesús palabra por palabra.
Este dictado lo escribí por la tarde en medio de atroces sufrimientos que me torturaron durante todo el día hasta culminar, a las l8, en una crisis de asfixia. Jesús me tenía en su poder desde primeras horas de la noche, desde que me dijera: “Busca el punto de las 70 semanas”. Y le aseguro (2) que esto me había hecho también sufrir durante el día. Estaba como trasoñada. Hasta los demás se percataron de ello. Y, con todo, no veía el momento de que llegase la noche porque sentía que Jesús la esperaba para hablar. Me encontraba tan cansada que, se lo digo como si fuera confesión, escribí maquinalmente dictándome Jesús palabra por palabra. Me dormía tiesa y se me cerraban los ojos. No bien terminó, cerré el cuaderno sin tener cuenta de más y sólo esta mañana me he enterado de cuanto maquinalmente había escrito. ¡Buen Jesús! ¡Qué secretaria tan lerda debí estar hecha! Mas si Él está contento… A pesar de ello advierta así mismo usted que no hay tachaduras ni omisión de palabras a no ser una en la segunda, otra en la tercera y una más en la cuarta página, señal de que, si bien todo, incluso mi espíritu, se hallaba extenuado hasta el extremo de no percibir las palabras de Jesús, su fuerza guiaba mi mano”. (Escrito el 29 de Noviembre de 1943).
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1 Nota  : Daniel  9,20-27: “A la hora de la ofrenda de la tarde estaba todavía orando a Yavé en su cerro santo, confesando mi pecado y el pecado de Israel, cuando aquel hombre, Gabriel, que le vi en visión, me dijo: «He venido ahora para instruirte y revelarte porque Yave te ama. Entiende la visión: 70 semanas han sido fijadas sobre tu pueblo para poner fin a la iniquidad… y ungir al Santo de los Santos. Comprende:  ● 7 semanas desde la orden de reedificar Jerusalén hasta un jefe ungido. durante 62 semanas: plazas y muros serán reconstruidos pero en tiempos difíciles. después de 62 semanas: será muerto un ungido y destruida la ciudad y el Santuario por el pueblo de un rey que vendrá… y hasta el fin habrá guerras y desastres que Dios ha fijado. ● 1 semana en la que aquel príncipe hará alianzas con muchos. 1/2 de una semana: cesarán las ofrendas y los sacrificios. El Devastador colocará el abominable ídolo en el Templo hasta que la ruina decretada por Dios caiga sobre el Devastador»”.  2  Nota  : Padre Migliorini.
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 Zacarías cap. XI, v. 4-7-10-13-14-15-17 (1)
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43-620.- Los dos pastores.- Llegada del pastor ídolo.
* Comentando a Zacarías el Señor reitera al Papa: «Apacienta mis corderos». Muchos de ellos se han asilvestrado corrompidos con doctrinas malditas. Sí, es necesario que el Papa hable con palabras de amor, mas también debe hablar en nombre de la Justicia que representa, y confirmar la Ley de Dios aun a costa de sufrir dolor y hasta muerte.- ■ Dice Jesús: “Nunca como ahora debo repetir al que me represente: «Apacienta mis corderos». Muchos de éstos se han asilvestrado. Mas no es de ellos toda la culpa y por eso me da lástima. Los había confiado a los poderosos para que cuidasen de ellos dándoles, al efecto, cuanto precisaban y así no abusaran más y fuesen buenos súbditos, ya que, si ejercen el poder, es sólo por mandato de Dios. En realidad son rebaño de Dios, son hijos de Dios y deberían ser atendidos con respeto pensando en su verdadero Rey que es el Eterno del que son pueblo. Por el contrario, se han servido de ellos como rebaño sin amo. Los han empujado adonde han querido, los han alimentado con los manjares que les han parecido y, para obnubilarles la mente y hacerles olvidar el Bien corrompiéndoles con doctrinas que Yo maldigo, han hecho de ellos sus esclavos a los que se niega hasta la libertad de pensar llevándolos como borregos al matadero para servir sus intenciones delictivas contra toda la Humanidad. Contra Toda: lo mismo contra lo que es su «Patria» como la que es «Patria de los demás». Se han enriquecido explotando el sacrificio de los individuos, haciéndose ladrones de los bienes de Dios y del hombre que son el Alma y la Existencia, asesinos de una como de otra.Pues bien, por todo el veneno que se da como alimento a las gentes llevándoles hasta desesperar de Dios; por todo el hambre que soportan los cuerpos y las almas de mis hijos; por cuantos en esta hecatombe vienen a ser los corderos del rebaño de Dios sin que pasión alguna les mueva a rebelarse contra Él, como hacen sus seductores y amos, hijos del Mal y precursores del Anticristo, vengo Yo con mi palabra y con mi amor a apacentar a los pobres de mi grey y te repito a ti que eres mi Vicario: Apacienta mis corderos suministrándoles sin desmayo la palabra y las bendiciones de que colmé tu mano inocente, que no conoce otra sangre que la mía que elevas sobre el altar en rito de propiciación, ni otro ademán que el mío de bendecir a aquellos por quienes, como Yo, sientes compasión. ■ Dos varas puse en tu mano y me eres grato por haber usado la del amor. Mas el amor, cuyo poder supera al del mismo Dios, cae, cual piedrezuela lanzada contra una roca, cuando se dirige a quienes tan solo tienen un mínimum de hombres, siendo, en verdad,  demonios con corazón de granito. ■ Golpea pues con la otra vara y vean así los fieles que no eres cómplice en la culpa de los grandes. Se es también cómplice cuando, por falta de valor, se deja clamar contra sus infamias. Tu Maestro no quiere los anatemas ni rayos; pero hay momentos en que es preciso saber echar mano de ellos para persuadir, no a los poderosos, cuyo ánimo poseído de Satanás es incapaz de persuasión, sino a los pobres del mundo puesto que ni Dios ni los justos de Dios comparten y favorecen los métodos y arbitrariedades de quien sobrepasó toda medida llegando a creerse un dios cuando es tan solo una bestia inmunda. Habla en nombre de la Justicia que representas. Esta es la hora. Y sepan las gentes que mi Doctrina no ha cambiado, que no hay más que una Ley, que hay un solo Dios, cuyo primer mandamiento es el amor, que Él, aún ahora, lo mismo que a lo largo de los siglos anteriores a mi venida en la que confirmé la Ley, ordena no robar, no fornicar, no matar, no apropiarse los bienes ajenos. Díselo a los ladrones de hoy que no se contentan con la bolsa sino que roban las almas a Dios y sus tierras a los pueblos; díselo a los fornicadores de hoy cuya fornicación no es esa fornicación bestial con una mujer sino la demoníaca con el poder político; díselo a los homicidas de hoy que se arrogan el derecho de matar pueblos enteros tras haber matado en otros —los suyos— la fe en Dios, la honestidad en cualquiera de sus formas y el amor al bien;  díselo a los insaciables de ahora que, con hambre de chacales, asaltan donde y lo que les place creyendo licito cualquier delito a cuenta de hacerse con lo que no es suyo. ■ Hablar quiere decir «dolor» y a las veces «muerte». Mas acuérdate de Mí. Yo soy más de estimar que el «gozo» y que la «vida» porque doy a quien me es fiel un gozo y una vida que no conocen término ni medida. Acuérdate de Mí que supe purificar mi Casa de las inmundicias y seguir rectilíneo hacia un solo fin: «La Gloria de mi Padre». Esto me concitó el odio, venganza y muerte porque los golpeados por mi furor encontraron un traidor que, por 30 denarios, me entregó en sus manos. Siempre, aun entre los de nuestra mayor confianza, tenemos un amigo y un traidor. Pero… no importa. No ha de ser el discípulo mayor que su maestro y si Yo, aun sabiendo que el látigo de mis palabras, más que el de los cordeles —elemento simbólico más que real— me iba a acarrear la muerte, hablé, habla también tú. Y si Yo, por amor de los hombres y tuyo, soporté a un enemigo, a un traidor y el horror de un beso de traición, tú, el primero de entre mis hijos de ahora, no debes arredrarte ante todo lo que, antes que tú, sufrió tu Maestro”.
* Y si, después de todo, no prevalece la Justicia, el Señor retirará su Luz y su Verdad. Y esto sucederá cuando en la Iglesia (entre los grandes de la Iglesia) habrá demasiados sembradores (3ª parte de las estrellas) del Mal, con la diversidad de sus doctrinas. Entonces vendrá el Pastor ídolo, del que habla Zacarías, padre del Anticristo, a preparar el reinado del Anticristo. ■ Jesús: “Mas si después, no obstante haber puesto todos los medios, quebrara la Justicia y, arrastrados más y más por Satanás, tanto los dominadores como los sometidos se apartasen, por mimetismo maléfico, cada vez más de Dios, retiraré entonces la Luz y la Verdad. Y eso acaecerá cuando, hasta en mi morada —la Iglesia— habrá demasiados que, por humano interés e indigna debilidad, serán, entre los sometidos, sembradores del Mal con su diversidad de doctrinas. Entonces conoceréis al pastor que no se cuida de las ovejas abandonadas, al pastor ídolo del que habla Zacarías.Recuerda el Apocalipsis de Juan y lo mismo al Dragón: el Mal, padre del Anticristo futuro que prepara su reinado, no ya perturbando las conciencias, mas también envolviendo en sus lazos a la 3ª parte de las estrellas y trocando en fango los astros. Cuando en la Corte de Cristo sobrevenga esta demoníaca vendimia entre los grandes de la Iglesia, entonces, con la luz reducida casi a un reflejo y conservada como la única lámpara en los corazones de los fieles de Cristo —porque la Luz, lo prometí, no puede morir ni aún en los períodos de pavor, ya que ha de conservar aquel mínimo capaz de tornar a esplender tras la prueba— entonces vendrá el pastor ídolo que será y estará como y donde quieran sus amos. Quien tenga oídos para oír que oiga. Para los que vivan en aquel tiempo será un beneficio la muerte”. (Escrito el 9 de Diciembre de 1943).
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1 Nota : Cap. 11, 4: “Así dice Yavé: «Apacienta el ganado menor destinado a la matanza… que sus pastores no se preocupan de ellos. –7: Contraté entonces a tratantes de ganado para apacentarlos… y me procuré dos cayados. Los llamé Gracia y Unión. Y desde entonces me hice cargo de las ovejas. –10:  Y tomé mi cayado Gracia y lo quebré para indicar que Dios había deshecho la Alianza. Y los tratantes de ganado comprendieron que eso era la señal de Yavé. Y les dije: pagadme mi salario… si queréis… Calcularon y me dieron 30 monedas de plata… –13: Pero Yavé me ordenó: arroja en el Tesoro del Templo ese magnífico precio en que he sido valorado. Y lo arrojé. –14: Quebré entonces mi otro cayado Unión para deshacer la unión entre Judá e Israel. –15: Me dijo Yavé: cógete el zurrón de un pastor necio pues he aquí que voy a suscitar un pastor que no se preocupará de las reses desaparecidas… ni buscará la perdida… ni cuidará a la herida… Al contrario, comerá la carne de la gorda y le arrancará las pezuñas. –17: ¡Ay de aquél pastor inepto que abandona el rebaño. Caiga espada sobre su brazo y ojo derecho!»”.
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Zacarías  Cap. 12-13-14 (1)
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43-627.- Oscurantismo en la Iglesia.- Advenimiento de Cristo como Maestro y 2º amaestramiento.- Advenimiento de Cristo como Rey.
* Época de oscurantismo en la Iglesia: En los siglos pasados, los yerros trajeron los Antipapas y los cismas. En los siglos futuros traerán el GRAN YERRO, es decir, la Abominación en la casa de Dios, signo precursor del fin del mundo. No debe olvidarse: La Iglesia tomada como ser o como conjunto de hombres.- ■ Dice Jesús: “Mi Iglesia, por un cúmulo de causas diversas, conoció el oscurantismo. No ha de olvidarse que si la Iglesia, tomada como ser, es obra perfecta al igual que su Fundador, tomada, en cambio, como conjunto de hombres, adolece de las deficiencias inherentes a cuanto de los hombres se deriva. Cuando la Iglesia —y en Ella aludo al conjunto de sus altos dignatarios— se condujo de acuerdo con los dictados de mi Ley y de mi Evangelio, conoció tiempos de brillante esplendor. Mas ¡ay cuando anteponiendo los intereses de la Tierra a los del Cielo, se rebajó a Sí misma con apetencias humanas! Y tres veces ¡ay! cuando adoró a la Bestia de la que habla Juan, es decir, el poder político, sometiéndose a él. La luz entonces se oscureció, por necesidad, con crepúsculos más o menos profundos, bien por deficiencias propias de los Cabezas elevados a aquel trono con ardides humanos o por debilidad tal vez de los mismos ante las presiones de los hombres. Son éstos los tiempos de los «pastores ídolos» de que hablé ya (2), consecuencia, en el fondo, de los yerros de todos. Porque si los cristianos fuesen los fuertes y humildes que debieran, no se darían abusos e intromisiones ni se provocaría el castigo de Dios que retira su luz a quienes rechazan la Luz. En los siglos pasados, como secuela de tales yerros, vinieron los antipapas y los cismas, los cuales, tanto los unos como los otros, dividieron las conciencias en dos campos opuestos, provocando ruina sin cuento de almas. ■ En los siglos futuros esos mismos yerros llegarán a provocar el gran Yerro, es decir, la Abominación en la casa de Dios, signo precursor del fin del mundo. ¿En qué consistirá? ¿Cuándo ocurrirá? No necesitáis saberlo. Solamente os digo que de un clero excesivamente imbuido de racionalismo y entregado en demasía al poder político, no puede fatalmente sobrevivir sino un período enormemente oscuro de la Iglesia”.
* Advenimiento de Cristo como Maestro. Tras este período de labor dolorosa, en el que la Iglesia perseguida por fuerzas infernales, al igual de la mística Mujer, vendrá el Señor con su 2º amaestramiento derramando su espíritu sobre los redimidos de la tierra —hasta Israel volverá a Él— para la última prueba que solo será superada por una tercera parte.-Jesús: “Con todo, no temáis. La profecía de Zacarías se conecta como un eslabón a otro, con la de Juan. Tras este período de labor dolorosa en el que la Iglesia, perseguida por fuerzas infernales, al igual que la mística Mujer de la que habla Juan, después de haber huido para salvarse refugiándose en los mejores y perdiendo en su mística (digo mística) huida los miembros indignos, dará a luz a los santos que habrán de acompañarla en la hora que precederá a los últimos tiempos. Mano de padre y rey habrán de tener quienes hayan de congregar a las diversas castas en torno a la Cruz para preparar la asamblea de Cristo. Ni una sola faltará a la llamada con sus mejores. ■ Entonces vendré Yo y, contra todas las asechanzas, astucias, atentados y delitos de Satanás contra mi Jerusalén terrena —la Iglesia militante— haré valer mi poder en su defensa. Derramaré mi espíritu sobre todos los redimidos de la tierra, y hasta quienes ahora sufren expiando las culpas de sus padres y no aciertan a encontrar la salvación porque no se atreven a volverse a Mí, encontrarán la paz, puesto que, golpeándose el pecho, pedirán —de muy distinta manera que sus padres— caiga sobre ellos aquella Sangre, ya derramada y que aún gotea inexhausta de aquellos miembros que sus padres traspasaron. Estaré a modo de manantial en medio de mi grey totalmente recompuesta y lavaré en Mí todas las torpezas pasadas que el arrepentimiento habrá ya comenzado a cancelar. Entonces, Rey de Justicia y Sabiduría, desbarataré los ídolos de las falsas doctrinas y purgaré la Tierra de los falsos profetas que a tantos errores os llevaron. Me pondré en el lugar de todos los doctores  y de todos los profetas, más o menos santos, o más o menos perversos, porque el último amaestramiento debe estar limpio de imperfección, habiendo de preparar para el juicio final a quienes no han de tener tiempo de completar su purgación por ser llamados de inmediato a la imponente revista. ■ Cristo Redentor, cuya meta es redimiros, que nada deja de intentar para conseguirlo y va ya iniciando y acelerando su segundo amaestramiento  a fin de contrabatir con la voz de la verdad las herejías culturales, sociales y espirituales salidas por doquier, hablará mediante los signos de su Tormento, la Cruz. Ríos de luz y de gracia brotarán de mis llagas, heridas que causaron la muerte de Dios pero que sanan a los hijos de los hombres. Estos carbones encendidos de mis llagas serán espada para los impenitentes, los obstinados, los vendidos a Satanás y caricia para los «pequeños», que me aman como a padre amoroso. Para fortificarles, descenderá sobre su debilidad esta caricia de Cristo y mi mano les acompañará hasta la prueba que sólo quien con amor verdadero me ama podrá superar: Una tercera parte. Mas ésta será digna de poseer la Ciudad del Cielo, el Reino de Dios”.
* Cristo vendrá entonces como Rey a tomar posesión de su Iglesia militante, hecha ya Una y Universal tal cual la hizo su voluntad. La Iglesia conocerá la tranquilidad y la gloria. Y el Señor subirá con sus santos, juntos, a reinar con ellos en la ciudad incontaminada donde se halla su trono.-  ■ Jesús: “Vendré entonces no como Maestro sino como Rey, a tomar posesión de mi Iglesia militante hecha, a la sazón, Una y Universal cual la hizo mi Voluntad. Finalizada para ella su labor de siglos; vencido para siempre el Enemigo; purificada la Tierra con los ríos de Gracia derramada por última vez sobre la misma hasta dejarla cual era al principio cuando el Pecado aún no había contaminado este altar planetario destinado a cantar con los demás planetas las alabanzas de Dios y que por la Culpa del hombre, vino a ser sustentadora del patíbulo del Señor, vencidos todos los seductores y perseguidores que, a ritmo acelerado, inquietaron a mi esposa, la Iglesia, Ésta conocerá la tranquilidad y la gloria. Yo y mis santos subiremos juntos, en una última ascensión, a tomar posesión de la ciudad incontaminada en la que se halla mi trono preparado y donde todo será nuevo sin mezcla de dolor. Inmersos en mi Luz, reinaréis conmigo por los siglos de los siglos.  Esto es lo que consiguió para vosotros Quien por vosotros se encarnó en el seno de María y nació en Belén de Judá para morir sobre el Gólgota”. (Escrito el 11 de Diciembre de 1943).
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1  Nota  : Zacarías: Cap. 12: “Esto dice Yavé: «He aquí que convierto a Jerusalén como caja de vértigos pues ansiarán tomarla todos los pueblos… he aquí que dejaré ciegos a todos los pueblos y alzaré mis ojos sobre la Casa de Judá que se convertirá como una antorcha que devorará a los pueblos… dispondré el ánimo de los descendientes de David y de los habitantes de Jerusalén para que se vuelvan a Mí con amor. Llorarán por aquel que traspasaron, como se siente la muerte de un hijo único...  –Cap. 13: Habrá siempre una fuente abierta para la Casa de David y Jerusalén para lavar los pecados, arrancaré en ese día sus ídolos y profetas falsos. Los profetas se avergonzarán de su visión profética y no se pondrán más el manto de los fieles con el propósito de mentir y dirá cada uno: no soy profeta sino cultivador del suelo, agricultor… y sucederá que serán exterminadas las 2/3 partes y sólo 1/3 se dejará en el país que será mi pueblo.  –Cap. 14: Mira que viene el día de Yavé… reuniré a todas las naciones para que ataquen a Jerusalén… la mitad será llevada cautiva… entonces saldrá Yavé a combatir con esas naciones… pondrá su pie sobre el Monte de los Olivos… que se partirá en dos dejando en medio un profundo valle por donde huirán… Entonces vendrá Yavé acompañado de todos los Santos. En aquel día no habrá más frío ni hielo, no habrá cambio ni de día ni de noche… y brotará en Jerusalén un manantial que nunca se secará… Y Yavé reinará sobre toda la tierra… y  este será el castigo de los pueblos que ataquen a Jerusalén… En ese día los cascabeles de los caballos llevarán escrito: ‘Consagrado a Yavé’…»”.    2  Nota  : Cfr. 43-620.
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43-684.- Palabras dirigidas por el Señor a su  pueblo (la Nueva Jerusalén) y al Papa.
* Dura profecía de perdición y de condena al pueblo (la Nueva Jerusalén) que fue elegido para el más alto destino, al que se le confiaron las perlas de la Redención y de la Doctrina católica, que fue el difusor de la perfecta civilización de Cristo, pero que ha renegado de todo, prefiriendo el orgullo y el fango.- ■ Dice Jesús: “Y la palabra del Señor ha vuelto a dirigirse a ti en estos términos por más que tú no la quieras oír porque hace temblar a tu corazón de miedo y de pena por los días que os aguardan y por los hermanos que en aquellos días de ira terrible no me tendrán a Mí en su corazón para su consuelo y tan solo verán el espanto de Satanás oyendo únicamente sus blasfemias y su desesperación. He dejado esta laguna como advertencia a los indiscretos para mostrarles y demostrarles que Yo soy el Señor y el Maestro al que no cabe limitaciones o tesis, pues no sabe de limitaciones y para dejar en claro que soy Yo el que hablo y no tú, pobre criatura, llevándote conmigo adonde me place: de las revelaciones y contemplaciones de verdades eternas y visiones celestiales a las consideraciones sobre esta hora satánica en la que ha sido borrado todo destello del Cielo y a los frutos que de tal hora se derivan para vosotros.
■  Escucha pueblo mío:
Habíate elegido para el más alto destino al confiarte las perlas de mi Redención y de mi doctrina en la Iglesia, florecida sobre tu suelo como palmera y cedro de los que fluyen miel y vino, y bajo los cuales encuentran cobijo cuantos vivientes quieran guarecerse en el arca verdadera de la salvación eterna. De ti como de un sol, se desprendieron rayos de una civilización perfecta pues era la Civilización de Cristo, la cual no se reviste con descubrimientos que hagan plácida la vida y cruel el destino sino con leyes santas, destinadas a elevar al hombre, a aliviar sus miserias y a instruir su ignorancia puesto que son leyes emanadas de la Fuente divina de la Santidad, de la Caridad y de la Sabiduría.  Habíate dado una misión similar a la mía de ser Luz en el mundo. ■ Has renegado de Mí. Nueva Jerusalén, has traicionado a Cristo ensañándote con sus santos y sus profetas y ahora te aprestas a hacerlo con mucho mayor encono. Si has transigido con la cruz y con las iglesias, ha sido por el arte y como medio para alcanzar objetivos neopaganos. Has rechazado mi alimento para saciar tu corazón de fango. Has querido probar y paladear toda clase de fangos y, con el gusto depravado de un animal inmundo, te saben ahora dulces al paladar. Lujuria, violencia, crueldad, avaricia, impostura, corrupción, satanismo: estos son los platos que colman tu mesa. Y atraes sobre ti castigos y más castigos, castigos que fabricas con tus propias manos infligiéndotelos tú mismo e invocas al que te pierde y no llamas a quien aún ahora te perdonaría. Una y otra vez he usado, al presente, de misericordia contigo advirtiéndote de la obligación que tienes de no volver nuevamente en tu daño esta misericordia mía valiéndote de ella para fines indignos. Y una y otra vez habéis hecho un pecado del don de Dios al serviros del mismo para fines ilícitos. ■ Verdaderamente como dice el Profeta: «La vara ha florecido, el orgullo ha germinado». Habíaos dado Yo un vástago de olivo para que lo cultivarais y llegara a ser para vosotros árbol frondoso de justicia y de paz, para lo que os advertí que debíais desembarazar el suelo de todo error a fin de que mi retoño no se asilvestrara a su contacto impuro y diese ramas y frutos de la más refinada maldad. Mas no prestasteis oídos al Señor que —como Padre y Maestro— os aconsejaba y así la floración ha terminado en veneno y el orgullo ha procreado delito. Y al delito seguirá otro delito y a éste otros más. ■ Por lo que os digo: ni uno de vosotros se librará de llorar. Llorará el propietario lo mismo que el que se ve desnudo porque el propietario perderá lo que posee y el que está desnudo no encontrará quien le vista. El hambre, la espada y la peste estrecharán vuestros cuerpos con sus cordeles y la desesperación y el terror lo harán con vuestras almas ciegas. Sí, caminaréis como ciegos entre tinieblas plagadas de simas y de escombros, sabiendo que, a cada paso que deis, podéis caer en la traición y en la muerte; caminaréis como sobre un suelo sacudido por un violento terremoto. Y así es: la Tierra tiembla bajo vuestros pies ya que, por más que no sea sino un planeta, es más hija del Criador que vosotros y, al ver fijarse sobre este suelo el rostro airado de Dios como cuando miró a sus hijos que merecieron el diluvio y el fuego, se agita en sus profundidades ante el temor de su castigo. Los valores materiales e intelectuales serán desbaratados y despojados de su justa sustancia. Vuestros conocimientos, más que de ayuda, os servirán de tropiezo y hasta el santo conocimiento de Dios os será de condenación por cuanto, conociéndole, renegasteis de Él. La Luz y la Palabra las tenéis atravesadas en la garganta sin posibilidad de que puedan bajar a iluminar y nutrir vuestros espíritus porque la lanzada de vuestras perversas pasiones os impide recibirlas. Cuando veis desplomarse los ídolos de barro que habíais erigido en el puesto de Dios verdadero, entonces advertiréis cómo estuvisteis adorando a una inmundicia y ya no tendréis fe. Fe en nada. Ni en la verdad ni en la mentira”.
* Se le reitera al Papa «Vigila y ora». La mano de Pedro, más fuerte ahora que nunca, debe mantenerse asida al timón. No es el momento de morir por Cristo sino de defender e instruir. Muchas luces sacerdotales se han apagado o languidecen. Supla el Papa todas las deficiencias y haga resonar la doctrina de Cristo.- ■ Jesús: “Y tú, nuevo Pedro, vigila; y vigila sin hacerte ilusiones. Es verdad que el sufrir por Cristo es la más alta dignidad que cabe. Mas Yo te digo: «Vigila y ora».  En momentos de gran tempestad es preciso, no ya tener izado sobre el mástil de la vela el estandarte purpúreo sino que la mano de Pedro, más fuerte y segura que nunca, mantenga asida la caña al timón. El Desorientador, de todo se vale para desorientar. Y en las horas de tempestad, cuando ésta azota por todas partes para hundir en un naufragio los valores santos, invisibles a los pervertidos, basta retirar por un instante la mano de la rueda del timón para provocar una ruina irreparable al permitir que las olas cojan de través con mayor ímpetu a la mística barca. ■ Vigila sobre ti para que tú puedas vigilar sobre los demás. Ahora, más que nunca, es preciso, Pedro, que me apacientes estos mis corderos y estas mis ovejas. Ya no me quedas sino tú como Pastor santo y si tú caes, muchos de mis corderos se verán conducidos fuera de las dehesas por ovejas imprudentes y otros pastores de perversas doctrinas se insinuarán hasta el interior de mis dominios para contaminarlos con sus humanas —y calificarlas de humanas es juzgarlas misericordiosamente— presiones. No. No es éste el momento de morir por Cristo. Este es el momento de velar, de defender, de instruir y de poner diques a todo aquello que pretende entrar para corromper cada vez más amplia y profundamente. ■ Y, créeme, ¡oh Cristo de la tierra!, créeme que el mal está ya minando por dentro y entenebrece mentes y corazones y, lo que es la mayor de las desgracias, está apagando las luminarias que estaban colocadas sobre las cimas de los montes para alumbrar el camino a los peregrinos que marchan en busca del Cielo. Muchas se hallan ya apagadas, muchas humean, muchas languidecen y otras, a punto de languidecer. Si los fieles están helados es porque los pastores son fríos y la muerte del espíritu sobreviene por congelación. Muerte insensible que adormece con un sueño sin luz de resurrección. ■ Piensa en ello, ¡oh Cristo de la tierra!, nacido para tal destino. E insiste sin descanso, predica, exhorta, reprende y evangeliza. Son hartos los templos en los que el Evangelio ha perdido su valor y hartos  también los corazones que oyen el Evangelio en un tono que no es el verdadero y que les aleja de él. Suple tú, como el primer Pedro, las deficiencias de tus ministros y haz que las turbas vuelvan a oír a través de tus labios la doctrina dulce, santa y saludable de Cristo. Que los que aún no han sido muertos se salven y tornen a Mí, tornando también la paz a esta tierra empapada toda ella con el rocío de los mártires” (1). (Escrito el 29 de Diciembre de 1943).
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 1  Nota  : Estas últimas palabras  se refieren a Roma y  a la  situación de guerra en la que, a la sazón, se encontraba Italia. El Papa reinante era Pío XII (N. del T.).
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Daniel, capítulo 12º (1)
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44-99.- Último tiempo: último período de tres años y seis meses (1290 días). Bienaventurado quien llegue a los 1335 días.
* Del libro de Daniel. En el último tiempo, una vez completado el número de los salvados, Israel unido ya a Roma, surgirá el Arcángel S. Miguel como señal celeste. Sobrevendrán la resurrección de la carne y el Juicio.- ■ Dice Jesús: “El arcángel que venció a Lucifer y que es el guardián de mi Reino y de los hijos del mismo, será el que ha de surgir, como señal celeste, en el último tiempo. Será éste el tiempo en que Israel se habrá unido a Roma de Cristo y ya no habrá dos ramas del pueblo de Dios: la bendita y la maldita por su deicidio, sino un tronco único, llamado de Cristo, por vivir en Mí. Entonces, por haberse ya completado el número de los salvados, acaecerá la resurrección de la carne y, cual muchedumbre que duerme y a la que un clarín despierta llamándola a concentración, los muertos yacentes en los infinitos cementerios, en los desiertos, en los mares y en dondequiera que yazga cualquiera que fuese hombre, resurgirán para comparecer ante Mí, Juez Supremo. ■ ¡Oh luz, que eres atributo mío y harás refulgir cual estrellas a quienes conocieron la Sabiduría, enseñaron la Justicia y la vivieron, cómo te derramarás gozosa en aquel día sobre mis benditos!”.
* Precederán 3 años y seis meses, periodo tremendo, con Satanás al frente. La Iglesia se verá conculcada y en sus lugares santos se asentará la abominación y la desolación.- ■ Jesús: “El último período de tres años y seis meses, tremendo como jamás el hombre conoció, será aquel en que Satanás, por medio de su hijo, abrasado de un odio supremo —porque hasta la escisión entre las dos ramas del pueblo de Dios habrá terminado y, con ella, la causa de tantos males materiales, morales y espirituales— empleará sus perfectas y postreras astucias para dañar, destruir y dar muerte a Cristo en los corazones y a éstos en Cristo. Los sabios comprenderán el engaño de Satanás, los innumerables engaños de Satanás, porque quienes poseen la verdadera Sabiduría se encuentran iluminados y, por su fidelidad a la Gracia, quedarán blancos y probados como el fuego y dignos de ser elegidos para el Cielo. Los impíos irán tras el Mal y lo harán sin poder comprender el Bien, ya que por su espontánea voluntad habrán colmado de Mal su corazón. ■ Entonces habrá llegado el tiempo en el que, conculcada la Ley hasta el extremo jamás alcanzado, la Iglesia ya no podrá celebrar el Sacrificio perpetuo y la abominación de la desolación llegará al Lugar Santo y a los lugares santos, tal como está dicho por los profetas y repetido por Mí que no yerro. Dice Daniel: «Habrá 1290 días» (de este conculcamiento).
* Al final de los 1290 días habrá un breve período (45 días) hasta llegar a los 1335. Feliz quien persevere hasta el fin.- Jesús: “Dice Daniel: «Bienaventurado quien espere y llegue a los 1335». Lo que quiere decir que en los tres años y seis meses que precederán al fin, habrá un breve período al final reservado a los fieles para reunirse a escuchar la última Palabra que resonará en sus espíritus, como invitación al Cielo, mientras Miguel, con sus ángeles, vencerá a Satanás y a sus demonios. ■ «Bienaventurados quien espere y llegue a los 1335» quiere decir: «Bienaventurados quien perseverare hasta el fin» puesto que se habrá salvado. Y te digo a ti: «Ve hasta el término señalado (de tu tiempo de viviente en la tierra) y tendrás descanso, y estarás en tu suerte hasta el fin de los días»”. (Escrito el 23 de Enero de 1944).
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1  Nota  : Daniel 12: “En aquel tiempo surgirá Miguel,  el gran Príncipe que defiende a tu pueblo. Será época de angustia como no ha habido desde que existe el mundo… serán salvados los que estén inscritos en el Libro y muchos de los que duermen en la Región del Polvo se despertarán para la vida eterna y otros para la pena eterna. Los justos brillarán como el resplandor del firmamento. Los que enseñaron a muchos la justicia brillarán como las estrellas. Y tú, Daniel, guarda en secreto estas palabras. Sella el Libro hasta el tiempo final. La maldad irá en aumento. Y  yo, Daniel, vi a otros dos que estaban a una y otra parte del río. Uno de ellos preguntó al hombre vestido de lino que estaba sobre las aguas del río: «¿Cuándo se cumplirán estas cosas asombrosas?». Y el hombre de lino, jurando por Aquel que vive eternamente, dijo: «Sucederá todo esto dentro de un tiempo, dos tiempos y medio tiempo. Entonces terminará el aplastamiento de las fuerzas del pueblo santo y se cumplirán todas estas cosas». No comprendí y dije: «Señor mío, ¿cuál será el final de todas estas cosas?». Dijo: «Anda, Daniel, porque estas palabras están cerradas y selladas hasta el fin del tiempo fijado. Muchos serán purificados, blanqueados y probados; los impíos seguirán haciendo el mal; ninguno de ellos entenderá nada: solo los doctos. Contando desde el momento en que sea suprimido el Sacrificio Perpetuo e instalado el abominable ídolo del devastador, mil doscientas noventa días. Dichoso el que sepa esperar y alcance mil trescientas treinta y cinco días. Y tú, ve hasta tu fin. Descansarás y después te levantarás para recibir tu premio al final de los tiempos»”.
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Daniel cap. 7º (1)
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44-101.- Las cuatro bestias descritas por Daniel.- Cómo será el Anticristo.
* Juan recoge y amplifica la nota inicial de Daniel.- En las cuatro bestias descritas por Daniel aparecen por anticipado los signos de los ministros diabólicos del Apocalipsis.-Dice Jesús: “Daniel está en la misma nota que Juan, y Juan es el que recoge y amplifica la nota inicial de Daniel. He aquí por qué a ti, pequeño Juan, te place tanto. Como pez en límpida pecera, te sientes feliz cuando te mueves en la atmósfera de tu Cristo que tendrá su triunfo definitivo cuando Satanás, su hijo y sus cortesanos sean reducidos para siempre a la impotencia. Y es en Daniel donde se respira esta atmósfera. Si Isaías es el pre-evangelista que habla de mi venida al mundo para la salvación del mismo (2), Daniel es el pre-apóstol, el pre-Juan, que anuncia las glorias de mi triunfo eterno como Rey de la Jerusalén imperecedera. Puedes ahora ver cómo en las cuatro bestias descritas por Daniel (3) aparezcan por anticipado los signos de los ministros diabólicos del Apocalipsis (4). ■ Los comentaristas se han empeñado en atribuir un significado histórico-humano a esos cuatro monstruos. Mas es preciso lanzar la mirada mucho más adelante y mucho más arriba. Al meditar los libros santos, elevaos de la tierra, despegaos del momento presente, echad vuestra mirada al futuro y a lo sobrenatural. Allí es donde está la clave del misterio”.
* Las 4 Bestias: vienen a significar los 4 errores que precederán al fin y que darán a luz al Horror último.-Jesús: “Las cuatro bestias son: cuatro errores que precederán al fin. Los cuatro errores que serán cuatro horrores para la humanidad y que darán a luz al Horror último. El hombre era un semidiós por la Gracia y por la Fe. Como águila y como león, sabía afrontar y vencer los peligros del sentido y elevarse a sí mismo para volar por los espacios en el clima de Dios, allá donde el alma se une en nupcias sobrenaturales con su Señor en continuas y rápidas uniones de ardores, de las que cada vez desciende a la tierra renovada en la fortaleza, en el gozo y en la caridad que derrama sobre los hermanos y después se lanza nuevamente, con más ímpetu todavía, hacia Dios, porque cada unión es un aumento de perfección que se completa cuando la unión acaba por ser eterna en mi Paraíso.
.  ● El ateísmo arrancó al hombre sus alas de águila y su corazón de semidiós haciendo de él un animal que camina por el fango y lleva sobre el fango y hacia el fango su pesado corazón, todo carne y sangre. Una carga más pesada que el plomo lleva el hombre en su «yo» desprovisto de las plumas espirituales del espíritu, una carga que le dobla, le tumba y le hunde en el fango. El hombre era un semidiós por la caridad que vivía con él. Al amar a Dios y a su Ley, que es ley de Caridad, él poseía a Dios y, con Dios, la Paz que es uno de los principales atributos de Dios y, con la paz, el bien, tanto universal como singular.
.   ● El hombre rechazó la Ley de Dios  por aceptar muchas otras doctrinas de las que ninguna era ni es de Dios y por eso en ninguna de ellas hay Caridad verdadera. Por lo que el hombre, que había abrazado el ateísmo quedando reducido, de águila y león, a simple hombre por obra de un sortilegio infernal, dióse a luz a sí mismo, llegando a ser eso: feroz devorador de sus semejantes. Mas el horror llama al horror en escala ascendente, y así viene a ser cada vez mayor por cuanto el hombre, al que Cristo habíale devuelto su naturaleza de semidiós, por sus uniones malditas con Satanás engendra monstruos cada vez más monstruosos. Y son los hijos de sus desvaríos los que, por conseguir ayuda terrena, se venden a Satanás. Del hombre semidios, vino el hombre; del hombre el oso; y del oso el nuevo monstruo feroz y traidor como el leopardo, dotado por Satanás de múltiples alas para ir a dañar con más celeridad. Os dije que Satanás es el remedador de Dios. Eso pues quiere dar también a «sus» criaturas, ahora criaturas suyas, a la humanidad sin Fe y sin Dios: alas. Pero no de águila sino de vampiro para que fuese incubo de la misma humanidad y, al correr, marchara veloz a abatirse sobre las propias partes y víctimas a fin de chuparles la sangre. Yo, místico pelícano, me abrí el pecho para daros mi Sangre. Satanás, en cambio, hace del hombre, al que Yo di mi Sangre, el vampiro que chupa partes de sí mismo y se da muerte con tormento. ¿No parece esto un cuento de íncubo? No, es vuestra realidad. No es un monstruo mítico. Sois vosotros que, con hambre diabólica, devoráis parte de vosotros mismos, abriéndoos las venas, mutilándoos para, después, engendrar las nuevas partes mientras devoráis las ya formadas con una contumacia que tiene en sí algo de maníaco, pero de un maníaco diabólico.
.   ● El poder ambicionado, impelido e impuesto hasta el delito, es la tercera bestia. Ya que es poder humano, o sea, vendido a Satanás con tal de ser cada vez más potente contra toda ley divina y moral, él mismo engendra su monstruo que tiene por nombre Revolución y que, conforme a su naturaleza, lleva en las protuberancias de su monstruosidad todos los más torvos horrores de las revoluciones, naufragio social del Bien y de la Fe. Honestidad, respeto, moralidad, religión, libertad y bondad desaparecen cuando ese monstruo exhala sobre una nación su aliento infernal y, como emanación pestífera, se esparce más allá de las fronteras contagiando a pueblos y más pueblos, hasta llegar a contagiar al mundo entero, preparando con los harapos de las víctimas por él muertas y descuartizadas y con las ruinas de las naciones reducidas a escombros,
.   ● la cuna para el monstruo último: el Anticristo. Ya os dije (5) que el Anticristo será el hijo de la lujuria del hombre, nacido de la unión de la misma con la Bestia. Os lo dije y no cambio lo que dije. Lo que digo es verdad. Lo conozco sin necesidad de leerlo y lo recuerdo sin necesidad de volverlo a leer. Se halla escrito en mi mente de Dios ante el cual van pasando sin cesar, uno tras otro, sin que el uno impida la visión del otro, todos los acontecimientos del hombre en el tiempo. ■ Ese Anticristo, perfección del Horror como Yo fui perfección de la Perfección, con sus infinitas armas, simbolizadas en los 10 cuernos, en las mandíbulas con enormes dientes de hierro, en los pies feroces y, en fin, en el pequeño cuerno, símbolo del odio extremo con que Satanás dotará a su hijo para intoxicar a la humanidad mientras que con su mentida boca la seducirá haciéndose adorar como Dios, atormentará de forma desmedida a aquellos que, pequeña grey fiel, habrán permanecido en mi seguimiento. De hora en hora irá creciendo el pequeño cuerno para dañar, irá aumentando la inteligencia satánica haciendo salir de boca las mentiras más turbadoras, crecerá en poder, como Yo crecía en sabiduría y en gracia, armado de ojos para leer el pensamiento de los hombres santos y así matarlos por ese pensamiento. ¡Oh, mis santos del último tiempo! Si heroico fue el vivir de los primeros entre las persecuciones del paganismo, tres, siete, siete veces siete heroico será el vivir de mis últimos santos. Sólo los nutridos con el meollo de la Fe podrán tener corazón de león para afrontar aquellos tormentos y ojos y plumas de águila para mirarme fijamente a Mí-Sol, y volar a Mí-Verdad mientras las tinieblas les aneguen por todas partes y la Mentira les estreche tratando de persuadirles a que le adoren y crean en ella. ■ Después de los precursores del Anticristo vendrá el propio Anticristo. El período anticristiano, simbolizado por la Bestia armada con diez cuernos —los 10 siervos de Satanás, que se creen reyes, de los cuales tres (fíjate bien) serán arrancados y lanzados a la nada, es decir, al abismo donde no está Dios y, por tanto, donde está el que es Nada, el contrario de Dios que es Todo— culminará con el nacimiento y desarrollo, hasta su máxima potencia, del undécimo cuerno, razón de la caída de los tres precursores y sede del verdadero Anticristo, el cual blasfemará de Dios como ningún hijo de hombre lo hizo jamás, atropellará a los santos de Dios y torturará a la Iglesia de Cristo; creerá, por ser hijo de la unión de la soberbia demoníaca con la lujuria humana, «poder hacer grandes cosas, cambiar los tiempos y las leyes» y, por espacio de tres años y medio será el Horror que reinará en el mundo”.
* Después el Padre pronunciará su «¡Basta!», y, lanzadas al Abismo —donde Satanás— la Bestia y las bestias menores, el Hijo será llamado para juzgar a los vivos y los muertos, siendo llamados únicamente los «hijos de Dios» a la dicha eterna.- ■ Jesús: “Después el Padre dirá: «¡Basta!» delante del gran coro que, por el «rumor de las grandes palabras» de los santos, se formará en el Cielo; y la Bestia malvada será muerta y lanzada al pozo del abismo y, con ella, todas las bestias menores para estar con Satanás, su generador, durante la eternidad. Entonces me llamará el Padre para «juzgar a los vivos y a los muertos» como se expresa en el Símbolo de la Fe. Y los «Vivos», aquellos que conservaron en sí la vida por haber conservado así mismo en ellos vivas la Gracia y la Fe, heredarán «el reino, el poder y la magnificencia de Dios». Los muertos del espíritu tendrán la Muerte eterna que quisieron tener conforme a la elección que de ella hizo su voluntad. ■ Y ya no habrá más Tierra ni hombre carnal. Tan sólo habrá «hijos de Dios», criaturas libres de todo dolor. No habrá ya pecados, tinieblas ni temor. Sólo habrá felicidad, felicidad, felicidad inmensa, eterna, incomprensible para el hombre. Gozo de ver a Dios, de poseerlo y de comprender su pensamiento y su amor. Venid, hombres, a la Fuente de la vida. Yo os abro su caudal. Llegaos a ella y tomad fuerzas en la misma para ser intrépidos en las pruebas y sumergíos del todo en ella, en Mí, manantial de bienaventuranza en el bello Paraíso que mi Padre creó para vosotros y en el que os aguardan el triple Amor del Dios Uno y la Pureza de «nuestra» Madre y, con ellos, los que, por haber sido fieles, consiguieron ya la Vida”. (Escrito el 25 de Enero de 1944).
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1 Nota : Daniel capítulo 7°Daniel tuvo visiones mientras dormía en su lecho. Despertó y puso por escrito: “Los 4 vientos del cielo agitaron el mar grande y salieron del mar 4 animales enormes:  El 1º un león con alas de águila… le arrancaron las alas… se enderezó sobre las patas como un hombre y se le dio un corazón de hombre. El 2º: semejante a un oso y tenía 3 costillas entre los dientes. Se le decía: anda y devora mucha carne. El 3º: semejante a leopardo con cuatro alas en el lomo, tenía 4 cabezas y se le dio poder. El 4º una bestia espantosa y muy fuerte; dientes de hierro: comía y trituraba y lo sobrante lo pisoteaban las patas. Era diferente de las bestias anteriores: 10 cuernos y después despuntó entre ellos 1 cuerno pequeño y 3 de los primeros fueron arrancados para dar cabida al nuevo que tenia como ojos humanos y una boca que decía palabras insolentes”. ■ Estaba observando y vi esto: “Pusieron unos tronos y un Anciano se sentó:  tenía vestido blanco, pelo albo, trono de llamas de fuego con ruedas de fuego, un río de fuego corría y salía delante de Él, miles y miles le servían, los del tribunal se sentaron y abrieron los libros. Vi al animal de cuerno con ojos y boca de hombre y sus palabras orgullosas. Fue muerto y destrozado. A los demás animales se les quitó el poder aunque se les dejó una prolongación de vida por un tiempo”. ■ Seguí con la visión: “En la nube del cielo venía uno como un hijo de hombre. Se dirigió al Anciano… y a Él se le dio el poder, honor y reino y todos los pueblos le sirvieron. Su poder es para siempre y su Reino jamás será destruido”. ■ Yo, Daniel, quedé asustado y pedí explicación a uno que estaba allá de pie. Me interpretó: “Esas 4 bestias son 4 reyes que se levantarán en la Tierra. Y luego los santos del Altísimo recibirán el reino eternamente”. ■ Y sobre la 4ª bestia, que era diferente y además con ese cuerno con ojos y que hablaba con soberbia, hacía la guerra a los santos y los iba sometiendo hasta que vino el Anciano a hacer Justicia y llegó el tiempo en que los santos tomaron posesión del Reino. Uno de los que estaban allí, delante del trono, me dijo: “El 4º animal: será un cuarto reino diferente de todos los reinos: devorará la tierra, la aplastará y la destruirá. Los 10 cuernos indican que del reino saldrán 10 reyes y después vendrá otro diferente de los primeros que derribará a los tres reyes. Aquél insultará al Altísimo y perseguirá a los santos. Tratará de cambiar las fiestas y las leyes. Los santos serán entregados a su poder por un tiempo, dos y mitad de un tiempo. Pero llegará el juicio y será destruido. El reino se entregará al pueblo de los santos del Dios Altísimo: eterno será su reino. Todos los reinos le servirán y le serán sometidos”.  Yo Daniel quedé turbado y se me cambió el color de la cara y guardé estas cosas en mi corazón.   2  Nota  : Cfr.  Is. 2,1-5;  7,10-17;  9,1-6;  11,1-9.   3  Nota  : Cfr. Dan. 7,1-8; 11-12 y 15-25.   4  Nota  :  Cfr. Apoc. 13;17; del 19,11 al 20,10.   5  Nota  : Cfr. 43-207.
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44-113.- Visión  de la muerte del universo y de la resurrección de los muertos.
* Descripción de un universo muerto sobre el que se yergue la Muerte, un esqueleto que con su mirada ordena la resurrección de los cuerpos.-Tengo dos cosas para contarle (1) que le interesarán sin duda, las cuales me había propuesto escribir no bien hubiera salido del sopor. Mas como hay otra más urgente, las escribiré después.
Lo que veo esta tarde:
■ Una extensión inmensa de tierra que semeja un mar por carecer de confines. Digo «tierra» porque, efectivamente, hay tierra como en los campos y en los caminos. Pero no hay ni un árbol ni un tallo ni un hilo de hierba. Sólo polvo, polvo y más polvo. Veo todo esto a una luz que no es luz; un claror apenas insinuado, cárdeno, de un tinte verde-violáceo como el que se aprecia al tiempo de un fortísimo temporal o de un eclipse total. Una luz, sobrecogedora, de astros apagados. He aquí el cielo sin astros; no hay estrellas ni luna ni sol. El cielo se encuentra vacío al igual que lo está la tierra. Uno despojado de sus florones luminosos y la otra de su vida vegetal y animal. Son dos inmensos despojos de lo que fueron. Tengo la oportunidad de contemplar con el mayor detenimiento esta visión desolada de la muerte del universo que pienso ofrezca idéntico aspecto del que tuvo en su primer instante (2), cuando había, es cierto, cielo y tierra, mas, despoblado el primero de los astros y desnuda de vida la segunda, globo ya solidificado pero deshabitado aún, transvolando por los espacios a la espera de que el dedo del Creador le hiciese el regalo de la vegetación y de los animales. ■ ¿Por qué comprendo que es la visión de la muerte del universo? Por una de esas «segundas voces» que no sé de quién vengan, pero que hacen en mí lo que el coro en las antiguas tragedias: el papel de indicar aspectos particulares que los protagonistas no aclaran por sí. Es precisamente lo que le quiero decir y le diré después. ■ Al tiempo que giro la mirada por esta escena de desolación cuya necesidad no comprendo, veo, salida no sé de donde, de pie en medio de la llanura sin confines, a la Muerte (3). Un esqueleto que ríe con los dientes al descubierto y sus órbitas vacías, reina de aquel mundo muerto, envuelta en un sudario que le sirve de manto. No tiene guadaña, pues todo lo tiene ya guadañado. Gira su mirada vacía por su mies cosechada y ríe sarcásticamente. Tiene los brazos cruzados sobre el pecho. Después los distiende esqueléticos y abre las manos que no tienen sino huesos desnudos; y siendo como es una figura gigante y omnipresente —o mejor dicho: omnipróxima— apoya un dedo, el índice de su mano derecha, sobre mi frente. Siento la frialdad del hueso puntiagudo que parece perforarme la frente y penetrar como aguja de hielo en la cabeza. Pero comprendo que ello no encierra otro significado que el de atraer mi atención hacia lo que está sucediendo. ■ En efecto hace un ademán con su brazo izquierdo indicándome la desolada extensión sobre la que estamos erguidas, ella reina y yo única viviente. A su mudo mandato, dado con los dedos esqueléticos de su mano izquierda y moviendo rítmicamente la cabeza en todas direcciones, se hiende la tierra con miles y miles de grietas y en el fondo de estos surcos blanquean unas cosas desparramadas que no acierto a comprender qué sean (4). Mientras me esfuerzo en cavilar lo que son, continúa la Muerte su tarea de arar con la mirada y su mandato, como una reja, las glebas que van abriéndose más y más hasta perderse en el horizonte; y de surcar las ondas de los mares desprovistos de velas, abriéndose las aguas en vorágines líquidas. Y después, de los surcos de la tierra y del mar van surgiendo, recomponiéndose aquellas cosas blancas que yo veía esparcidas y desligadas. Son millones, millones y millones de esqueletos que salen a flote de los océanos y se levantan del suelo. Esqueletos de todos los tamaños: desde los minúsculos de los niños, de manecitas semejantes a diminutas arañas polvorosas, a los de los hombres adultos e, incluso, gigantescos, cuya mole hace pensar en seres antidiluvianos. ■ Y se muestran atónitos y temblorosos, como quien despierta sobresaltado de un profundo sueño, sin acertar a comprender dónde se encuentran. La vista de aquellos cuerpos en esqueleto, blanqueando en aquella «no luz» apocalíptica, es horrenda. Y después, en torno a aquellos esqueletos, se va condensando lentamente una nebulosidad semejante a la boira que surge de las aberturas del suelo y de los mares, que adquiere forma y opacidad haciéndose carne y cuerpo como el nuestro vivo. Los ojos, o mejor, las órbitas se llenan con los iris, los cigomas se cubren con las mejillas, sobre las mandíbulas desnudas se extienden las encías, vuelven a formarse los labios, los cabellos tornan a cubrir el cráneo, se tornean los brazos, se agilizan los dedos y todo el cuerpo revive igual que lo está el nuestro. ■ Igual, pero diferente en el aspecto. Hay cuerpos bellísimos con una perfección de formas y de colores que hace de ellos obras maestras del arte. Hay otros, en cambio, horrendos, no por derrengaduras o deformidades sino por su aspecto general más de brutos que de hombres. Ojos torvos, semblante contraído, aspecto de fieras y, lo que más me impresiona, una tenebrosidad que emana de sus cuerpos aumentando la lividez del ambiente que les rodea. Por el contrario, los bellísimos tienen ojos risueños, semblante sereno y aspecto suave, emanando una luminosidad que forma aureola en torno a su ser de la cabeza a los pies que se irradia en su entorno. Si todos fuesen como los primeros, la oscuridad llegaría a ser total hasta el punto de resultar invisibles todas las cosas. Mas, por virtud de los segundos, la luminosidad, no sólo perdura sino que aumenta, de tal manera que puedo distinguir todo perfectamente bien. Los deformes, sobre cuyo destino de maldición no abrigo dudas puesto que llevan marcada esta maldición en su frente, callan lanzando miradas espantadas y torvas a cuanto les rodea y se agrupan a un lado obedeciendo a un íntimo mandato que no entiendo pero que debe ser dictado por alguien y percibido por los resucitados. Los bellísimos, a su vez, se agrupan sonriéndose y mirando con piedad mezclada de horror a lo deformes. Y estos brillantísimos cantan entonando un himno lento y suave de bendición a Dios. Nada más veo. Comprendo haber visto la resurrección final. (Escrito el 29 de Enero de 1944).
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1  Nota  : Se refiere al Padre Migliorini, su director espiritual.   2  Nota  : Cfr. Gén. 1,1-2   3  Nota  : Cfr. 1 Cor. 15,26: El último enemigo destruido será la muerte.   4  Nota  :  Cfr. Ezeq. 37,1-14.
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44-116.- Un tiempo de expiación para los muertos de la última hora, necesitados de purificación.
* Una «segunda voz» espiritualizada, igual a la voz humana, como de alguien que estuviese hablando a su lado le hace entender a María Valtorta cosas que ella, de por sí sola, no alcanzaría. Como hoy que le ha hecho comprender que lo que veía era el universo después de su muerte.- ■ Prosigue María Valtorta: Lo que al principio (1) quería decirle es esto: Hoy me preguntaba usted cómo había podido saber los nombres de Hilel, de Gamaliel y el de Schiammai (2). Es la voz, que yo denomino «segunda voz», la que me dice estas cosas. Una voz menos sensible aún que la de mi Jesús y que la de los demás que dictan. Son éstas, voces —ya se lo dije y se lo repito— que mi oído espiritual percibe iguales a las voces humanas. Las siento dulces o airadas, fuertes o suaves, alegres o tristes, como si ciertamente estuviese uno hablando a mi lado. Por el contrario, esta «segunda voz» es como una luz, una intuición que habla en mi espíritu. No que habla «a mi espíritu» sino «en mi espíritu». Es una indicación. Así mientras yo me aproximaba al grupo de los que disputaban, no sabiendo quién fuese aquel ilustre personaje que con tanto ardor estaba disputando al lado de un anciano, este «algo» interior me dijo: «Gamaliel» «Hilel». Sí. Primero Gamaliel y después Hilel. No lo dudé. Mientras pensaba quiénes eran éstos, el indicador interno me apuntó el tercer antipático individuo en el preciso momento en que Gamaliel le llamaba por su nombre. Y así pude saber quiénes eran estas personas de farisaico aspecto. ■ Hoy este indicador interno me ha hecho comprender que lo que yo veía era el universo después de su muerte. Y así ha acontecido muchas veces en las visiones. Es el que me hace entender ciertos detalles que yo, por mí misma, no podría captar y cuya inteligencia es, por otra parte, necesaria. No sé si me he explicado bien. Pero lo dejo porque comienza a hablar Jesús.
* Entre el momento final y el Juicio Universal mediará un tiempo de expiación para los muertos de la última hora, que mueran siendo merecedores del Cielo aunque necesitados de purificación.- ■ Dice Jesús: “Cuando el tiempo haya terminado y no se dé ya otra vida que la Vida del Cielo, el universo mundo, antes de que se deshaga completamente, volverá a ser, tal como lo has pensado, igual que lo fue al principio. Esto ocurrirá cuando Yo haya juzgado. Creen muchos que, desde el momento final hasta el Juicio Universal tan sólo mediará un instante. Mas Dios, hija, será bueno hasta el fin. Bueno y justo. No todos los vivientes de la hora extrema serán santos ni todos condenados. Entre los primeros habrá quienes estén destinados al Cielo si bien tengan algo que expiar. Sería injusto que a éstos les anulase la expiación con la que amenacé a cuantos les precedieron hallándose, a la hora de su muerte, en idénticas condiciones a las suyas. Por tanto, mientras llegan la justicia y el fin para otros planetas y, como lámparas a las que uno sopla, van apagándose los astros del cielo y aumentando el hielo a lo largo de mis horas que son vuestros siglos —y la hora de la oscuridad ya se ha iniciado tanto en el firmamento como en los corazones— los vivientes de la última hora que mueran en ella siendo merecedores del Cielo aunque necesitados todavía de purificación, irán al fuego purificador. Aumentaré los ardores de aquel fuego para que sea más pronta su purificación y no hayan de esperar demasiado a los bienaventurados para llevar su carne santa a la glorificación haciendo gozar también a ésta viendo a su Dios y a su Jesús en su perfección y su triunfo. ■ Aquí tienes por qué has visto la tierra desprovista de hierbas y árboles, de animales, de hombres y de vida, y los océanos sin embarcaciones, extensión inmóvil con aguas inmóviles por cuanto ya no les será necesario a éstas el movimiento para dar vida a los peces, como tampoco le será ya necesario el calor a la tierra para dar vida a los cereales y a los seres. He aquí por qué has visto el firmamento vacío de sus luminarias, sin fuegos y sin luces. La luz y el calor ya no serán precisos para la tierra, a la sazón cadáver inmenso, portando en sí cadáveres de todos los vivientes: desde Adán hasta el último hijo de éste. ■ La Muerte, mi servidora última sobre la Tierra, cumplirá su postrer cometido y después dejará también de ser ella, no habiendo ya muerte en adelante sino Vida eterna: en la bienaventuranza o en el horror. Vida en Dios o vida en Satanás para vuestro yo recompuesto de alma y cuerpo. Basta por ahora. Descansa y piensa en Mí”.
* Cuerpos desnudos pero que no excitaban los sentidos.- ■ Y esta tarde que no quería escribir por encontrarme exhausta, he tenido que escribir… ¡12 caras! Sin comentario. Se me olvidaba decirle que los cuerpos aparecían todos desnudos, si bien no excitaban los sentidos, como si la malicia hubiese muerto también: en ellos y en mí. Y, por lo demás, a los cuerpos de los condenados les servía de pantalla su propia oscuridad y a los de los bienaventurados les hacía de vestido su misma luz. Por eso, lo que en nosotros es animalidad, desaparecía bajo la emanación del espíritu interior, señor por demás amable y contrario de la carne. (Escrito el 29 de Enero de 1944).
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1  Nota  : Se refiere al dictado anterior 44-113.   2  Nota  : Se refiere aquí al pasaje de la “Disputa de Jesús en el Templo con los Doctores”, relatado en Lc. 2,46-47. En  el pasaje analógico descrito por María Valtorta para la Obra (en el episodio 1-41-220 de «El Evangelio como me ha sido revelado» y en nuestro trabajo en el tema “Jesús Niño”), aparecen, tomando parte en esa disputa, los doctores aquí mencionados: Hilel, Gamaliel y Schiammai.
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 Ezequiel cap. X y XI (1)
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44-120.- El signo TAU.- Las culpas contra la Caridad, castigadas con el fuego de la Caridad rechazada. El Gran Juicio y la Caridad.
* Del libro de Ezequiel. EL signo  «TAU», una cruz desmochada, es propio de los súbditos; la Cruz lo es del Primogénito que es Rey. Con todo, el verdadero signo de salvación, que nos hará semejantes al Salvador, será el que marquen nuestras obras sobre nuestro espíritu.- ■ Dice Jesús: “El signo TAU es una cruz desmochada como es justo que así sea la que marca a los súbditos que no pueden poner baldaquino a su trono arrogándose nombre de rey. Son hijos de Dios, mas no «primogénitos del Padre». Sólo el Primogénito se sienta en el trono real. Sólo Cristo, cuyo trono terreno fue la Cruz, lleva en alto en la misma, sobre el tablero que levanta por encima de la cabeza, su enseña gloriosa: «Jesucristo, Rey de los Judíos». Los cristianos llevan el signo de Cristo humildemente cortado por arriba, como así conviene a hijos de estirpe real pero que no son primogénitos del Padre. ■ ¿En qué consiste el signo TAU? ¿Dónde está puesto? ¡Oh, dejad a un lado la materialidad de las formas cuando os adentráis en el conocimiento de mi Reino que es todo él espiritual! No será una marca material la que os ha de inmunizar del fallo a ejecutar por los ángeles. Será una señal marcada con caracteres invisibles al ojo humano, pero bien visibles para mis ministros, los ángeles, sobre vuestros espíritus y serán vuestras obras, esto es, vosotros mismos quienes durante la vida habréis grabado esa señal que os hace dignos de ser llevados salvos a la Vida. Edad, posición social, nada será todo eso a los ojos de mis ángeles. Lo único que tendrá valor será esa señal. Ella igualará a los reyes con los mendigos, a los hombres con las mujeres, a los sacerdotes con los soldados. Todos la llevarán igual siempre que cada uno, en su respectiva forma de vida, hayan servido igualmente a Dios y obedecido su Ley, e igual será el premio de ver a Dios y gozar de Él eternamente, para todos aquellos que se presenten ante Mí con esa fúlgida señal en su espíritu. ■ La mera convicción vuestra de la necesidad y obligación de dar a Dios toda la gloria y obedecerle en todo, marca en vuestra alma esa señal santa que os hace míos y os comunica una dulce semejanza conmigo, Salvador, de suerte que vosotros, lo mismo que Yo, os afligís por los pecados de los hombres, por sus ofensas contra el Señor y por la muerte espiritual que causan a los hermanos. Con ello la Caridad se enciende y donde hay caridad está la salvación”.
* No es una acción simbólica la del fuego (carbones encendidos) que están entre los querubines y lanzarlos sobre la ciudad para castigar a los culpables, empezando por los del santuario. ¿A qué se falta delinquiendo? A la caridad: para con Dios (los 3 primeros mandamientos), para con el prójimo (los otros siete). Las culpas contra la caridad serán castigadas con el fuego de la caridad rechazada.-Jesús: “Dice Ezequiel que oyó al Señor ordenar al hombre vestido de lino que cogiese los carbones encendidos que estaban entre los querubines y los lanzase sobre la ciudad para castigar a los culpables, comenzando por los del santuario, por cuanto el ojo del Señor estaba canso de ver las obras del hombre que piensa poder hacer el mal impunemente porque Dios se lo deja hacer, figurándose que Dios vea tan sólo el hipócrita aspecto exterior. No. Con su poder infinito Dios lee en el fondo de vuestros corazones. Sabedlo bien: vosotros, ministros del santuario; vosotros, poderosos de la tierra; vosotros, cónyuges que pecáis; vosotros, hijos que faltáis al cuarto mandamiento; vosotros, profesionales que mentís; vosotros, vendedores, que robáis; vosotros todos que desobedecéis a mis diez mandamientos. Es inútil toda ocultación. El ojo de Dios, al igual que vuestros rayos X, de los que tanto os ufanáis, cada vez más, os sondea, os penetra, os traspasa, os lee y os desentraña por lo que realmente sois. ■ Recordadlo. No es una acción simbólica la del fuego tomado de entre los querubines para castigar. ¿A qué faltáis delinquiendo? A la caridad. Ya os expliqué, al hablar del Purgatorio y del Infierno, estas dos verdades, que vosotros las tenéis por cuentos. Caridad para con Dios, los tres primeros mandamientos y caridad para con el prójimo, los otros siete. ¡Oh!, muchas veces serán las veces que me oiréis volver sobre este tema y ¡ojalá que no hubiese tanta necesidad de hacerlo!, pues ello querría decir que habíais mejorado. Pero no mejoráis sino que, por el contrario, os precipitáis a velocidad de meteorito hacia la anticaridad. Vuestras acciones, o mejor, vuestras «malas acciones» contra la caridad, pululan más numerosas que los hongos en un terreno descompuesto. Observo este germinar cada vez más vasto y vigoroso, este prosperar de malas acciones sobre otras malas acciones preexistentes, como si de un estrato de podredumbre surgiese otro aún más venenoso y así sucesivamente. Es la atmósfera de pecado y de delito en que vivís, sobre el que posáis, del que surgís, el que nutre con su corrupción al nuevo y más corrompido y sanguinario estrato, terreno y atmósfera. Es un movimiento continuo, un caos rotante de mal como el de ciertos microbios patógenos que van reproduciéndose sin cesar y cada vez con más virulencia en una sangre contaminada. ■ Es justo, por tanto, que seáis castigados por vuestras culpas contra la Caridad con el fuego de la Caridad que rechazasteis. Lo que antes fue Amor es ahora Castigo. No debe despreciarse el don de Dios, y vosotros lo despreciasteis. El don se cambia a castigo. Dios os retira la Caridad y os deja en vuestra anticaridad. Dios os lanza, a modo de saeta, la Caridad que despreciasteis y os castiga a fin de llamaros, si no a muchos, al menos a aquellos que aún son susceptibles de arrepentimiento y de meditación. Los querubines, símbolos de la Caridad, sobrenatural, guardan entre ellos las brasas de la Caridad. Esta acción, que parece únicamente simbólica, oculta una verdad real”.
* En el gran Juicio, los cuatro evangelistas estarán a ambos lados del Juez, que nos juzgará por haber o no haber vivido el Evangelio. Aunque, en verdad, seremos nosotros mismos los que nos juzguemos pues nos “veremos”. Tremendo o gozoso “ver” según la forma de vida de cada uno, que nos destinará a la oscuridad o a la luz eternas.Jesús: “Cuando seáis llamados al gran Juicio, los que vivieron en la Caridad no aparecerán ardiendo con el fuego punitivo. Habiendo ya ardido ellos en el santo amor del que estuvieron llenos, no conocerán el mordisco de los encendidos castigos divinos sino tan sólo el beso divino que les prestará una mayor belleza. Mientras que aquellos que fueron carne, únicamente carne, llevarán marcadas en ella las cicatrices de los rayos divinos porque la carne, ella tan sólo, es la que puede estar marcada con tales cicatrices y no el espíritu que es fuego que vive en el Fuego del Señor. ■ A este Juicio, a los lados del Juez, que soy Yo, asistirán mis cuatro Evangelistas. Se consumieron a sí mismos por llevar la ley de la Caridad a los corazones y continuaron su obra más allá de la muerte con sus Evangelios, en los que el mundo tiene vida, ya que conocer a Cristo es tener en sí la Vida. Justo es, por tanto, que Juan, Lucas, Mateo, y Marcos, estén conmigo cuando seáis juzgados por haber o no haber vivido el Evangelio. No soy Yo un Dios celoso y avaro. Si os llamo a vosotros a condividir mi gloria, ¿cómo no he de hacer copartícipes de la gloria del Juicio a estos mis siervos fieles que os divulgaron mi Palabra y la rubricaron con su sangre y con sus sufrimientos? ■ No en la vida, sino por la vida que vivisteis, os juzgaré al término de la misma, es decir, en el punto preciso en que la vida ha de cesar para cambiarse a eternidad. Os juzgaré a todos, desde el primero hasta el último, definitivamente, por el bien que hubieseis hecho o dejado de hacer; y todos, tú ya lo has visto (2), resucitaréis de igual manera, pobres huesos desligados, vapor mísero que se recondensa en carne, cosas que tanto os ensoberbecen, como si esos huesos y esa carne os hiciesen superiores a Dios. Nada, absolutamente nada sois como materia. Sólo mi espíritu, infundido en vosotros, hace que seáis algo, y sólo conservando en vosotros mi espíritu que viene a ser alma en vosotros, merecéis ser revestidos con aquella luz imperecedera que será el indumento de vuestra carne incorruptible para la eternidad. ■ Os juzgaré, pero ya vosotros, antes de que Yo aparezca, os habréis juzgado a vosotros mismos, porque entonces os veréis. Muerta la Tierra de la que tan ávidos estáis y, con ella, todos sus gustos, saldréis de la embriaguez con que os hartáis y veréis. ¡Oh tremendo «ver» para quien vivió únicamente de la Tierra y de sus embustes! ¡Oh festivo «ver» para quien, cerrando sus oídos a las voces de la Tierra «quiso» escuchar las del Cielo permaneciendo fiel a ellas! Muertos los primeros y vivos los segundos, serán oscuridad o luz, según su respectiva forma de vida, bien con la Ley o contra la Ley a la que opusieron la ley humana o demoníaca, e irán al abrazo tremendo de la Oscuridad eterna o al beatífico de la Luz Trinitaria que arde en deseos, ¡oh, santos míos, amadores míos! de fundiros a Sí por toda la Eternidad”. (Escrito el 31 de Enero de 1944).
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1  Nota  : O más exactamente: Ezequiel del 9,1 al 11,21. Ezequiel 9: “Yavé gritó: «Se acerca el castigo a los idólatras… Y  he aquí que vienen 6 hombres portando cada uno un instrumento de destrucción y en medio de ellos un hombre vestido de lino con lo necesario para escribir… entonces la Gloria del Dios de Israel llamó al hombre vestido de lino: ‘Pasa por Jerusalén y pon un TAU en las frentes de los que gimen con martirio por las abominaciones de las ciudades y en cuanto a los otros que no llevan el Tau no os apiadéis de ellos… empezad por mi Santuario…’»”. Ezequiel 10: (nueva visión de la Gloria de Yavé, que abandona el Templo) “Yavé dijo al hombre vestido de lino: «Métete por entre las ruedas que están bajo los querubines, saca las manos llenas de carbones encendidos y desparrámalos por la ciudad...». Ezequiel 11: (castigo de los malos consejeros de Jerusalén y promesa de nueva alianza con los desterrados)  «…les congregaré… les daré un corazón nuevo y un espíritu nuevo, arrancaré su corazón de piedra, para que caminen conforme a mis leyes…»”.    2  Nota  : En el  dictado 44-113 del 29 de Enero de 1944.
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c) Dictado extraído del libro de las «Lecciones sobre la Epístola de San Pablo a los Romanos»

A los Romanos, cap. 1º, del versículo 24 al 32 inclusive (1)

48-13.- Iniquidad en el período anterior al del Anticristo y en el del Anticristo.
* Aunque Pablo pinta al anti-hombre, fruto del connubio de la Humanidad con la Corrupción, servidor de Satanás, con tintas sombrías (Pecados C. N.), todavía no nos dejó marcada la tinta más sombría del cuadro.-Dice el Autor Santísimo: “Con más exactitud que una pintura que retraiga la perfección la realidad  y que una crónica que relate fielmente los acontecimientos y costumbres de una época, la epístola paulina describe los usos de este tiempo que se sataniza. Cada palabra es una pincelada de color que dibuja al hombre de esta época, a las nueve décimas partes de los hombres de esta época. Todas las matizaciones precisas para pintar, no al hijo de Dios tal cual habría querido Dios que lo fuese, no al hombre superhombre que creen ser estos monstruos de aspecto humano que son las nueve décimas partes de los hombres, sino para pintar al anti-hombre, al degenerado hijo de Dios, al fruto pavoroso del connubio de la Humanidad con la Corrupción, al servidor de Satanás, son empleadas para obtener una pintura perfecta. Y las tintas menos atroces las dan los epítetos: murmuradores, jactanciosos, necios, desordenados. Las tintas se van ensombreciendo después más y más hasta alcanzar el color del más profundo infierno, de los pecados contra la naturaleza tan corrientes hoy día y cometidos, no ya para satisfacer su réprobo sentido, sí que también para saciar su avidez de riquezas. ■ Ahora bien, por más que Pablo hablase a los hombres de su tiempo, a los hombres que vivían entre paganos y, más que a paganos, a hombres sin dios algunoporque si al menos hubiesen respetado a un dios, o sea, una ley moral aunque imperfecta, puesto que hasta el hombre más ignorante de todo código religioso percibe instintivamente, de no ser uno que no quiere percibir, la existencia de un Ser Supremo al que su espíritu aspira por su propia naturaleza espiritual, mediante la cual, como espiritual que es, trata de unirse con el Espíritu que fue su principio— a hombres que intencionadamente querían ignorar cualquier dios para carecer de todo freno de ley moral aunque sólo fuese natural; por más que hablase Pablo a hombres como éstos que vivían entre tales monstruos, no, todavía no nos dejó marcada la tinta más sombría del cuadro”.
* Será realidad cuando las 9/10 de la Humanidad rechacen a Aquel que detiene el desarrollo del misterio de la iniquidad hasta pasar de misterio a realidad horrenda con el nefando reinado de la Bestia.-Autor Santísimo: “¿Por qué no nos la dejó Pablo? Porque la ignoraba. Él subió en espíritu al tercer cielo (2) y conoció multitud de verdades, incluidas la de los últimos tiempos (3). Mas no tuvo conocimiento de una perversidad de estos tiempos semifinales, una perversidad que prepara el advenimiento de la apostasía y de la manifestación del hombre de pecado. Escribía Pablo a los Tesalonicenses: “Está ya en acción el misterio de la iniquidad”, mas, a renglón seguido lo rebatía diciendo: “Solamente está allí el que ahora lo detiene y lo detendrá hasta que sea quitado de en medio”. Mas será realidad cuando las nueve décimas partes de la Humanidad rechacen a Aquél que detiene el desarrollo del misterio de la iniquidad hasta pasar de misterio a realidad horrenda con el nefando reinado de la Bestia (4) quien se proclamará Dios exigiendo honores divinos. Ahora bien, cuando a la Bestia le sean tributados honores divinos y sea invocada y evocada con ritos obscenos en su honor, ¿podrá Dios continuar oponiendo el dique a los avances de la Serpiente infernal?” (5).
* El Sacramento de los sacramentos será dado por los hombres a Satanás como medio para su efímero triunfo.-Autor Santísimo: “Y ¿qué nombre daré Yo a esos ritos obscenos, a esas orgías horrendas terminadas en cópulas satánicas en las que el señor y sacerdote es el mismo Satanás? Y ¿qué vocablo emplearé para llamar con su justo nombre a este pecado supremo, a esta religión satánica, superior en atrocidad a la más bárbara religión antigua o a otra que aún exista entre los salvajes? Aquí no se inmola a los dioses los cuerpos de las víctimas inocentes como, en un tiempo, a Moloc (6). Aquí no se matan hombres civiles para homenajear con ellos al ídolo salvaje. Aquí se inmola al Inmolado; aquí se hiere al Inocente; aquí se da en sacrificio al Adversario al Hijo de Dios Encarnado, vivo en el Santísimo Sacramento, con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. ■ ¡Oh, cómo reirá Lucifer con su carcajada horrenda en estos sus tiempos y horas de gloria! Está —él, el maldito, el fulminado, el expulsado por Dios (7)— sobre su trono, sobre el trono que los hombres le han alzado y a su horrendo escarnio se le ofrece el Cordero (8), Aquél a quien él jamás venció, Aquél en quien jamás él pudo entrar, Aquél que le venció cien y mil veces, le vence desde hace veinte siglos y le vencerá hasta el fin, libertando a los espíritus de buena voluntad de su infame poder. ■ Será vencido. Mas, entre tanto, tiene algo de vencedor. Y, el Sacramento de los Sacramentos, este misterio de amor para el que, hasta el más seráfico amor del hombre es siempre insuficiente a tributarle el debido honor, es dado por los hombres a Satanás como medio para su efímero triunfo”.
* No es aplicable a ellos la plegaria del Redentor ni la palabra de Pablo porque ellos lo saben y comprenden y, eso no obstante, llevan a cabo la suprema profanación.-Autor Santísimo: “Esto Pablo no lo conoció. No. La misericordia de Dios mantúvole oculto este pecado que hace estremecer al Cielo entero. Y —escuchad bien vosotros que os sobrecogéis de horror en el Cielo— si aquellos que profanan las Sagradas Especies ignorasen que en ellas se encuentra Cristo vivo y verdadero, tal como fue en la Tierra y está en el Cielo; si no creyesen en su presencia en las Especies consagradas, sus prácticas reduciríanse a un simple acto de magia. Mas Ellos lo saben y esto constituye su pecado imperdonable. ■ No es aplicable a ellos la plegaria del Redentor puesto que «saben lo que hacen» (9). Ni tampoco la palabra de Pablo —«Habiendo conocido que la divinidad, cual en ella se crea y se piense, premia a los justos y castiga a los malos, ya que un concepto de justicia, por muy imperfecto que sea, lo tiene en su pensamiento todo aquél que crea en la divinidad que se ha forjado o que conoce ser la verdadera y única, no comprendieron que quien hace tales cosas es digno de muerte»— porque ellos comprenden y, eso no obstante, llevan a cabo la suprema profanación” (10). (Escrito el 8 de Enero de 1948).
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1 Nota : Romanos 1,24-32: …“Por eso, Dios dejó que fueran dominados por sus malos deseos. Llegaron a cosas vergonzosas y deshonraron sus propios cuerpos. Han cambiado al Dios de la verdad por la mentira… Por eso permitió Dios que fueran esclavos de pasiones vergonzosas: sus mujeres cambiaron las relaciones sexuales normales por relaciones contra la naturaleza e igualmente los hombres… recibiendo en sí mismos el castigo merecido por su extravío. Despreciaron a Dios al no tratar de conocerlo según la Verdad y Él, a su vez, les abandonó a su corazón sin conciencia… Por ello andan llenos de injusticia… Calumnian, desafían a Dios, son altaneros, orgullosos, farsantes, hábiles para lo malo… Saben que Dios ha declarado que los que hacen esas cosas merecen la muerte, y, sin embargo, no solo las practican, sino que además aprueban a los que las realizan”.  2  Nota  : Cfr. 2 Cor. 12,1-9. Subió en espíritu al tercer cielo.  3  Nota  : Cfr. 2 Te. 2,1-12.   4  Nota  : Cfr. Apoc. desde el 13,19 al 20,10. Reinado de la Bestia.  5  Nota  : Cfr. Gén  3; Apoc.  9,1;11,7;12,7-9; 17,8.   6  Nota  : Cfr. Lev. 18,21; 2 Sam.  12,26,30; 1º Reyes  11,1-13; Jeremías 32,28-35; 49,1-6.    7   Nota   : Cfr. Apoc. 20,7-10.   8  Nota  : Cfr. Ju. 1,29-31.   9  Nota  : Cfr. Lc. 23,33-34.   10  Nota  : Cfr. Rom. 1,32.

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